¿Cuáles serán los métodos?
Ramón Zurita Sahagún martes 9, Ago 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Hace muchos años, en los tiempos de partido único, los priístas sabían que su candidato ganaría, sin importar el nombre del postulado, ni mucho menos su procedencia.
Los candidatos surgían de las distintas dependencias gubernamentales: Ávila Camacho de Guerra y Marina; Alemán Valdés de Gobernación, al igual que Ruiz Cortines. López Mateos del Trabajo, Díaz Ordaz y Echeverría Álvarez, retomaron la tradición de Gobernación. López Portillo fue el primero del mundo financiero, la Secretaría de Hacienda, ruta que siguió el titular de Programación y Presupuesto, De la Madrid y también Salinas de Gortari. Zedillo Ponce de León fue emergente, luego de que Colosio había dejado la naciente Sedesol, se convirtió en candidato y fue asesinado.
La tradición priísta se rompió al retomar la vía de que el secretario de Gobernación fuese el nominado, ya que Labastida fue el primero de los priístas en perder unos comicios presidenciales.
Para entonces (2000), ya la oposición al PRI se encontraba plenamente identificada por los electores y gobernaban estados como Baja California, Nuevo León, Guanajuato, Zacatecas, Tlaxcala, Nayarit, Querétaro, Baja California Sur y otros más.
La ciudadanía había entendido que su voto si era respetado y que la democracia se había instaurado en México.
Se cambiaron las reglas, las tradiciones y la rutina de los partidos para sacar los nombres de sus candidatos.
Los priístas definieron en una consulta abierta el nombre de su candidato, Roberto Madrazo Pintado, quien venció arrolladoramente a Everardo Moreno Cruz, luego de que un escándalo sobre la procedencia de la inmensa fortuna de Arturo Montiel Rojas, lo había sacado de la contienda interna.
En el PAN se decidió de la misma forma hacer una interna en la que Felipe Calderón Hinojosa venció a varios adversarios, pero dejó muy atrás al favorito Santiago Creel Miranda.
Los perredistas definieron en favor de Andrés Manuel López Obrador, luego de que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano intentara una cuarta participación presidencial y prefirió retirarse al advertir que no sería el elegido.
Seis años más tarde, los métodos cambiaron en el PRI y de los dos aspirantes, uno (Manlio Fabio Beltrones), prefirió retirarse y dejar el campo libre para el otro (Enrique Peña Nieto). Por razones naturales, ya que gobernaba otro partido en lo federal (PAN) el candidato no procedía del gabinete, sino había dejado meses antes el gobierno del Estado de México.
Los panistas mantuvieron su tinte democrático y Josefina Vázquez Mota se convirtió en su candidata después de vencer a quien unas semanas antes era el entonces secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo.
En el PRD se efectuó una encuesta interna, de la que nuevamente surgió Andrés Manuel López Obrador como candidato. El sondeo que se realizó consideró la posibilidad de que Marcelo Ebrard Casaubon, entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, fuese el candidato, pero los números no le favorecieron.
Claro que en esos proceso electorales de 2006 y 2012 también participaron otros candidatos de menor peso y que quedaron sumamente rezagados de los postulados por los tres principales partidos políticos.
Para este 2018, no se sabe todavía que ruta seguirán cada uno de los partidos, aunque los nombres de los aspirantes circulan abiertamente de todos los partidos y hasta los de los posibles independientes.
El método seleccionado todavía se encuentra lejano de su definición, aunque dentro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se sabe que el candidato es y será Andrés Manuel López Obrador, quien, además der todo, inicia como favorito en los sondeos y encuestas de todo tipo.
Los priístas aún en el poder no definen cómo será su selección y se considera que no habrá sorpresas, fuera de los nombres manejados.
Secretarios como Miguel Ángel Osorio Chong, Gobernación; Luis Videgary Caso, Hacienda; José Antonio Meade, Desarrollo Social, y Aurelio Nuño Mayer, Educación Pública, son los más mencionados. También se incluye en este paquete al gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas.
Los panistas tienen, por el momento, tres prospectos sólidos, unos más que otros: Ricardo Anaya Cortés, presidente nacional del partido; Rafael Moreno Valle Rosas, gobernador de Puebla y Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa.
En el PRD viven la angustia de no saber qué hacer. Deshojan la flor para definir si van con candidato propio o se establece una alianza con otro partido (PAN) que elija al candidato presidencial.
Los nombres de sus prospectos son: Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe de gobierno de la CDMX; Graco Luis Ramírez Garrido, gobernador de Morelos y Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán. Los tres han alzado la mano en busca la candidatura presidencial.
Como siempre los partidos minoritarios buscarán establecer una alianza con los grandotes, para intentar cachar votos y sobrevivir a la manutención gubernamental.
Faltan los independientes que no logran ponerse de acuerdo sobre el nombre de quien habrán de apoyar.
Nombres abundan, unos que quieren, otros que son considerados, pero que se rehúsan, sin que se llegue a puntos de entendimiento.
Aquí también tendrían que buscar un método para definir alrededor de cuál de ellos se formarían los promotores de esa candidatura, mediante un gran acuerdo, en el que nadie se sienta sacrificado ni mucho menos victimizado.
La elección el 2018 se encuentra a 22 meses de distancia, pero el acelere de los partidos y los aspirantes con o sin partido hacen que la distancia no se vea tan lejana.
El proceso electoral presidencial se encuentra en plena ebullición, pero entre los partidos y los probables candidatos, ya que la ciudadanía simplemente muestra desinterés y apatía por algo que consideran tan lejano de su entorno.
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