Maravilla el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en el Auditorio Nacional
Espectáculos martes 9, Ago 2016- Rumbo a los 100 años del natalicio de la inmortal bailarina y coreógrafa, se presentó una memorable gala en la que el público ovacionó de pie el majestuoso espectáculo
Gloria Carpio
Amalia Hernández es un legado importante de nuestra cultura, pues nos heredó 30 coreografías, además de ser una institución para que las preserve, ya que son piezas tradicionales y contemporáneas, de las que no se puede desprender su música, con grupos de mariachi y otras sinfonías de México.
Y pasarán varios años para que su ballet, convertido en un símbolo, deje de estar vigente.
De ahí, que sea recurrente su éxito y correspondió el pasado sábado, que las nuevas generaciones lo pudieran disfrutar en el Auditorio Nacional, del que pasará a ser un elenco vitalicio.
Sí, Amalia Hernández cumpliría 100 años en 2017 y quienes integran la institución que lleva su nombre han arrancado los homenajes, que se merecen, no por dos años, sino por otros 100.
Fue el sábado 6 de agosto que el Auditorio Nacional nos dio un adelanto de lo que serán los festejos en su recuerdo y su público acumulado durante años se dio cita para gritar, aplaudir y gozar, por un lado, de la riqueza musical y los bailables que distinguen a los estados de nuestro país, pues cada uno es una potencia en cuanto a coreografías, todo esto con la música en vivo de la Sinfónica Juvenil de la UAEM (Universidad Autónoma del Estado de México), bajo la batuta del músico y compositor mexicano Arturo Márquez.
El relevante resaltar que la compañía que fundó Amalia Hernández cumplió 64 años de su fundación y la hija de Amalia Hernández, Viviana Basanta Hernández, se ha preocupado por mantener la calidad y la excelencia de lo que hubiera querido Amalia cuando a su muerte fuera homenajeada.
Y en esta ocasión el director Salvador López López presentó una potencia musical que fue capaz de recrear la atmósfera en la que se desarrolla cada coreografía.
El hombre desplegó luces, escenografía y grandes murales para recrear la atmósfera de los bosques, las montañas y los atardeceres.
Fue el contexto perfecto para que se presentaran los vestuarios típicos de cada región de nuestro país y para que los bailarines fraguaran una fiesta patriótica para complacer a un público que no puede olvidar a Amalia Hernández, hoy por hoy, una de las mejores coreógrafas que ha tenido nuestro país.
Y repertorio hubo para dar y prestar, desde “Los Matanchines”, el “Solo de Mariquita”, “Las Amarillas”, “La Revolución” y “La Charreada”, donde hombres y mujeres muestran que saben manejar la mangana.
Luego nos transportaron a Veracruz, con la Fiesta de Tlacotalpan, la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, “Los Fandangos”, “Las Mojigangas”, “La Vida es Juego”, “La Danza del Venado” y “La Fiesta de Jalisco”.
Además, hubo coreografías que traen el sello de Amalia Hernández, como es “El Pescador” y “La Bamba”, donde la gente que aún recuerda a doña Amalia llora y por sus mentes pasan los años de trayectoria, en los que nos representó en todo el mundo con mucho orgullo y pundonor.
El legado está ahí, en el Ballet Folklórico de México, que sigue siendo lo mejor para representarnos, porque ahí está condensada nuestra historia, nuestra creatividad y esas presentaciones seguirán por muchos años para homenajearla y qué mejor que con la música del maestro Salvador López López, que también encarna al mariachi de los pies a la cabeza, festejos que nadie debe perderse.