Agosto, mes de definiciones
Roberto Vizcaíno lunes 8, Ago 2016Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Adentrados en el octavo mes del año, los hechos nos dirán qué sigue
- Hoy viviremos el inicio de una movilización campesina que aumentará el caos capitalino
- El ex banquero Harp Helu nos pide involucrarnos en la solución de nuestros problemas
Hoy, lunes 8 de agosto, estamos más que inmersos ya en lo que será uno de los meses más calientes (y no hablo desde el punto de vista meteorológico) y complicados que hayamos vivido durante los últimos años.
Si son ciertos los indicios, llamados, hechos de la semana anterior, los siguientes 5 días serán definitorios para varias carreras presidenciales y marcarán el preludio de un IV Informe de Enrique Peña Nieto con profundos cambios.
Tres son al menos las vías de entrada a ese escenario:
1.- El inicio del paro indefinido de empresarios y comerciantes de Oaxaca en reclamo por la pésima actuación de los gobiernos federal y estatal en la contención del avasallamiento de la CNTE que ha hecho añicos la vida cotidiana en el estado y que ha provocado ya uno de los mayores desastres económicos en esa entidad, sin contar con el profundo daño provocado a la reforma educativa y que amenaza con hundirla en el resto del país.
2.- La prolongación de las acciones de la CNTE que en tiempo de vacaciones escolares ha logrado trastocar la vida y producción de al menos Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, y de la Ciudad de México.
3.- El estallido de un nuevo conflicto, ahora de campesinos, comuneros y pequeños productores agrícolas que inicia hoy sus estragos en la capital del país.
Todo ello sin contar con el repunte de las ejecuciones y enfrentamientos entre las diversas organizaciones del crimen organizado y de estas con las corporaciones de seguridad del Estado.
Cierto: pese a todo lo anterior México logró ser el único país en el continente con crecimiento, pequeño, de apenas menos 2 por ciento, pero crecimiento al fin y con un aumento sustancial del empleo aunque con salarios pésimos y con muchísimas dudas respecto a la contención de la pobreza. De la lucha contra el hambre ya no hablamos.
El blandengue de José Antonio Meade se olvidó pronto del programa estrella del régimen y ahora anda de gira presidencial amparado por programas en favor de la mujer y otros que son más llamativos para los medios, esos que alientan su idea de que puede llegar a Los Pinos. En fin que en este contexto, la pregunta es: ¿De qué va a informar el primero, el dos de septiembre desde Palacio Nacional el presidente Enrique Peña Nieto?
No pocos hablan de que algunos de estos movimientos de irritación social y su prolongación obedecen a jaloneos internos, pugnas, golpes abiertos entre miembros del propio Gabinete que buscan como los cangrejos de la cubeta jalar hacia el fondo a los que van como punteros.
Y ahí puede Usted acomodar los apellidos que le guste. TODOS SOMOS PUEBLO. En medio, como el jamón del sándwich, la mayoría de los mexicanos somos espectadores y muchas veces víctimas de todo ello, víctimas de los bloqueos y marchas de la CNTE, de sus tomas de carreteras y secuestro de ciudades, o resultamos afectados por el asalto de cada día en el Metro, en el autobús, en el pesero o por el despojo de nuestros autos en el semáforo de la equina.
O nos altera enterarnos que ahora encontraron al cuerpo desmembrado todos los días en la cuadra donde vivimos. Por ello no es desdeñable la carta abierta lanzada durante el fin de semana por el ex banquero Alfredo Harp Elu, quien cobró notoriedad y un cierto crédito de respetabilidad social luego de haber sufrido secuestro en 1994 y porque luego de eso se ha convertido en un importante filántropo en beneficio de muchos en Oaxaca.
Bajo la frase de “Todos somos pueblo, amo a México”, nos recuerda que lo que hoy ocurre en el país no incumbe sólo al gobierno y a los que participan en los hechos, sino a todos nosotros. Por ello dice: “Cada mañana, los mexicanos salimos a trabajar con el anhelo de mejorar la calidad de vida y la preparación de nuestros hijos. “(Que) La educación nos incumbe y la situación por la que pasa el país nos preocupa a todos. “(Que) Es triste ver escenas de Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guerrero, Nuevo León, la ciudad de México y otras entidades que podrían compararse en ocasiones con las que vive la más desolada de las guerras: policías y civiles enfrentados, hombres armados, comercios cerrados…
“(Que, ante todo eso:) El corazón queda abatido. “(Y pregunta:) ¿Qué le está pasando a nuestro país? Se vive temor en una tensa calma nublada por tan triste atardecer. ¿Cómo llegamos a esto?” Por ello afirma que “es urgente resolver el problema educativo en México y, para ello, es preciso el diálogo, un diálogo permanente que propicie el entendimiento y el mejoramiento de las condiciones en que se presenta la educación, donde los maestros, los investigadores, académicos y científicos destacados sean convocados para tratar de resolver el problema de fondo.
No los intereses personales o de cualquier otra índole que nada tienen que ver con la educación. “El proyecto educativo que necesita el país es uno que propicie la cohesión social, el orgullo por la diversidad, el respeto por las diferencias, empezando por las lingüísticas y culturales; que fomente el aprecio por la colectividad y que reconozca al magisterio como una profesión digna que forma las mentes del futuro.
Hay ejemplos en el país de maestros que han logrado por sí solos que sus alumnos destaquen en el ámbito internacional, de ello debemos sentirnos orgullosos y tomarlos como modelo a seguir. “La tardanza en resolver el conflicto provoca que la crisis económica se agrave más y que la moral de los mexicanos cada día esté más desesperanzada. El pueblo es el perjudicado, el más afectado, el más dolido. Tenemos que reflexionar, hacer un alto en el camino, pensar en este pueblo que somos todos, creer en México, en su gente.
A cada quien le toca hacer su parte y luchar desde su terreno para que no se agrave el conflicto. “Propongo levantar las cortinas, ofrecer servicio, abrir fuentes de empleo, procurar que la derrama económica llegue a los rincones más olvidados, cuya realidad duele y duele mucho.
Hagamos lo posible para que, a pesar de los pesares, el pueblo no sea el afectado. La mejor manera de resolver los problemas que enfrentamos es la productividad, el empleo y por supuesto, el reto es mejorar la educación.
Es momento de salir a trabajar con más bríos y darle consuelo a un pueblo que resiste circunstancias hostiles.
“No más violencia. Instamos al gobierno, al magisterio y a todos los organismos e instituciones involucrados a que lleguen a acuerdos lo antes posible para no seguir afectando al tejido social. “Comprometámonos ahora que tanto se necesita. Por mi parte, reitero dar continuidad e impulsar proyectos educativos, culturales, deportivos, sociales, de salud, preservación de la naturaleza y cuidado del patrimonio. Continuaré abriendo fuentes de empleo para reactivar la economía. “México necesita ciudadanos comprometidos. Hago un llamado a la sociedad para que actúe positivamente ante la adversidad, no nos dejemos abatir. Todos somos pueblo… Amo a México”, concluye. La frase es poderosa. “Somos pueblo” es casi un llamado a la insurrección. El problema es que los mexicanos no tenemos historia ni carácter para ir al reclamo solidario, ni en defensa propia diría mi compadre Rivera. Así la carta de Harp pasará como una anécdota más. Mientras tanto habrá que ver cómo evolucionan los hechos apuntados durante este caluroso agosto y cuáles serán las decisiones que tome Peña Nieto en el marco de su IV Informe de Gobierno.
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