Roban, garrotean, torturan…
Francisco Rodríguez viernes 5, Ago 2016Índice político
Francisco Rodríguez
Ginés de Sepúlveda, uno de los curas inhumanos de la Inquisición española de la Edad Media, sostenía la crueldad más extrema contra los indígenas americanos, porque “pertenecen a una categoría de seres cuya barbarie natural los condena a la servidumbre; es ilusorio pretender evangelizarlos, sin someterlos previamente”. Someterlos, claro, era torturarlos y extinguirlos.
Bartolomé de las Casas defendió los derechos inmanentes del hombre sobre su cuerpo, heredades y entorno, cuando “civilizar” se convirtió en un sinónimo de incorporar tierras y hombres a un nuevo sistema que —según los herederos de la Orden del Temple— encarnaba al progreso, proyectado al infinito.
Se sentían invencibles. Acababan de expulsar a los moros del último reducto de Granada. Nada ni nadie se podía oponer a lo que llamaban designios del “Altísimo”, el que beatificaba a los verdugos que masacraban a los miserables de la Tierra.
El pensamiento inquisitorial ha permeado durante siglos la mente de los conservadores, igual que la de los ignorantes ayunos de ilustración. Igual cuando destruyeron las comedias de Sófocles, Esquilo, Eurípides y las sátiras aristotélicas sobre el imperio de la razón, que cuando incineraron los textos judíos y marxistas, durante el floreciente nazismo alemán.
Discriminación, instrumento de los poderosos de ocasión
Cuando en 1915, en pleno auge del cine mudo, David W. Griffith, primer autor de culto, mostró al mundo su obra maestra “El Nacimiento de una Nación”, reveló el montaje al servicio de las transposiciones de la realidad; de la creación a modo de un universo que sólo existía en la mente de los desclasados.
La instalación del universo falso y blandengue de los insensibles, de los poderosos de ocasión, inspirado en literaturas folletinescas del siglo XIX. La desigualdad económica, sostenía el cineasta, encuentra su origen en la diversidad racial: las etnias y los negros son analizados como “el cáncer de los Estados Unidos”. Y la saga continúa.
Para Griffith, los soldados confederados defendían una herencia aria, sinónimo descabellado de la supremacía humana. La secuencia final, donde las tropas del Ku-Klux-Klan llegan al rescate de los blancos, asediados por hordas de negros, es demasiado ilustrativa.
Derrumba todos los códigos, estructurales, jurídicos, morales y éticos: no admite tregua en la defensa de toda ideología imperial.
Mucho tardará la humanidad en erradicar todas las formas de intolerancia y discriminación. Tendrá que reforzar la legislación para castigar sus crímenes con dureza; educar a los gobernantes contra las equívocas interpretaciones del valor y del orgullo personal y religioso.
Alentar y proteger de una vez por todas las libertades de prensa, el pluralismo y la diversidad; apoyar la toma de conciencia individual para romper el círculo vicioso entre la desconfianza, el odio y la violencia en la sociedad y detectar a tiempo y desprestigiar la propaganda dolosa e interesada que la incuba y la propala.
Sé que esto puede interpretarse como una posición maniquea, fantasiosa e irrealizable, pero cuando la sociedad no ha pensado en lo imposible, no ha sido capaz de avanzar un milímetro en lo posible, en lo medianamente aceptable para asentar reglas de convivencia basadas en el respeto y la equidad.
La protección de los regímenes a sus represores consentidos, tiene entre una de sus conocidas expresiones aquélla del secretario de Estado gabacho, el republicano, John Foster Dulles, ante los nicaragüenses que acusaban al dictador Anastasio Somoza de ser un loco despiadado, un son of a bitch (hijo de perra, un malparido).
Por más contestación, el empresario gabacho habilitado por Eisenhower como secretario de Estado, respondió: No se preocupen, sí sabemos que lo es, pero es nuestro son of a bitch. Dejó estupefactos a los indignados y reprimidos, a los que sólo les quedó hacer las maletas y regresarse a su tierra a preparar una revolución antisomocista.
Tergiversan la realidad para proteger su propio pellejo
En la historia de México son innumerables los ejemplos de hombres que han defendido a capa y espada los derechos de los vulnerables e indefensos ante la economía y la ley desnuda, no obstante gozar del poder más que suficiente para arrasarlos. Su palabra de honor, ha prevalecido sobre los intereses de puñados de conservadores descastados, que no tienen más respaldo que el dinero.
Así como hay muchísimos ignorantes que se dedican a la transposición, a la tergiversación de la realidad, sólo para proteger su propio pellejo, aunque se caiga el mundo. Después de ellos, que venga el diluvio. Lo que pasa, es que caen en excesos incalificables, en desconocimientos inauditos del origen y objetivo de lo que creen que se proponen. Son cautivos de su intolerancia ciega, de una arrogancia dictatorial.
Viendo que el país es un gran polvorín, se dedican a atizar las contradicciones que lo causan. Criminalizan la protesta y la inconformidad, protegen la discriminación, el atraco, la violencia de género, la discriminación contra quienes los impugnan, protegen la avalancha contra la pobreza. Ahuyentan la inversión de los empresarios que no han pactado con ellos, reducen al país a la miseria rampante.
Y han regresado al país a épocas de la Colonia española
En acciones inéditas, los miembros selectos del grupo en el poder abusan. Suprimen la esperanza. Secan la economía. Son derrotados en las urnas y no buscan al único investido que propició la derrota, sino salen a una cacería de brujas inaudita contra toda la población, sin distingos ni objetivos, más que proteger su pretendida impunidad. ¿Hasta cuándo les durará?
Con saña, con fuerzas que deberían haber utilizado para defender el patrimonio nacional, al que han saqueado, reprimen al magisterio, al empresariado que se atreva a proveerlos, fiscalizan con rigor inusual a los oficiantes religiosos y a las iglesias contestatarias de todo género, asesinan a periodistas dignos que descubren sus fechorías, a todo aquél que se atreva a criticar sus designios trasnochados y falaces.
Todo, para revestir con represión sus “reformas estructurales” y sus errores interesados de gobierno, que han regresado al país a épocas que todos creían superadas.
Intolerancia sin límites contra los que consideran enemigos
Roban, garrotean, torturan y extinguen a todo aquél que no tuvo la oportunidad, porque se la negaron en exclusivismos ofertados a sus socios y contlapaches de su triste existencia, de repartirles sus moche$, así como a todos los que defiendan mínimos derechos contra la autoridad, exigibles en todo el mundo civilizado.
La intolerancia en grado sumo contra los enemigos. Dinero, homenajes y fama heroica a quienes les demuestran servilismo y sumisión incondicional. La Secretaría de Hacienda acaba de aumentar inopinadamente el monto económico a fondo perdido a todas las bancadas de las franquicias en las cámaras, por obedecer disparates y obuses contra los “enemigos”, al tiempo que incrementa precios y tarifas de combustibles y energía eléctrica.
Diputados y senadores de todos los partidos, han cumplido su misión en una batalla insulsa y vergonzosa. Igualito que el Ku-Klux-Klan salvífico de D.W. Griffith. ¿Merecen la honra y prez del presupuesto que extraen de nuestros expoliados bolsillos? Han derrumbado los fundamentos de todos los códigos estructurales, políticos, jurídicos, morales y éticos. ¿ Así demuestran luchar contra la corrupción?
Índice Flamígero: Desde Torreón, Coahuila, don Miguel Ramírez pregunta: “¿Quién es este #Lord?: Ahora que está de moda llamar #LadyX o #LordX al que comete actos criticables, me pregunto ¿a quién se le podría llamar #LordCorrupción, o #LordIgnorancia, o #LordGasolinazos o #LordTeLoPrometoYNoTeLoCumplo? ” ¿Será acaso #LordEPN, don Miguel? + + + Y desde Fresnillo, Zacatecas, don Alfredo Álvarez Barrón comenta que “con gran sorpresa he leído el artículo de la periodista Lilia Arellano, donde afirma que según los resultados del Happy Planet Index desarrollado por el Foro Económico Mundial, México es el segundo país más feliz del mundo. Pobres suizos y noruegos, quien les manda vivir en esos países tan aburridos…”. Y El Poeta del Nopal culmina la ironía: “Entre millones de hambrientos, / según ciertas mediciones, / afirman, sin restricciones: / fregados… pero contentos; / hay escasez de alimentos / y aumentos sin previo aviso, / mientras el pueblo sumiso / repite a una sola voz: / como México no hay dos / ¡no me hablen del paraíso!”.+ + + Y sobre la “Décima inconclusa” que el propio Poeta del Nopal publicara ayer en este espacio, agrega jocoso: “Puedo ofrecer una excusa / si a alguno le quitó el sueño, / el estilo alvaradeño / del doble sentido abusa; / mas la décima inconclusa / cumplió ya su cometido, / si el poderoso partido / sigue de capa caída / diría María la Bandida: / ¡que sitio tan aburrido!”.
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