Fiscales corruptos
Freddy Sánchez jueves 4, Ago 2016Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Según la propaganda oficial en México pronto tendremos fiscales “con dientes” para castigar a los corruptos.
No especifica de qué clase serán esos dientes.
Quizás sanos y fuertes o por el contrario débiles y sin el poder suficiente para triturar la férrea armadura de la corrupción.
Lo cual, esto último, sería lamentable.
Porque no cabe duda que meterse a la lucha contra los corruptos, (eun país inmerso en la corrupción como el nuestro), esperando cumplir ésta misión sin distingos, con rigor y de arriba para abajo y no al revés, obviamente requerirá de muy “buenos dientes”.
A la espera pues del nombramiento de quienes se convertirán en los fiscales anti corrupción, muchas son las suspicacias y desconfianzas.
Por un lado están los que con voz recia y pectoral rechazan categóricamente que las fiscalías queden en manos de políticos o sus allegados.
Sólo ciudadanos independientes pueden ser capaces de no coludirse con intereses creados ni hacer las veces de “tapaderas” de un sinnúmero de sinvergüenzas que han hecho y siguen haciendo de la corrupción el más descarado y rentable negocio de la política.
Ese es el sentir de la mayoría de los que abogan por la ciudadanización de las fiscalías anti corrupción. Sus opositores en cambio alegan que entre los hombres y mujeres dedicados a la política los hay intachables que podrían hacer un papel eficaz en el combate contra la deshonestidad en el ejercicio público.
Esta última tesis es cierta, pero también la de que la confianza social en los practicantes de la política hace tiempo que se acabó.
Así que lo mejor será que la elección de los fiscales anti corrupción se ciudadanice y no se politice.
Pero, más importante aún es que los fiscales puedan ser constantemente fiscalizados por la sociedad civil.
Y para ello es preciso que todo mundo sepa qué van a hacer exactamente, cómo y contra quienes estará dirigida la campaña nacional contra la corrupción que se prometió al reformarse las leyes y crear un nuevo y amplio marco legal con ese propósito.
Políticos o no políticos los que queden a cargo de esta tarea, no deben ser timoratos ni ineptos, mucho menos tortuosos que pretendan ocultar o modificar el resultado de sus indagatorias para beneficio propio o queriendo evitar algún perjuicio para ciertos integrantes de los grupos de poder, habida cuenta de su amistad o relación personal con ellos o sus familias.
México reclama fiscalías anti corrupción al servicio de la gente y no de grupos políticos corruptos. Confiemos en que eso suceda, lo que solamente se podrá acreditar con pruebas irrefutables que lo demuestren.
Y de no ser así, los futuros fiscales no sólo carecerán de dientes para demostrar que llegaron a esos cargos con la firme voluntad de cumplir su cometido, sino que se estarían convirtiendo en fiscales corruptos.