La cultura de la resistencia
Francisco Rodríguez jueves 28, Jul 2016Índice político
Francisco Rodríguez
En las obras de culto del Tercer Cine, como se le llamó en los 60’s a las expresiones cinematográficas con directores progresistas de los países emergentes, los argentinos produjeron el enunciado La hora de los hornos, título de una obra ejemplar de Octavio Getino y Fernando Solanas, que representó un hito en la afanosa búsqueda de la liberación cultural latinoamericana.
La hora de los hornos, pieza cinematográfica de culto, reflejaba el momento álgido de la lucha del nacionalismo contra la violencia imperial. Todo un ensayo ideológico, inspirado en las teorías de la dependencia de Theotonio dos Santos, Ruy Mauro Marini, Enzo Faleto, Tulio Halperín Donghi, Frantz Fanon y Aimé Césaire, entre otros destacados estructuralistas del Cono Sur, Martinica y África.
Fue el momento ilustrado del “nacionalismo revolucionario”, como llamó Oskar R. Lange a esta posición política. No todo estaba agotado, todavía existían caminos para la lucha ideológica. Pero los financieros neoyorkinos atajaron la marcha. Cerraron los cauces, y a través del FMI cooptaron a las clases políticas. Arrasaron hasta con la cultura de la resistencia, la última arma que nos quedaba.
Los nervios del gobierno, Karl Deutsch dixit, no se tensaron, ni se alertaron, sólo se sometieron a los dictados del exterior. Latinoamérica regresó a ser la zona hegemónica incondicional de los monopolios corporativos de Estados Unidos y de los gigantes mineros canadienses que, en México, son dueños del subsuelo petrolero, aurífero y de metales preciosos, gracias a las concesiones del aparato a sus testaferros.
Al darse cuenta que la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea puede afectar los rendimientos del oro en barras sólidas con valor de 4 mil millones de dólares, depositados en bancos de Su Majestad Elizabeth Regina.
¿Para qué recortar mil 500 millones de dólares del presupuesto, si dicen que en las arcas del Banxico hay 177 mil millones de billetes verdes? ¿Para qué si acaban de contratar un crédito con el FMI por 88 mil millones de USD?
Impacto del Brexit
La opacidad, al servicio de la delincuencia organizada hacen cera y pabilo nuestro dinero, cada vez más escaso, cada vez más sustraído del circulante monetario.
”La economía mexicana cuenta con fundamentos sólidos para hacer frente a la incertidumbre”. Y el dólar, ése sí fortalecido por las decisiones de Albión, ya casi cuesta veinte pesos.
El comercio exterior de las ensambladoras gabachas de carros instaladas en México, tiene un valor del 0.7% del total. La Inversión Extranjera Directa que llega del Reino Unido sólo representa el 2%. El impacto que nos causa sólo afecta los intereses de los financieros que también resienten la caída de la Bolsa, que ya saben que se arregla inflando y desarmando a placer el valor de las acciones, por la vía digital.
El peso se fortalece ante la libra
Los textoservidores celebran que “la parte positiva fue que se fortaleció el peso frente a la libra esterlina”.
Desviar y confundir la atención del respetable, para continuar haciendo de las suyas: proteger a sus socios, imponer la ley de la selva y continuar robando. Lo único que les interesa es forrar su bolsillo, con la esperanza de blindarse.
¿Fue una repulsa a la globalización económica?
En esta tierra no tiene cabida la incertidumbre europea. Aquí ya sabemos de antemano quiénes son los ganones. Allá impera el desconcierto, porque a pesar de que la participación de los británicos era superficial desde los 60’s, cuando los franceses promovieron la Comunidad Económica Europea, el retiro de los británicos tiene dos lecturas.
Por un lado, no es cierto que se trate de un voto conservador el que decidió la salida. Es una repulsa a la nefasta globalización que pega de lleno en las economías de las franjas vulnerables. Escocia e Irlanda rechazan la salida, porque su intercambio con los países europeos es mayor.
Por otro lado, “la pérfida Albión” se sale, porque ya no quiere pagar participaciones de sus negocios de venta de armas, químicos y mercancías de subsistencia a sus colonias y protectorados africanos y oceánicos. No da un paso sin huarache. Los británicos ya tienen lo suyo. Los residentes en el exterior, tendrán que adoptar nuevas nacionalidades si quieren seguir gozando de servicios médicos, asistenciales y educativos en Europa continental.
Fue una lucha generacional. Los viejos ingleses a favor de que regrese el Welfare State. Los jóvenes británicos, con miras más amplias, más allá del Canal de la Mancha, por la integración con los mercados mundiales, las becas comunitarias y la educación europea, las oportunidades de empleo en otras naciones de la UE.
En España se repitió esta suerte. El conservador Mariano Rajoy obtuvo la mayoría de asientos en la Cámara de Diputados —que, otra vez, no le alcanza para formar gobierno—, porque está del lado del europeísmo, en tanto sus oponentes del PSOE y UP quisieran un Espaexit o cuando menos, negociar mejores condiciones para su país ante Bruselas.
El Brexit, además, derrumba el paraíso fiscal de Gibraltar y sus cuevas de lavadores de dinero y traficantes, que hacían sus “bisnes” con defraudadores continentales.
Francia y Alemania tendrán que recalcar su rechazo a los migrantes. Se refugiarán en nuevos nacionalismos, inyectados de la lucha por la supervivencia, a costa de lo que sea, aunque perjudiquen la percepción en las pensiones de sus viejos trabajadores.
Donald Trump celebró la salida, interpretándola cómo un voto de apoyo de su socio mayor a sus ambiciones presidenciales xenofóbicas, sin advertir lo que está detrás: el rechazo a la globalización impuesta, cuya vida está agotada.
Aquí, en el rancho grande, seguiremos viendo la misma película: los asaltos de los investidos bandoleros, hasta que el tiempo se les acabe. La insistencia afanosa en enterrar al PRI con la permanencia, no tienen a otro paniaguado que tenga el escaso barniz que necesitan para continuar saqueando.
Las tribus de las franquicias, empeñadas en buscar chacales de repuesto: las del PAN, confinadas por las influencias y los saldos del calderonato; las del PRI, creyendo que Meade es el indicado. Las del PRD, encontrando en Silvano Aureoles al redentor de pacotilla que perpetúe sus codicias. En Europa el desconcierto.
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