Pasos en la azotea
¬ Gustavo Mora viernes 24, Sep 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
El presidente Felipe Calderón y su Partido (Acción Nacional), sienten pasos en la azotea, aunque tratan de dar una falsa imagen de fortaleza interna que no se ha visto reflejada en las elecciones para renovar gobernadores en los últimos 4 años.
Calderón hizo una exhortación a sus congéneres para que recuperen el espíritu de guerra (¿cuál?), y a refrendar la militancia activa del panismo. ¿Panistas como Miguel Ángel Yunes Linares?, ¿Elba Esther Gordillo?, ¿Benjamín González Roaro?, ¿Diódoro Carrasco Altamirano?, ¿Rafael Moreno Valle?, ¿Mario López Valdés?
La pura neta es que la caballada panista no luce flaca, sino escuálida. Como figuras, a las que el público desconoce, aparecen Ernesto Cordero Arroyo y Alonso Lujambio al que acaba de visitar en sus propias oficinas de la Secretaría de Educación Pública para presumir de un programa que los papás de los escolares no sienten en sus hijos.
El Comité Ejecutivo Nacional es un desastre y ya reventó a Germán Martínez Cázares y está a punto de hacer lo mismo con César Nava Vázquez. Y el que ocupe ese lugar en noviembre, se las tendrá que ver con la elección para gobernador del Estado de México y la selección del candidato presidencial para el 2012.
En las enormes pantallas donde se efectuó el acto panista de aniversario por la fundación a cargo de Manuel Gómez Morín, apareció la figura ausente de Diego Fernández de Cevallos al que parecen estar velando pero no lo quieren reconocer públicamente. El gobierno tiene información sobre la suerte de El Jefe, pero no la da a conocer. Y si no la tiene, peor tantito.
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El senador perredista Carlos Navarrete Ruiz, sale con la inocentada de que: “solamente hay dos precandidatos presidenciales: Marcelo Ebrard Casaubon (que sería su pollo, digo su gallo) y Andrés Manuel López Obrador.
La realidad es que Manlio Fabio Beltrones Rivera y Enrique Peña Nieto están tan destapados como Ebrard y el “peje”. Y Santiago Creel Miranda ya declaró que quiere volver a perder la elección interna panista. Y en las filas del priísmo puede haber algún agazapado en la Cámara de Diputados o en el Senado de la República. Y entre los mismos gobernadores, pero tienen la amarga experiencia del fracaso del membrete del TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo) y no se atreven a dar la cara públicamente. Esperarán hasta el 2011 que son los tiempos correctos para este tipo de decisiones internas de los partidos políticos… No es que el Congreso de la Unión carezca de legisladores capaces de atender el llamado del rector universitario, José Narro Robles, para que “salven a México” con mejores leyes. Hay gente con probada experiencia como Emilio Chuayffet Chemor y Beatriz Paredes Rangel que ya fueron líderes de la Cámara de Diputados. O un César Augusto Santiago que es un lujo en la tribuna. Óscar Levín Coppel o un Sami David que ya han sido diputados en otras legislaturas. Y en el Senado están Manlio Fabio Beltrones, Jesús Murillo Karam, Pedro Joaquín Coldwell, Melquiades Morales Flores, Heladio Ramírez López y otros que se han ganado el título de chuchas cuereras. Pero la oposición ha llevado a las curules a gente de la calaña de Gerardo Fernández Noroña que les ha gritado a los panistas: “rateros” para referirse al resultado de la elección presidencial del 2 de julio de 2006. Y con gente así no se va a ningún lado. Por fortuna, también tienen en el Senado a un Carlos Navarrete, Pablo Gómez, Ricardo Monreal y otros que pueden ayudar a sacar al buey de la barranca.
El llamado de Narro Robles es respetable y debe atenderse. Sobre todo, porque lo hizo en nombre de nuestra Máxima Casa de Estudios. La única crítica que se le puede hacer al rector es llenar su palco de Ciudad Universitaria de “pumas de nuevo cuño” que en su mayoría son comunicadores y que se sienten más partidarios del equipo que la propia y pintoresca rebel. Siquiera ellos se enfrentan de vez en cuando a los granaderos, pero no tienen privilegios como estacionamiento privado, butacas acojinadas y room service.