Cuarto majestuoso programa de la Orquesta Sinfónica de Minería
Espectáculos lunes 25, Jul 2016- Con el maestro Paul McCreesh en la dirección deleitaron en la Sala Nezahualcóyotl
Arturo Arellano
La Orquesta Sinfónica de Minería llegó al cuarto programa de su temporada de verano 2016, en esta ocasión con el maestro Paul McCreesh como director invitado, y bajo su batuta interpretaron obras maravillosas de autores como Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwing Van Beethoven, logrando hacer de la Sala Nezahualcóyotl de Ciudad Universitaria un templo de la música de cámara para deleite de los más exigentes.
De entrada, el maestro MacCreesh se plantó frente a la Orquesta Sinfónica de Minería para con su presencia brindarles confianza y prepararlos para el viaje multisonoro al que someterían al público, interpretando piezas de autores tan distintos, empezando con Haydn, de quien ejecutaron maravillosamente la Sinfonía Número 88 en Sol Mayor.
Evidentemente, una pieza para lucir a cualquier orquesta por su alto nivel de dificultad técnica, pero que realizaron de manera magistral, dejando clara la mano de su director invitado, que previamente en entrevista había asegurado que ayudaría a pulir la ejecución de cada miembro de esta destacada orquesta.
Al terminar la pieza, el público supo agradecer el esfuerzo, profesionalismo e impecable interpretación de los músicos y les agradecieron con un nutrido aplauso.
Luego de un breve respiro los músicos se dispondrían a interpretar al genio por excelencia, el escatológico, pero talentoso Wolfgang Amadeus Mozart, de quien se atreverían a tocar el Concierto para Violín Número 5 en La Mayor, KV 219, Turco.
Para lo anterior, dieron la bienvenida a la guapa y talentosa violinista Shari Mason, que desde que puso un pie en el escenario deslumbró a los presentes, portando su instrumento con elegancia y seguridad. Sonaron entonces las primeras notas de esta obra, en un ambiente absolutamente entregado a la música producto de la sincronía perfecta de las notas que un día salieron de la mente y dedos del más grande virtuoso que la historia conoce y ahora reinterpretadas por nuestra orgullosamente mexicana Orquesta Sinfónica de Minería. Shari demostró una técnica impecable, quedando en más de una ocasión al frente de la OSM como la pieza lo exige en sus momentos de solista, para que después de 30 minutos de hermosa interpretación la gente se entregara al talento y belleza de quienes ocupaban el escenario bajo la batuta de McCreesh.
Un último descanso se daría antes de que la Orquesta Sinfónica de Minería diera paso a otro genio, el incomprendido y rebelde, tan sarcástico como perfecto, el alemán Ludwing Van Beethoven, de quien interpretaron la Sinfonía Número 8, quizá no tan popular como otras de sus obras, pero igualmente hermosa y compleja.
Tal como lo había anticipado el maestro y director invitado, Paul McCreesh, requirió de la máxima concentración y entrega de los músicos que parecían ir en un vaivén de emociones sonoras, de lo hermoso a lo trágico, de lo mágico y encantador a lo ambiguo y extraño, para cerrar con una atmósfera hermosa, cual música de los ángeles, que como bien decía Beethoven, son capaces de interpretar el lenguaje divino de Dios para traducirlo en música hermosa. Músicos capaces de entender lo que Dios pone en el aire para capturarlo, plasmarlo en partituras y después darles vida con instrumentos que bailan entre sus dedos, como haciéndoles el amor, para después dar a luz un hijo sonoro que te pone a soñar.
Así transcurrió el cuarto majestuoso programa de la temporada de verano 2016 de la Orquesta Sinfónica de Minería, con actuaciones a la altura de cualquier orquesta del mundo y en esta ocasión con Paul McCreesh, ofreciendo su talento.
El resultado fue un aplauso bien merecido de parte de un público de pie y completamente entregado. La temporada de la OSM continúa todos los fines de semana de este mes.