El olfato político de AMLO
Francisco Rodríguez viernes 15, Jul 2016Índice político
Francisco Rodríguez
Guillermo Federico Hegel es, sin duda, el mayor enciclopedista de la historia, un hombre cuyos conocimientos abarcaban, así como suena, todas las especialidades del pensamiento filosófico, técnico y humanista de su tiempo. Hegel, dueño de todas esas prendas del saber, fue también el mejor biógrafo de Napoleón.
En la actualidad, es difícil calificar a alguien con el aserto anterior y, mucho más, encontrar enciclopedistas. En parte, porque el avance de las tecnologías ha reducido el poder del pensamiento individual; en gran medida, porque ya es muy difícil que la gente acuda a la lectura de los textos originales para sostener sus posiciones ideológicas. Los gobernantes usan demasiado el teleprompter. Sólo se entretienen en sus “bisnes”.
Hegel no. En sus trabajos sobre la dialéctica de las ideas, primera piedra del materialismo histórico marxista, la Fenomenología del Espíritu, la Ciencia de la Lógica y el famoso libro sobre Elementos de la Filosofía del Derecho, destaca las dos cualidades que separaban al “Gran Corso” de los demás hombres.
No eran su capacidad estratégica, ni sus habilidades de mando y gobierno encaminadas a establecer un Imperio europeo que dominó al mundo durante casi un siglo, hasta la desaparición de la monarquía y el establecimiento de la República francesa, sino dos cuestiones demasiado esenciales: la intuición y la lógica.
En resumen, el talento natural. Lo inmanente a todos los seres humanos, pero que es muy difícil dejar fluir por la cantidad de asesores, favoritos y paniaguados ocurrentes que medran en las casas gubernamentales, cagando tinta e ideas falaces, que sólo resultan rupestres ocurrencias. Los ejemplos a modo los tenemos a la mano.
En el panorama mexicano del siglo XXI destacan por su desmedida influencia. Confinan a los hombres de poder en un reducto de historietas y libros vaqueros que los llevan a creer que Chespirito fue un gran literato, Fox dixit, o que los intelectuales orgánicos son el non plus ultra de los historiadores y analistas vivos.
Los gobernantes queman incienso en los altares personales de los foristas televisivos, mendaces y oportunistas; encargan la educación a iletrados; depositan la hacienda pública en manos de ladrones rastacueros y soberbios; dejan la política interior en diletantes y disléxicos, opuestos al diálogo todos, cómplices de la cerrazón, el desfalco del erario y el oprobio.
El sistema no tiene hombres o mujeres, en el pináculo de su estructura, que aporten una sola idea propia que beneficie a los demás. Todos, metidos en el saqueo, la corrupción y el trastupije de los negocios personales, a costa de nuestros impuestos. La opinión pública los juzga de antemano como una pandilla de asaltadores.
Cuando fracasan en sus tareas, cargan la culpa a los enemigos de la patria y los involucran en obligaciones que deberían estar a cargo de servidores públicos, como pasó con la iniciativa 3 de 3, gracias a la cual todos los ciudadanos de a pie tendríamos que demostrar públicamente que no robamos, chantajeamos o lucramos con el gasto público. ¡Hágame usted el refabrón cavor!
Cuando aprueban una limitada medida para favorecer la liberación de los primodelincuentes, casi en indigencia, que cometen robos de 50 pesos para poder comer y son recluidos al lado de violentos y mafiosos. Pero lo celebran fastuosos a la sombra de la noche, frente al Altar de la Patria, y diciendo “es el cambio más importante en materia de justicia durante los últimos cien años”.
Resulta demasiado claro entender su júbilo artificial, su celebración de lo infame, porque ignoran toda la legislación sobre justicia social y defensa del patrimonio nacional que se ejerció durante todas esas décadas: les conviene pasarlas por alto. Ellos son los beneficiarios de la desmemoria nacional.
Con el Sistema Penal de Justicia Acusatorio —ni a un correcto nombre le atinan— se trata sólo de trasladar al procedimiento oral pequeños juicios que estaban sometidos a los procedimientos escritos medievales de las fojas de barandilla. Pero hasta ahí. Los multimillonarios sobornos a los MP’s, los nuevos “mediadores” —en realidad “coyotes” de los anteriores—, jueces y hasta ministros de la Corte seguirán campeando, a pesar de todo.
En las altas y medianas esferas de la impartición y de la procuración de justicia, todo seguirá igual. Pesará siempre más la presión y los intereses de la cadena “Soriana”—que ayudó a la campaña y hasta hay quien afirme que el autollamado Presidente tiene grandes acciones en ese gran abarrote —que los gritos de indigentes e indígenas que caen en las garras de ministerios públicos y jueces patéticos y corruptos.
El problema del sistema es de credibilidad. Nadie confía en sus acciones supuestamente filantrópicas o pías. Porque detrás de sus publicitadas buenas intenciones, siempre hay un desaguisado de corrupción. Que todo cambie, para que todo siga igual. Se trata de distraer para $ustraer, en beneficio de los mandamases.
AMLO aprovecha los vacíos y los abusos del poder
En las cámaras se cierra un nefando capítulo, junto con su período extraordinario, una pieza para el museo de lo chusco. Reversa en todo lo central. Rasuradas las leyes anticorrupción, las coordinaciones para su combate, la lucha contra los narcos, los matrimonios gay, los gramajes de posesión de mariguana y un largo etcétera. Sólo queda la represión y la amenaza contra los que alzaron la voz, empresarios y eclesiásticos.
Lo que han pasado por alto, es que hay quien aprovecha estos vacíos y abusos de poder, desde el silencio, oportunidad que le ofrece su solitario olfato político, en medio del jolgorio abyecto: Andrés Manuel López Obrador, no ha dicho esta boca es mía ante tamaños exabruptos. El dueño de Morena es sigiloso y certero. Se beneficia de todos los dislates. Capitaliza los errores, a veces hasta sin mover un dedo. Redacta a diario la agenda pública de los ofendidos.
AMLO es, quiérase o no, el único dirigente partidista que no ha roto lanzas ni contra los reclamos de los obispos de todos los credos —quizá por su militancia evangélica y cristiana— no obstante su oposición como gobernante de la Ciudad de México a los matrimonios igualitarios.
Ni contra los empresarios, por su durísima posición contra los engaños legislativos y presidenciales del nonato Sistema Nacional Anticorrupción, ni en favor de su defensa para excluirlos de las obligaciones enjaretadas por la nueva Ley 3 de 3, que los emparenta con los funcionarios sometidos a las declaraciones, ésos sí, por manejar recursos fiscales.
Ni en favor del mayor gramaje en la posesión de mariguana, que el narcotráfico percibió, sensiblemente, como una escalada dirigida a la legalización de todo tipo de drogas, lo que acabaría con sus imperios e influencia política en materia electoral, una espada de Damocles que se cierne sobre todo el sistema de franquicias electorales vigentes.
Propone revisar reforma “educativa”
Ni en defensa, todo lo contrario, del garrote fallido de Nuño en contra de quien se oponga a una reforma educativa, que es sólo una concentración de nóminas magisteriales para gozar de los intereses que “suda”, depositada en los bancos escogidos, desde Chuayffet hasta nuestros días..
AMLO sabe que al enemigo se le vence utilizando el impulso de la fuerza de ataque que utiliza. Sólo falta que el voto antisistémico se extienda hacia parajes norteños donde no ha podido penetrar a plenitud. Y, desde luego, la aquiescencia de los patrones gabachos y de los grupos de interés y de presión. Lo que se ve más tierno que un chayote en Saturno.
Su olfato político es repudiado por los poderosos. Sigue siendo, según ellos, un peligro para México, a pesar de la urgencia del país de los miserables por cambiar de ambiente, por defenestrar a fallidos, ignorantes y codiciosos.
¿Peligro para México? Lo fue Calderón, con sus decenas de miles de muertos, desaparecidos y desplazados. ¿No cree usted?
Índice Flamígero: Grandes muestras de repudio ha recibido Margarita Zavala de Calderón, tras conocerse que, en un evento social celebrado en Monterrey, arremetió contra Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores. Ahí le preguntaron si no se sentía preocupada por las encuestas que afirman que AMLO lleva las preferencias ante millones de posibles votantes. “La verdad no es preocupación para nuestra agenda —habría dicho— el apoyo que pueda tener el señor Obrador. En el PAN nos preocupamos por votos de calidad. Obrador tiene empuje entre gente pobre y sin estudios y nosotros no representamos eso”. ¿Elitista? Más que eso. Seguro en la cabecita de la señora de Calderón debe papalotear la idea de que —“en el remoto e improbable caso”, como dicen en los aviones— de llegar a la Presidencia, sólo “gobernará” a pirrurris mochos que han hecho su lanita a base de “moches”, ¿o no? + + + Parafraseando al pastor alemán antinazi Martin Niemöller, don Rubén Mújica Vélez envía una colaboración titulada “¿Neoliberalismo? Sí, pero con verdugos desnacionalizados: Agredieron y despidieron a miles de maestros y como no soy maestro, guardé silencio. Agredieron y despidieron a miles de petroleros y como no soy petrolero, guardé silencio. Agredieron y despidieron a miles de doctores y como no soy doctor, guardé silencio. Agredieron y masacraron a miles de campesinos y como no soy campesino, guardé silencio. Agredieron y masacraron a miles de indígenas y como no soy indígena, guardé silencio. Asesinaron a miles de mujeres y como no lo soy, guardé silencio. Agredieron y corrieron a miles de electricistas y como no lo soy, guardé silencio. Empobrecieron a miles de pequeños comerciantes y como no lo soy guardé silencio. Despidieron a cientos de burócratas y como ya no lo soy, guardé silencio. Despilfarran miles de millones que dicen son “del gobierno” y como pienso que no me afecta, he guardado silencio. Los políticos / burócratas arrasan con el erario público, pero como creo que no me perjudica he callado. Ahora vienen por nosotros, los pensionados, jubilados, los que estamos inermes ante la carestía, las enfermedades, la privatización del ISSSTE / IMSS y angustiado, pregunto ¿quién o quiénes protestarán a favor de nosotros?” + + + El Poeta del Nopal no nos deja ayunos de su celebrada colaboración y envía “INE-landia”, que dice: “Al confundir en esencia / lo funcional con el lujo / promueven, ya sin tapujos, / una nueva residencia; / demuestra, tal exigencia, / que no tienen llenadera, / democracia bananera / con elegante disfraz / pero tan ineficaz / ¡como el pito de Mancera!”.
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