Molinar consiente a Televisa
Francisco Rodríguez jueves 23, Sep 2010Índice político
Francisco Rodríguez
CUANDO UN POLITÓLOGO se mete a político, equivale a dejar la barra de la cantina en manos de un alcohólico. Esto y aquello equivale a armar un des… piporre monumental. Se ha visto así en los casos del joven Lujambio, ocupante del escritorio del maestro José Vasconcelos, y más concretamente en el del “muy leal” Juan Molinar Horcasitas, quien en mala hora ocupa el principal despacho del complejo de Comunicaciones y Transportes en las avenidas capitalinas Xola y Eje Central.
Molinar, para empezar, no es amigo de la verdad. Y eso no hizo mayor daño en tanto fue “consejero ciudadano”, presuntamente apartidista, aunque invariablemente apoyara las causas panistas al seno del Instituto Federal Electoral.
Tampoco resultó dañino en tanto se desempeñó como subsecretario de (sub)Desarrollo Político en la Secretaría de Gobernación que encabezara Santiago Creel.
Pero Molinar Horcasitas ha resultado letalmente lesivo en su paso por una de las más nobles instituciones nacionales, el IMSS -el crimen por nepotismo y corrupción de 49 infantes justifican el calificativo-, y criminalmente parcial en el otorgamiento de bienes nacionales a la empresa Televisa heredada por Emilio Azcárraga Jean.
Ha mentido a los congresistas, apenas, en su comparecencia en la Cámara alta.
El senador Ricardo Monreal, por ejemplo, acusó al funcionario de maquinar una estrategia para consumar “el despojo” y hasta de haber pasado por encima de los poderes Legislativo y Judicial con tal de concretar la entrega del espectro a esas empresas. Molinar mintió al negarlo.
El senador panista Juan Bueno Torio le pidió explicar las diferencias entre lo que pagaron Televisa y Nextel, frente a otras empresas. Y Molinar respondió que no, cuando los propios documentos oficiales desmienten su información. Televisa/Nextel, por ejemplo, obtuvieron la concesión de la mitad del espectro que se subastó (sic) en la controvertida Licitación 21, por poco más de 180 millones de pesos, en tanto que por menores porciones de ese mismo bien licitado, la empresa de Carlos Slim debe pagar más de 3 mil 793 millones, y la española que encabeza Francisco Gil Díaz, aún por menos espacio radioeléctrico, mil 273 millones. Una verdadera ganga para Televisa/Nextel, que aún con esas cifras se atreve a negar, mintiendo, el ocupante de la SCT.
Vea usted: “No se pagan 180 millones de pesos por ello. Afirmar eso es incorrecto, totalmente. Es contrario a la verdad y a los datos. El pago que va a hacer la empresa Nextel por la Licitación 21 es de 180 millones de pesos de enganche, más 18 mil millones de pesos de derecho, más un programa de inversiones de 18 mil 500 millones de pesos, lo que está lejos de ser una ganga”, justificó, aunque nada de ello aparece en documentos oficiales.
No es Molinar, en efecto, quien prácticamente regala a Televisa/Nextel los bienes nacionales. Molinar es sólo la cuerda de transmisión de órdenes superiores que surgen de Los Pinos, la residencia oficial que desde 2006 ocupa Felipe Calderón.
“Lealmente”, el “muy leal” -por esa cualidad es que obtiene los cargos públicos, no por eficiencia o probidad- Molinar es quien arriesga el prestigio académico de regular politólogo devenido a pésimo político.
Y en esa tesitura es que sigue consintiendo a Televisa.
Porque sucede que, para participar en la Licitación 21, Grupo Televisa y Nextel celebraron un acuerdo con el objeto de que Televisa adquiriera una participación accionaria de Nextel México. El acuerdo contemplaba que Televisa adquiera el 30% de la sociedad Comunicaciones Nextel de México, S.A. de C.V. (empresa ya existente/Subsidiaria de Nextel Holdings) y estuviera sujeto al cumplimiento de diversas condiciones, entre las que se encuentra que resultasen ganadores de un monto determinado de espectro en las licitaciones organizadas por la Cofetel. Dicho acuerdo (concentración) fue autorizado por la Comisión Federal de Competencia el día 11 de febrero de 2010.
Televisa y Nextel informaron conjuntamente del acuerdo mediante boletín de prensa de fecha 15 de febrero de 2010. Para participar en el proceso de la Licitación 21 (1700 MHz) Televisa y Nextel participaron como un Grupo de Inversionistas. El Grupo de Inversionistas está conformado por las empresas Comunicaciones Nextel de México, S.A. de C.V., Inversiones Nextel de México, S.A. de C.V. y Televisa S.A. de C.V.
Este grupo de inversionistas participó en todas las etapas de la licitación. Ganadores de esta irregular subasta, el grupo de inversionistas se la ha pasado campechana, sin atender los términos de las Bases, del Formulario de Calificación y del Calendario de Actividades de la Licitación 21, en la que se señala que los grupos de inversionistas que resulten ganadores de algunos concursos “DEBERÁN” constituir una nueva sociedad que, en su caso, sea la que realice el pago de la contraprestación y reciba los títulos de concesión respectivos. Esta sociedad debe constituirse dentro de los 45 días naturales siguientes a la emisión del fallo. Y resulta que el grupo de inversionistas (Televisa-Nextel) pretende que la empresa beneficiaria que recibirá los títulos de concesión sea Comunicaciones Nextel de México, S.A. de C.V.
Esta empresa no es una nueva sociedad y no fue constituida en apego a las bases de la licitación.
Pero como Molinar consiente…
Índice Flamígero: Más que obvio el engaño del que fueron víctimas los colegas de El Diario de Chihuahua, quienes pensaron haber conseguido una entrevista exclusiva con el dirigente formal del PAN -el real ocupa Los Pinos-, César Nava, donde presuntamente éste contravenía a Felipe Calderón, pues proponía negociar con el narco. Se trata, por supuesto, de restarle credibilidad al periódico de Osvaldo Rodríguez Borunda, cuyos editoriales, por certeros, han dolido a los panistas.