Procurador de injusticias
Francisco Rodríguez jueves 14, Jul 2016Índice político
Francisco Rodríguez
Parece que los mexicanos también estamos hartos de tener razón. Cada vez que pensamos mal, acertamos. Desgraciadamente se confirma que no tenemos remedio. Hemos comprobado una y mil veces, que en el lodo de la corrupción, la verdad se corrompe tanto con la mentira, como con el silencio.
El escritor francés Víctor Hugo decía que “el que sabe y calla, es un criminal”. Si esto se aplicara al silencio de los que trafican con sus influencias y mercan con el poder, es doblemente punible. Si para cualquier ciudadano, saber y callar se castiga con epítetos de falta de valor civil…
… en un funcionario habilitado en las áreas de procuración e impartición de justicia es francamente grotesco, deleznable. Es algo que, definitivamente, atenta contra las bases mismas de la convivencia de los mexicanos. Demuele tanto la credibilidad tan derruida, como la legitimidad, necesaria para el ejercicio de las funciones encomendadas.
Simulación y engaño, los disfraces de la honestidad
La probidad y la transparencia, hace largo rato que han sido sustituidas por la simulación, el engaño, los disfraces de honestidad, el abuso descarado, la rapiña que hacen de los presupuestos públicos, el desmedro que provocan en los bolsillos de los causantes cautivos, que somos los únicos a los que el sistemita se dedica a perseguir y exprimir.
Es uno de los estigmas que perseguirá siempre al gobierno. Que los encargados de procurar y aplicar la ley, estén tan enlodados como los delincuentes de cualquier ralea. Que hayan abusado a cielo abierto, sin guardar los más elementales decoros, ni los modos y maneras.
Porque para los grandes deudores de la Hacienda pública, sólo hay perdón y olvido. Todo aquel empresario que adeude al fisco más de mil millones, es absuelto y compensado por el SAT más pronto que de inmediato. Los faltantes se compensan con las tributaciones de los esforzados, de los “cumplidos”.
Depredación que sienta nefasta jurisprudencia
Se ha vuelto un tema recurrente y difícil de digerir, la danza de los millones de dólares que los supuestos responsables meten a los bolsillos.
Decenas de abogados litigantes en el foro federal se quejan, de que tanto en la SCJN, como en casi todos los circuitos de impartición de justicia a nivel federal, la adoración al becerro de oro es ya cosa juzgada. Tanto tienes, tanto vales.
El cinismo de los jueces, para argumentar sus posiciones de defensa de los poderosos e intocables por la justicia, a los que siempre conceden la razón, dependiendo de las cantidades del soborno, se asemeja al refrán que se aplica al indolente: en tierra de ciegos, el tuerto es rey.
Nadie sale a la calle a protestar contra estas costumbres de depredación que, poco a poco, sientan una nefasta jurisprudencia, una conducta que, de tanto repetirse, se ha vuelto costumbre, demoliendo los cimientos del Derecho y de la confianza en que esto algún día pueda remediarse.
“Si sale el sol, porque aprieta demasiado, si llueve, porque se resbalan”. El hecho es que nadie abre el pico, pues todo mundo espera que la próxima vez les toque a ellos portar la maleta de dinero del culpable, para repartiría entre los juzgadores y obtener la sentencia favorable.
Los corruptos están sentados en nuestra sala
Y en política, lo hemos comentado usted y yo desde siempre, a medida que se reduce el espacio geográfico de los territorios, el contacto de la justicia con los problemas, hace más difícil gobernar. La gente lo percibe con crueldad y decepción.
Desde las grandes atalayas del poder, donde las responsabilidades se diluyen entre muchos niveles de funcionarios, el contacto real es simplemente relativo, y se depreda más en lo oscurito de los anonimatos. En las grandes estructuras, el juicio de los ciudadanos, desafortunadamente se disuelve entre tanto prevaricador de la justicia.
Por eso, es más deleznable confirmar que los corruptos están sentados en los sillones de nuestra sala, frente a nuestras narices. En un país demolido por la pérdida de esperanza, es un atentado que los encargados de procurar justicia, actúen con una ambición desenfrenada.
Un ujier habilitado en el tráfico de excesos
En la Ciudad de México es una vergüenza confirmar la actuación del procurador de Justicia, Rodolfo Ríos Garza, que hasta la fecha no nos explicamos de qué privilegios goza para arremeter con tanta impudicia contra los ciudadanos de a pie.
Abogado, egresado de la Universidad ¿”patito”? Del Valle de México, su único mérito es haber sido secretario particular del jefe de gobierno, cuando éste se desempeñaba como titular de la PGJDF, que desgraciadamente confió a un subalterno de poca monta, de negras intenciones, como Ríos Garza.
Tal vez por su meteórica carrera de ujier habilitado, sus reducidas funciones en el edificio lo hicieron entrar en contacto directo con el bajo mundo del trafique de influencias y de excesos punibles. Todo indica que, de inmediato, se hizo socio de ellos.
¿Es socio del defraudador Fernández Urbán?
Los más reputados penalistas se quejan amargamente que el procurador Ríos Garza es muy selectivo. Existen denuncias fundadas y comprobadas de que promueve, con la fuerza de los aparatos policíacos, la acción de conocidos defraudadores que se han dedicado a violentar la ley, en su provecho.
Un ejemplo, entre muchos: la empresa defraudadora Administradora de Inmuebles, propiedad de Joaquín Guillermo Fernández Urbán, al parecer socio de Ríos Garza, falsifica documentos y escrituras, ostentándose como propietario (sin serlo), simula, engaña y despoja de sus propiedades a los capitalinos, pasándose por el arco del triunfo las numerosas averiguaciones previas que nada más nunca proceden.
Como pruebas, las averiguaciones FMH/MH-5/T2/00143/12/01,y 11 más del mismo jaez, en las que se involucra a la abogada de tales simulaciones Kenya Irma Sandoval Aguilar y a su esposo, Sebastián Alonso Martínez García, con seudónimo “Iván Martínez”, con orden de aprehensión derivada de la Averiguación Previa FAO/A0-2/T3/00941/14-04, hasta la fecha sin ejecutar, gracias al encubrimiento constante de Ríos Garza.
Despojos de patrimonios y simulación jurídica
Nulo ejercicio de la acción penal contra defraudadores que desalojan con impunidad a los moradores de, cuando menos dos decenas de edificios, ubicados en las céntricas delegaciones Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Azcapotzalco.
Atracadores convictos y confesos de actos inenarrables de prevaricato, complicidad judicial, despojos de patrimonios, simulación jurídica, fraude a la ley, y casi todos los acumulables. El brazo de la justicia jamás alcanzará a cobijar o siquiera a proteger a las víctimas. Está de por medio un poderoso, Rodolfo Ríos Garza, quien en realidad se desempeña como socio y cómplice de los defraudadores.
Tiene muchos años que los Fernández Urbán, Sandoval Aguilar, Martínez García y Ríos Garza, deberían estar a buen recaudo, tras las rejas. ¿Qué se espera para actuar? ¿Usted a qué cree que ello no suceda?
Índice Flamígero: Recibo el comentario de Hugo Jiménez Cubas, éste en torno a Renunciar al PRI, la venganza de Beltrones: “¿No has pensado que la caída de Beltrones fue un operativo fríamente calculado y ejecutado por lo que llamas el grupo en el poder, para obligar al sonorense a retirarse por dignidad (ya sabían que eso iba a pasar) y de esta forma eliminar a la principal piedra en el camino para la candidatura de Videgaray, quien con la autorización de su amigo y jefe, nombró a Ochoa (amigo de todas sus confianzas) como operador de su precampaña y campaña, de la que va a ser coordinador Meade (su otro gran amigo), al que purificó metiéndolo al gabinete, a pesar de haber sido funcionario azul en la pasada administración presidencial.
Quienes piensan que con las supuestas derrotas del PRI en las pasadas elecciones, el tricolor está acabado, se equivocan, porque fue una maniobra electorera, para acabar con el principal enemigo para el próximo presidente de la Republica, que va a ser el abanderado del PRI (Videgaray). El enemigo era Beltrones, quien entendió y por eso mejor renunció”.
www.indicepolitico.com
pacorodriguez@journalist.com
@pacorodriguez