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Ramón Zurita Sahagún viernes 8, Jul 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La designación del nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, va de la mano con la nominación del candidato presidencial de ese partido.
Una y otra van concatenadas, toda vez que la cascada de nombres que se mencionan para ocupar la vacante dejada por Manlio Fabio Beltrones, incluye en ellos a varios de los prospectos que tiene esta partido para la contienda electoral del 2018.
Por eso, el anuncio de que el 12 de julio se conocerá al nuevo dirigente del partido desató toda clase de especulaciones.
Nombres van y vienen, mencionando a los aspirantes que son analizados para ocupar esa plaza y se incluyen funcionarios del gabinete presidencial, legisladores y hasta gobernadores, cada uno de ellos recibe menciones al por mayor.
Es cierto que ocupar la dirigencia nacional del PRI es una distinción para los militantes de ese partido, por lo que los anotados son muchos.
Los que se encuentran casi descartados son algunos de los gobernadores que dejarán de serlo pronto, pero no porque a los electores de ese cargo les importen mucho las formas, sino porque algunos de ellos han realizados gobiernos tan desastrosos que derivaron en la pérdida de esos estados para el partido tricolor.Eso descartaría de inmediato a César y Javier Duarte, por si alguno de ellos mantenía la idea de ocupar el sitio vacante.
Sin embargo, el gobernador de Chihuahua ya lo intentó en el pasado reciente ser el ocupante de la silla presidencial de su partido.
El año pasado, su nombre fue incluido por sus aduladores como un serio prospecto para la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional y hoy se advierte el porqué no fue incluido y recayó en Manlio Fabio Beltrones la designación.
Aurelio Nuño, el secretario de Educación Pública era el candidato que se impulsó desde el gobierno federal para ocupar la silla que dejó vacante César Camacho.
Fue tal el rechazo que mejor se le derivó como titular de la SEP. Hoy, Aurelio Nuño vive serios problemas en su gestión, por lo que podría ser relevado del cargo, aunque se duda sea enviado al cargo que en algún momento se creyó idóneo para él.
Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, es visto como el prospecto más sólido para presidir el partido, pero dos razones lo frenan: 1.- Es el principal operador político del gobierno para debatir y dialogar con la CNTE y 2.- Es el aspirante más fuerte para la candidatura presidencial en 2018.
Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda, es, tal vez, el más cercano al Ejecutivo federal y aglutina la habilidad política y financiera, pero los problemas que padece el país son también del orden económico, por lo que debe continuar en donde está, además de que ir al PRI lo descartaría en la carrera presidencial.
José Eduardo Calzada, titular de Sagarpa, es el clásico alza mano que quiere ser dueño del balón, aunque sea de manera marginal. Ex gobernador de Querétaro, perdió en su sucesión, por insistir en dejar “delfín” y es el más acelerado de los secretarios con la carrera presidencial. Destinarlo al PRI sería poner al partido en alguien que solamente está interesado en ser considerado como aspirante presidencial. Enrique Ochoa Reza, director de la CFE es el único que ha confirmado su inclusión en el registro de candidatos.
Ivonne Ortega, diputada federal, es la principal figura femenina del partido del que ya fue secretaria general. Su nombre rebasa el de Claudia Ruiz, secretaria de Relaciones Exteriores, en ese renglón de género.
Por supuesto, hay más nombres, ya que la oportunidad es única, toda vez que quien resulte beneficiado con ese nombramiento sería, eventualmente, el encargado de guiar al partido en la búsqueda de ganar los comicios del 2018.
Los priístas saben que no pueden estar realizando tantos cambios, por lo que deben seleccionar adecuadamente a su nuevo dirigente nacional.
Carolina Monroy del Mazo habrá de quedarse como secretaria general, por lo que no habría movimiento en esa zona, aunque sí en las demás secretarías, ya que varios de ellos mostraron una total incompetencia y otros más son piezas claves del grupo de Manlio Fabio Beltrones.
ANULACIÓN
Zacatecas capital es la primera posición de importancia que gana el Movimiento de Regeneración Nacional, fuera de los triunfos en la CDMX, y resulta que el tribunal electoral se los echó abajo. Soledad Luévano había conseguido los votos suficientes para la victoria, pero resulta que fue acusada de incurrir en actos anticipados de campaña y en presentar a tiempo su informe de los gastos ejercidos.
Por una de esas mismas razones se habían cancelado las posibilidades de que, curiosamente, el candidato de Morena al gobierno de Zacatecas, David Monreal Ávila, fue bajado como abanderado al gobierno estatal, aunque al final de cuentas fue reinstalado.
La disputa continuará, ya que Morena no quiere le sea arrebatada la primera capital de un estado que conquista.
Pero si de recursos de impugnación se trata, hay una larga lista de elecciones protestadas, donde se busca la anulación de la competencia o que sea les sea reconocido el triunfo a otros que resultaron derrotados.
Tijuana es una plaza sumamente codiciada por los priístas que presentaron recurso de impugnación, aunque quedaron en tercer lugar de las preferencias, ya que el triunfo le fue otorgado al PAN y el PES, en segundo lugar.
En Veracruz, la diputación local de Juan Manuel del Castillo, uno de los principales operadores del gobernador Javier Duarte, se encuentra en riesgo, ya que fue ganada por el priísta por menos de 100 votos y fue impugnada en tribunales.