“La paciencia se ha agotado”
Francisco Rodríguez martes 5, Jul 2016Índice político
Francisco Rodríguez
Desoyendo al refranero popular que reza “están viendo el temblor y no se hincan”, todo mundo, desde las diversas posiciones de poder, atiza la leña para que el fogón sea insoportable. Simultáneamente, se acumulan los problemas irresolubles y los gazapos de los miembros del gobierno tocan techos inéditos de provocación.
“La paciencia se ha agotado, se acaba el tiempo”, responde el vocero.
Al que se le acaba el tiempo es a él, al secretario de Gobernación del que se esperaba paz social, que no ha conocido este sexenio.
Las palabras, las mismas que puede difícilmente pronunciar en su lastimoso lenguaje, sólo le alcanzan para amenazar, nunca para prevenir, para actuar en términos jurídicos contra violaciones escandalosas dentro del aparato.
La población que cree en el estado de Derecho se pregunta en sus consultas políticas a este escribidor, ¿por qué si el pleno del Congreso tuvo el morro de mancillar la soberanía sinaloense, ordenando el desafuero de una diputada electa localmente por el delito de visitar al reo más importante de México, con una credencial falsa…
… no ha tenido la valentía de dictar la procedencia del juicio político respectivo a los de la casta dorada, aquellos burócratas de trajes Armani que, sin saber leer atropellan los derechos fundamentales, y lucen títulos apócrifos de licenciaturas, como es el caso del disléxico secretario de Gobernación?
Y conste que no es sólo el titular de Segob, quien señala, de que “todo tiene un límite y se agota el tiempo para tomar una decisión”.
Es la famosa “sopa boba”, no sólo porque no desquitan lo que comen, sino porque son gaviotas de nuestros impuestos, son nuestros empleados, según la Constitución, y a pesar de ello, arremeten contra sus patrones, en todos los rincones de esta ofrecida y subastada geografía, cuyos veneros han entregado a sus patrones de afuera.
Nos han robado las tierras más generosas, sólo para disfrazar su fracaso.
Han abusado de la utilización del hambre y la miseria, para que sigan en el clóset sus erráticas decisiones de “reformas estructurales” —nunca peor usado el terminajo— para llevar al abismo no sólo nuestro patrimonio y nuestros valores fundamentales, sino todas las esperanzas que existían sobre la viabilidad de esto que todavía llaman país.
Su proyecto de régimen político se agota en tres o cuatro palabras: se la han pasado “mareando a la perdiz”, esperando el momento de la sucesión, metiéndose entre ellos cuantas zancadillas conozcan para llevarse el galardón de la infamia, esperando que el pueblo aplaudirá sus desmanes, reconocerá su absurda mano dura, de quincallero ramplón.
Sus objetivos son privatizarlo todo. La educación, la salud y el sector agropecuario, entronizando en esas áreas claves, que son prioritarias para cualquier gobierno del mundo que se tenga un poquito de respeto, a sus contlapaches que, una vez que lo consigan, les darán la espalda.
Como no conocen la historia, ni la inmediata, piensan que seguirán siendo sus socios, una vez que se marchen limpios del poder.
Salinas pensó que sus socios gabachos le darían un retiro digno
Lo mismo pensó, hace muy poco tiempo, Carlos Salinas de Gortari, manipulado por los intereses de sus lambiscones de ocasión. Trabajó incansablemente para desmantelar el Estado, en nombre de un neoliberalismo trasnochado, pensando que sus socios le iban a ofrecer el mullido colchón para su retiro.
A los pocos meses de haber sido despojado de la Banda Presidencial, todos los favorecidos con empresas paraestatales a precio de ganga, concesiones radioeléctricas al vapor, prebendas injustificadas ante la población, dinero a raudales y canonjías de sultanato, le voltearon la espalda al chaparrito , para rendirse al nuevo mandatario, al que todavía podían sacarle más de todo eso.
Total, el Estado se había convertido en “una venta de garage”. Si el FMI y los financieros del Banco Mundial exigieron privatizar para seguir prestando a espaldas del pueblo. Si las cartas de intención del Imperio, del TLC de América del Norte, lo ponían como condición para comprobar que no trataban con demagogos y populistas, ésa era la ocasión.
Favorecidos por Salinas de Gortari, a quién enfrente le siguen llamando “Presidente”, pero a sus espaldas desprecian los Bailleres, Larrea, González Arango, Servitje, Aramburuzabala, Romero Kolbeck y muchos apellidos dorados más, protegidos por las cobijas salinistas, le voltearon la espalda en un santiamén y lo exiliaron a Irlanda, desde donde “santaneaba”, creyendo que todavía eran sus socios.
“Una pura y dos con sal”, fueron los saldos de las fantasías salinistas. Las mafias saquearon hasta los saldos de su caja chica, convertidos en patrimonio familiar y de la parentela. El ridículo como estigma. La condena a no poder pasear por las calles de México, ya no digamos la imposibilidad de comer en lugares públicos.
Estos piensan que el confort y lo mal habido son eternos
¿Por qué no se mira en ese espejo? ¿Son tan torpes los políticos”, que son incapaces de reflexión, que no ven más allá de sus narices? ¿ Que piensan que todos los conforts y lo mal habido son eternos?
Ahora, se suman las amenazas de los violentamente despojados, de los reprimidos sin misericordia, de los sentenciados sin juicio previo, de los que mascullan, impotentes, a la sombra de las ráfagas de metralleta y los toletes, que por un muerto más, se lo cobrarán, como en la del Talión, con un político represor menos. Advertencia seria, de terror.
Porque si no lo hacen ellos, lo harán otros, que han sido apapachados por el sistemita para organizarse escrupulosamente, bajo el sello de la delincuencia organizada. Y también tienen cuentas pendientes a su favor. A veces porque, desde las oficinas públicas, civiles o de uniforme armado, no se ha regado convenientemente “la copa”…
… a veces porque, en el afán codicioso se ha protegido a los contrarios del negocio. A veces, porque ven cercana la exigencia ciudadana de legalizar las drogas, igual que el alcohol o las anfetaminas. Casi siempre, porque, a pesar de su comprobada colaboración a las arcas personales de los funcionarios, son tratados como extraños al aparato. Nada más sencillo que comprenderlo: están resentidos, con los resentidos.
Como la cereza de ese sangriento pastel, las anticlimáticas declaraciones de Carstens y del socio Videgaray: 19% menos de inversión pública en obras y servicios, mucho menor crecimiento del PIB, más depreciación del peso, mayor inflación y desabasto. ¡Ah! y que comamos salmón.
Como caricatura de final de fiesta infantil: el avión de Peña Nieto no puede aterrizar en los aeropuertos del Tercer Mundo, como el chileno de la cumbre de Jefes de Estado: tienen la pista demasiado corta, para tamaño aparatejo que, como decía el hoy temido populista: “¡ni Obama lo tiene!”
Pregunta el pueblo: ¿”Más mezcla maistro… o le remojo los adobes”?
Índice Flamígero: Imprescindible, la colaboración de El Poeta del Nopal. Hoy la titula “El Día del Chacal”. Y dice: “Es el turno voraz de los chacales / que abanderan insólita cruzada, / es la Patria infeliz y sobajada / devastada por hordas neandertales; / es el fin de los dones teologales, / es inútil poner la otra mejilla, / es cinismo que pasma y maravilla, / la antítesis del quinto mandamiento, / es un torvo y siniestro regimiento / que impaciente espera en la otra orilla”.
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