La otra faceta de los feudos
¬ José Antonio López Sosa viernes 1, Jul 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Hemos insistido en esta columna, que el federalismo que se buscó a partir de la transición del año 2000 en México, se convirtió en una suerte de feudalismo a nivel estatal, la soberanía constitucional de cada estado, luego de más de 70 años de presidencialismo priísta conllevó a que cada gobernador se transformara en una suerte de señor feudal, donde no hay poder que esté sobre ellos.
Podríamos citar ejemplos de todos los partidos políticos que han ganado gubernaturas, no hay uno solo que carezca de una posición feudal en alguno de sus gobernadores.
Tras la elección que acaba de transcurrir, han mostrado otra faceta de los feudos que existen en las distintas entidades del país, en especial en aquellas donde hay una alternancia política, como resultado del proceso electoral.
El escándalo se centra en los nombramientos de los fiscales, tanto en Veracruz como en Quintana Roo, en el primero aplazado y en el segundo consumado. Los gobernadores salientes están buscando protegerse y dejar gente de su confianza no sólo en estos puestos, sino también al nombrar magistrados que formarán parte del Poder Judicial de sus estados en los siguientes años, todo ello con la venia de los congresos locales donde tienen aún mayoría.
Si bien es cierto, estos temas están en el debate político, incluso la propia dirigencia temporal priísta dio parcialmente la espalda a la decisión de Duarte en Veracruz; sin embargo, esto es sólo la parte visible de lo que cotidianamente ocurre en los estados de la República, donde sus gobernadores actúan como señores feudales durante su administración.
Esta otra faceta de los feudos se interpreta con una sola palabra: impunidad.
Si el discurso de los partidos políticos en general está orientado a combatir la impunidad, lo menos que debieran hacer es expulsar a quienes tratan de mantenerse impunes, no hablamos de legalidad -porque en muchos casos las leyes a modo en los estados permiten estos excesos- sino del deber ser en la política, eso que buscan en el discurso los distintos partidos.
Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo son una prueba para el sistema de partidos en el país, ¿estarán -el PRI en este caso- del lado ciudadano o del lado de la impunidad?