La renuncia de Beltrones
¬ Augusto Corro miércoles 22, Jun 2016Punto por punto
Augusto Corro
En el Partido Revolucionario Institucional (PRI) alguien tenía que pagar los platos rotos del 5 de junio.
Como se sabe, el tricolor perdió siete gubernaturas.
Suficientes argumentos para cortar cabezas. Por eso mismo era esperada la renuncia de su líder, el sonorense Manlio Fabio Beltrones.
El dirigente decidió dimitir al cargo de presidente del PRI y así lo manifestó ante la jerarquía de su partido.
En una autocrítica, el sonorense se refirió a las causas de la derrota priísta de la siguiente manera:
“En muchos de los casos los electores dieron un mensaje a políticas publica equivocadas o a políticos que incurrieron en excesos, que no tuvieron conductas transparentes y que no actuaron en forma responsable”. Y agregó:
“Sus respectivos partidos recibieron la sanción de una ciudadanía vigilante que premia o castiga con el voto”.
Efectivamente, el dirigente señaló directamente el origen del fracaso en los comicios del primer domingo de junio.
Aunque las encuestas señalaban el triunfo del tricolor, en la realidad las cosas eran diferentes, pues el electorado ya estaba harto de sus gobernantes.
¿Quién en su sano juicio pensaría que el PRI ganaría en Veracruz? ¿O en Chihuahua? Por citar dos ejemplos.
No se realizaron a tiempo los ajustes políticos necesarios para mejorar la imagen del Revolucionario Institucional, ni en Veracruz, ni en otros estados.
En Veracruz se llegó a la temporada electoral con un gobernador, el impresentable Javier Duarte, acusado de saqueador del erario, de inepto ante la ola violencia, etc.
Cómo estarían de cansados de tanto desmán en aquella entidad, que los veracruzanos votaron para que los gobierne el panista-perredista, Miguel Ángel Yunes Linares, que porta las mismas credenciales de pillo que ostenta el gobernador.
Beltrones no podía hacer gran cosa para ganar: el naufragio estaba a la vista. Una vez analizada su situación después de los comicios mencionados, presentó su dimisión a la Comisión Política Permanente del PRI, que a su vez la llevar a debate al Consejo Nacional en los próximos días. ´
El sonorense declaró también que seguirá en la política.
EN LOS CUERNOS DE LA LUNA
En el Partido Acción Nacional (PAN) la situación es diferente después de las elecciones del 5 de junio.
Su líder, el “joven maravilla”, Ricardo Anaya, ganador de siete gubernaturas, encabeza ya las encuestas sobre preferencias electorales.
Los interrogados sobre su candidato blanquiazul a la Presidencia de la República, contestaron así:
Ricardo Anaya, 44%; Margarita Zavala, 41% y Rafael Moreno Valle, 15%.
A simple vista se puede augurar que la lucha interna en el PAN se agudizará a partir de ya, pues Margarita, la esposa de Calderón, se encuentra en plena precampaña política rumbo al 2018.
Los resultados de esa encuesta no la dejarán dormir tranquila.
Como se sabe, la ex primera dama lleva un buen tramo del camino en la organización de su equipo y de la integración de sus redes de apoyo a su postulación como aspirante presidencial.
Saber que el joven Anaya en un abrir y cerrar de ojos la aventaja en las encuestas, la obligará a tomar medidas para evitar una sorpresa.
El triunfo del dirigente en las elecciones pasadas lo colocan como un aspirante natural panista a la contienda electoral del 2018.
Claro que tendrán que suceder todavía un sinnúmero de hechos en el PAN para definirse por el candidato definitivo.
Por ahora, Margarita tiene enfrente a un rival no deseado. A diferencia de ella, Anaya aún no tiene cola que le pisen. La aspirante carga el peso de la pésima administración de su esposo Felipe, quien tarde o temprano tendrá que rendir cuentas de su guerra fallida contra la delincuencia organizada.
MORENO VALLE
Otro que debe estar muy preocupado es el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien de acuerdo con la encuesta tiene el 15% de las simpatías electorales.
Tal vez, de los tres aspirantes Rafael, Margarita y Ricardo, el primero es el que más se preocupó por manejar su imagen política a nivel nacional, sin obtener resultados satisfactorios.
Se avecina una lucha interna en el PAN de pronóstico reservado. Los Calderón, con Margarita a la cabeza, ya probaron las mieles del poder y se encuentran empeñados en regresar a Los Pinos.
Moreno Valle es un político del montón, con aspiraciones de sueño irrealizable.
Ricardo, apoyado por su juventud, pero sin la experiencia de gobernar, podría ser el dolor de cabeza de Margarita y Moreno Valle.