Larga lista
Ramón Zurita Sahagún miércoles 22, Jun 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
¿Político o tecnócrata? Siempre ha sido la disyuntiva dentro del Partido Revolucionario Institucional, donde la línea marcada entre unos y otros es sumamente delgada.
La designación del nuevo dirigente nacional del tricolor muestra nuevamente la diferencia que hay entre unos y otros y la definición puede ser indicativa de la sucesión presidencial.
Dentro del primero de los grupos se cuentan una serie de personajes que, tal vez, no son del agrado del llamado primer priista del país y dentro de los segundos hay otros que no quieren ser siquiera mirados o mencionados como prospectos, ya que sus pretensiones son más altas.
Se considera políticos a todos aquellos que se han fraguado dentro de la lucha por los cargos de elección popular, sin contar con grandes maestrías en el extranjero, aunque también algunos de estos individuos han alcanzado cargos de gobernantes, donde, regularmente, muestran su fracaso como políticos.
Los llamados tecnócratas llegaron al poder con la candidatura presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado, donde algunos de estos sujetos mostraron su habilidad política, mientras que otros dejaron en claro su inmadurez como tales.
Diversos tecnócratas han identificado su postura con el uso del método científico para resolver los problemas de la política. En vez de basar sus decisiones en convicciones ideológicas, se favorece la acción orientada a resultados y basada en datos empíricos. El término tecnocracia fue originalmente utilizado para designar la aplicación del método científico a la resolución de problemas sociales, en contradicción con los enfoques económicos, políticos o filosóficos tradicionales.
De ahí, que suele haber confusión entre algunos de estos personajes que se autonombran políticos.
Sin entrar en la clasificación de cada uno de éstos y dejando que sean ellos mismos los que se definan, entre los nombres que se mencionan para ocupar la plaza que actualmente detenta Carolina Monroy del Mazo en su función de interina, hay de todo.
Los primeros personajes que se mencionan son los del gabinete presidencial, aunque varios de ellos prefieran que no los consideren dentro de este no tan selecto grupo.
Hay tres secretarios que son vistos como opciones, los de Gobernación, Educación Pública y Hacienda.
Miguel Ángel Osorio, Aurelio Nuño y Luis Videgaray, mantienen la vara más alta que presidir el PRI, aunque los tres tendrían una salida digna si algunos de ellos es elegido para esas tareas.
Los secretarios de Gobernación y de Educación Pública se encuentran inmersos en la vorágine del conflicto magisterial, por lo que tendría que estar solucionado éste, para entrarle al otro reto.
Estos tres personajes se consideran los más cercanos al afecto presidencial y saben que se juegan sus cartas más fuertes para la sucesión presidencial, pero que requieren de contar con una buena estructura y un mejor manejo del partido para conseguirlo.
Otro secretario alza la mano y pasa lista de presente, el de Agricultura, catalogado como él todas mías. José Eduardo Calzada, no entregó buenas cuentas como gobernador de Querétaro, ya que fue una de las plazas reconquistadas por el PAN, cuando el fungía como gobernador.
Con todo y ello fue premiado con la titularidad de Agricultura, donde mueve sus piezas para promoverse como aspirante presidencial o a cuanto cargo mayor del que tiene exista.
Ivonne Ortega Pacheco, la diputada federal que ya fue senadora y gobernadora de Yucatán, además de secretaria general del CEN del PRI, espera su oportunidad de mostrar que cuenta con las herramientas necesarias para presidir el partido.
Otro personaje cercano al afecto presidencial es Ricardo Aguilar Castillo, ex dirigente estatal en el Edomex que gobernó Enrique Peña Nieto y que formó parte de la estructura partidista de campaña presidencial en el CEN del PRI. Actualmente funge como subsecretario en Agricultura.
Dos ex gobernadores, los dos con amplia carrera partidista se asoman también en este mundo de posibilidades para presidir al PRI.
Ambos son catalogados como aves de tempestad, uno más que el otro por su estilo bronco de hacer política, el otro más terso, más zorro y habilidoso.
José N. Murat Casab, considerado como el artífice del Pacto por México y cuyo hijo, Alejandro Murat Hinojosa, fue uno de los cinco candidatos triunfadores del PRI en los comicios del pasado cinco de junio.
Murat Casab ha sido diputado federal y senador, además de gobernador y formó parte del CEN priista en diversas ocasiones. Mantiene buena relación con los altos círculos de la clase política actual.
Fidel Herrera Beltrán, es el otro, también varias veces diputado federal, senador y gobernador de Veracruz, estado en donde es visto, por algunos, como ángel o demonio.
A Fidel se le debe parte del embrollo actual, pues fue el impulsor como candidato de Javier Duarte de Ochoa y aunque se desempeña como Cónsul en Barcelona, operó parte de la fallida estrategia electoral de Héctor Yunes Landa.
Emilio Gamboa Patrón es otro de los mencionados, aunque se duda que el coordinador de los senadores del PRI dejara la comodidad de ese cargo, por entrarle a uno donde no manifiesta destreza.
Finalmente se encuentra la presidenta interina del partido, Carolina Monroy del Mazo a quien la presión y las turbulencias políticas pueden afectarle, aunque en este mundo político de indecisiones o actos sacados de la manga, podrían beneficiarle por algunos meses, antes de que se tome la decisión final para la candidatura del tricolor al gobierno del Estado de México.
En los próximos días, seguramente, surgirán otros nombres, unos con posibilidades y otros sin ellas, pero los priistas y el considerado primer priistas del país deberán elegir bien, si es que quieren que su partido entre a la disputa presidencial o quede, desde ahora, fuera de ella.