Lo que viene en 2017
Ramón Zurita Sahagún viernes 17, Jun 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Tres son los estados en los que habrá competencia electoral en 2017, para que los ciudadanos decidan quienes los gobernarán.
De esos tres estados, dos de ellos (Estado de México y Coahuila) han sido gobernados desde siempre por militantes del Partido Revolucionario Institucional, mientras que el tercero (Nayarit) tuvo ya una participación de un mandatario surgido de la oposición.
Claro que ese gobernador de Nayarit que le ganó al PRI era un ex militante del partido que al no ser postulado, optó por irse como abanderado de la alianza formada por el PAN y PRD.
Antonio Echevarría Domínguez venció sin grandes apuros al endeble candidato priistas Lucas Vallarta Robles, quien entró como candidato, a pesar de que el mejor prospecto era su hermano mayor, el general Álvaro Vallarta.
Fueron los tiempos en que los priístas iniciaron su debacle que hizo crisis un año después, con el triunfo presidencial de Vicente Fox Quesada sobre Francisco Labastida Ochoa.
Cuatro aspirantes a gobernadores que fueron relegados por el partido tricolor, decidieron experimentar lejos de ese organismo político, arrancando las cuatro entidades de las manos del Revolucionario Institucional.
Fueron los casos de Ricardo Monreal Ávila, Zacatecas; Leonel Cota Montaño, Baja California Sur y Alfonso Sánchez Anaya, Tlaxcala, además del mencionado Echevarría Domínguez.
Después del término de su mandato, los priístas recuperaron el territorio con Ney Emilio González Sánchez y Roberto Sandoval Castañeda, con todo y que para enfrentar a Ney, otro priísta desertó de las filas de este organismo político y con la bandera de los partidos de izquierda estuvo a punto de ganarle al hijo de Emilio M. González Parra. Miguel Ángel Navarro se quedó a menos de 15 mil votos del triunfo.
Sandoval Castañeda no tuvo problemas y venció a Martha Elena García, la esposa de Echevarría Domínguez que compitió con los colores del PAN. En los otros dos estados, los tricolores han gobernado siempre, sin contratiempos de ninguna clase.
El Estado de México representa, por mucho, la entidad más poblada del país, por lo que los priístas defenderán la plaza a costa de lo que sea.
Teniendo focos rojos en las entidades más pobladas del país que son gobernadas por partidos o individuos ajenos al tricolor, los priístas saben que la defensa de la entidad mexiquense debe ser a ultranza.
Distrito Federal, Veracruz, Jalisco, Puebla, Guanajuato, Michoacán, Chiapas, Oaxaca y Nuevo León, son los principales estados en cuanto a número de habitantes, de los cuáles gobernarán solamente dos para el 2018, si es que no ganan el Estado de México.
Y de esos dos, Jalisco es inminente el triunfo de Movimiento Ciudadano en la siguiente elección, quedando solamente Oaxaca y Chiapas, donde cogobierna con el Partido Verde.
Los demás, Veracruz, Puebla y Guanajuato, gobernados por el PAN, Distrito Federal y Michoacán por el PRD y Nuevo León por un independiente.
De ahí la importancia de que refrende su dominio sobre la entidad mexiquense.
En 1999, los priístas sufrieron un primer amago que fue más que nada un simple susto, donde Arturo Montiel Rojas ganó al panista José Luis Durán Reveles por siete puntos porcentuales, poco más de 200 mil votos de diferencia.
Fue el primero y único intento de triunfo por parte de los opositores, en un estado en que los priístas mantienen amplio dominio en lo estala, aunque pierdan los principales ayuntamientos y hasta el control del Congreso.
Los números establecen que Emilio Chuayffet Chemor venció casi cuatro votos a uno (45 puntos de diferencia) al panista Luis Felipe Bravo Mena y por un millón 700 mil votos al perredista Alejandro Encinas.
Enrique Peña Nieto arrasó en las urnas con 23 puntos de diferencia sobre el panista Rubén Mendoza Ayala y la perredista Yeidckol Polevnsky, quienes casi empataron en número de sufragios recibidos.
Durante la pasada elección, Eruviel Ávila Villegas mostró su arrastre con cifras de 6 a 1 sobre, nuevamente, el panista Luis Felipe Bravo Mena y de tres a uno sobre el perredista Alejandro Encinas Rodríguez, dos de los que contendieron, sin éxito, contra Emilio Chuayffet Chemor.
Con los resultados anteriores sería una auténtica debacle la pérdida de los comicios estatales, que anunciaría una eventual derrota priista en los comicios presidenciales del año siguiente.
El Estado de México es sede de uno de los grupos políticos más representativos del PRI, el mítico y legendario Grupo Atlacomulco que pone nerviosos a muchos de los políticos ajenos al PRI. Se le considera inexistente, pero siempre muestra su fuerza y presencia cuando se hace necesario.
Basado en ello, los priístas jamás han perdido una elección estatal y esperan que eso no suceda el año próximo, con vistas a la renovación del Poder Ejecutivo.
Coahuila es uno de los cinco estados en los que el PRI jamás ha perdido una elección estatal, aunque la población se encuentra cansada de los dos más recientes gobiernos emanados de ese partido.
Las administraciones de los hermanos Moreira no es la mejor carta de presentación de los priistas que muestran hartazgo de la forma de gobernar primero de Humberto y después de Rubén, el menor y el mayor, respectivamente de esa dinastía.
Coahuila se avista como uno de los grandes riesgos para el priismo, aunque no tenga la representatividad del Estado de México, la pérdida de esa entidad impactaría fuertemente, ya que el priismos e quedaría con una sola entidad (Sonora) de toda la franja fronteriza.
Para 2017, Baja California, Chihuahua y Tamaulipas gobernadas por el PAN, Nuevo León por independiente y Coahuila por quien gane los comicios de ese año.
El panorama para el año próximo no es precisamente halagüeño para el tricolor.