Margarita y Felipe
Francisco Rodríguez viernes 17, Jun 2016Índice político
Francisco Rodríguez
Ahora sí que no quepa la menor duda de que los mexicanos carecemos de memoria. Cualquier tragaldabas, hombre, mujer o quimera, con un pasado oscuro y tenebroso, de repente hace su aparición, entrevistado por foristas televisivos de dudosa reputación, y se convierte, de la noche a la mañana, en la panacea del país.
Más, si sus engaños logran ser respaldados —al precio conveniente para ambas partes— por las compañías de análisis demoscópico, que hacen su agosto durante todos los períodos sexenales, levantando muertos, curando heridas infligidas por los próceres que padecemos.
El caso de la dama del rebozo Margarita Zavala Gómez del Campo de Calderón, es de colección en esta materia. Una “primera dama” corresponsable de verdaderas masacres gubernamentales y peculados de toda laya, que cree contar con el apoyo panista para jugar “la grande”, y hace lo que se le antoja con la opinión pública desmemoriada.
Encuestas pagadas con gruesas sumas de dinero, seguramente malhabido, engrosan los bolsillos de los encargados de inflar su popularidad, elevarla a niveles de aprobación insospechados, de las cuales ningún ciudadano de a pie sabe cómo se prefabrican, para ubicarla como una de las personalidades más destacadas del país, como una solución ideal para nuestras dolencias.
La dama del rebozo, coautora de desgracias
¿Quién en su sano juicio puede pensar que Margarita, la dama del rebozo, fue ajena a las catástrofes sociales y humanas causadas por “la guerra contra el narcotráfico”, si todo mundo sabe que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, su consorte, era —por la culpa que generan sus debilidades etílicas— un mandilón a las órdenes no sólo de ella, sino de su papi, el licenciado traguitos y de toda su parentela?
¿Quién puede olvidar que desde su privilegiada posición de verdadera mandamás en Los Pinos puso a casi todos los oficiales mayores de todas las secretarías y organismos descentralizados, con la condición de que le reportaran todos los estipendios e ingresos de las compras y los moches derivados de la adquisición de todo tipo de materiales y servicios?
¿En qué país puede perdonarse —o siquiera olvidarse— la catástrofe social provocada por descuido en Hermosillo, donde, apenas hace siete años, el 5 de junio del 2009, murieron calcinados 49 bebés y niños sonorenses y sufrieron quemaduras graves decenas más de infantes, que tendrán que arrostrar toda su vida las huellas de esa tragedia?
Guardería ABC, gran estigma de Zavala
Todo mundo supo la manera en que, desde Los Pinos, se complicitaron todas las autoridades ministeriales y judiciales para encubrir los graves delitos en que incurrió la prima de Margarita, Marcia Gómez del Campo, copropietaria de la Guardería ABC de Hermosillo, para tenderle un manto de impunidad e inmunidad escalofriante.
Todo mundo sabe la manera en la que Margarita influyó en su infeliz consorte, Felipe Calderón Hinojosa, para declararle “la guerra al narcotráfico”, cumplirles su promesa a los gabachos y recibir un par de cientos de millones de dólares, a cambio de provocar una batalla que arrojó más muertos que las grandes batallas revolucionarias de Celaya o Torreón.
Cien mil muertos, 25 mil inocentes desaparecidos, más otros miles ejecutados o mutilados, es una cifra aberrante. Mucho más de lo que cualquier país puede soportar.
La PGR, cómplice del incendio de la ABC
Los responsables de los siniestros acontecimientos hermosillenses, Margarita, en primer lugar, y el irresponsable Eduardo Bours, entonces gobernador de Sonora, andan de rositas, campantes en la calle. Ella, subiéndose a cuanto templete encuentra, para ser ovacionada por los acarreados de los candidatos aliancistas PRD-PAN. Él, en lo que siempre ha sido suyo, el esquilmo a quién se deje.
Gracias a los acuerdos previos, negociados a un altísimo precio humano y monetario entre los equipos de campaña y de entrega-recepción de oficinas y negocios, todo entra en el mismo saco.
Ninguna autoridad ha levantado la esquina de alguna pestaña para investigar a fondo una tragedia provocada, que pasará a los anales de la historia nacional como una afrenta social, como una vergüenza de la opinión pública y de lo que resta de Estado nacional. La PGR, con su complicidad e ineficiencia.
Y también va por la “maleta” de 88 mil millones de dólares
Los afamados y mendaces foristas televisivos, cobrando a precio de oro cada halago, cada porra que espetan en el rostro demacrado e hipócrita de la dama del rebozo. Las revistas del corazón en delicado papel cuché, dándose vuelo con las carísimas facturas que le endosan, a cambio de sacar su mejor gesto, el güerita desabrida de rancho. No tiene otro.
Los que fueron candidatos panistas, forzados a recibirla en sus mítines, debido a favores recibidos de Calderón en tiempos presidenciales, sufriendo el descrédito público. Apechugando ante el protagonismo de la demacrada Margarita.
Especulaciones de reputados analistas del acontecer mexicano, señalan que de todos modos, la pareja Margarita-Calderón tratará por todos los medios de colgarse a la maleta multimillonaria en dólares (88,000 mdd) que ofrece el FMI a nuestro país.
Y, desgraciadamente, es como decían los clásicos: No hay pollo que no coma “máis”, lo importante es saber cómo se lo dan.
¿Cuál es nuestro umbral de engaño, de rapiña?
¿Hasta cuándo dejaremos de chuparnos el dedo?
Índice Flamígero: ¡Me equivoqué! Igual que las encuestadoras. El PRI no ganó 8, el PAN fue el que ganó 7. Los pronósticos del escribidor se basaron en las encuestas que los partidos tenían en su poder antes del 5 de junio. Tampoco ellos atinaron.
Los electores salieron a ejercer su derecho a sufragar con su decisión ya tomada: un voto contra el PRI.
Nunca externaron que lo harían así. Escondieron su sentencia condenatoria hasta el momento mismo de estar frente a la papeleta. + + + Y El Poeta del Nopal remata con sabiduría, ante el triunfo electoral de la derecha PAN-PRD: “Hoy no quiero invocar los tiempos nuevos / ni escribir silogismos de memoria, / en un giro torcido de la historia / se quedaron en casa los relevos; / nos faltó decisión, ¡faltaron huevos!, / rescatar los agravios del olvido / y apostar por el cambio, decididos, / para ejemplo de tibios y cobardes, / al llegar a las urnas ya era tarde / los últimos valientes se habían ido”.
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