Sucesión priísta
Ramón Zurita Sahagún lunes 20, Sep 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Lo que parecía una sucesión negociada y de simple trámite, la de Beatriz Paredes Rangel, amenaza con provocar una nueva sangría dentro del Partido Revolucionario Institucional.
Emilio Gamboa Patrón brillaba como el candidato natural para ocupar el cargo que ostenta actualmente la tlaxcalteca, ya que su inclusión como dirigente del sector popular del partido tricolor lo convertía en el candidato natural para ello.
Con una amplia carrera político-administrativa en la que fungió como secretario particular del presidente Miguel de la Madrid, secretario de Comunicaciones y Transportes, director de Fonatur, Lotería Nacional, Infonavit, IMSS, subsecretario de Gobernación, diputado y senador, Gamboa Patrón, reúne una de las más completas hojas de servicio dentro del partido tricolor.
Tiene, además, una amplia fama de negociador, contactos en los más altos niveles empresariales, amplia experiencia como relacionista público y hasta goza de mala fama pública.
Es, en resumidas cuentas, uno de los activos más importantes dentro de la organización priísta y se considera aliado de Manlio Fabio Beltrones, pero mantiene, al mismo tiempo, relaciones estrechas con Enrique Peña Nieto.
Gamboa se convirtió en uno de los principales operadores del partido tricolor en la pasada contienda electoral para el cambio de 12 gobiernos estatales y operó lo mismo como estratega electoral que abrió puertas en las principales televisoras del país y en los medios impresos para los candidatos del PRI y estableció vínculos de éstos con el mundo empresarial.
El también coordinador de la diputación priísta en la LX Legislatura fue uno de los promotores activos de los candidatos del tricolor en Chihuahua, César Duarte Jáquez; Tlaxcala, Mariano González Zarur, y Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, resultando exitosa su participación.
Con todo eso, su futuro se mostraba halagüeño, aunque la súbita aparición del gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdez, en la disputa por la dirigencia nacional del tricolor, complica su ascenso.
Moreira Valdez es uno de los gobernadores priístas más combativos, que combina juventud con pujanza y alianzas al por mayor.
Durante algún tiempo se incluyó dentro del grupo de prospectos presidenciales del tricolor, aunque lejano de los punteros.
Formó parte de la segunda división de los aspirantes priístas, detrás de Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes Rangel y Fidel Herrera Beltrán, siendo situado con Eduardo (Robinson) Bours Castelo e Ismael Hernández Deras, dentro del grupo emergente.
Contrario a lo que sucedió con sus ex colegas de Sonora y Durango, Moreira Valdez se convirtió en un gobernante contestatario que no se quedaba con los golpes que le propinaban desde las estructuras del poder. Uno a uno los devolvió y con mayor fuerza.
Denunció al propio Presidente de la República, por presionarlo para actuar en contra de los intereses de los mineros de Pasta de Conchos, sostuvo encuentros épicos con el secretario del Trabajo, actuó oportunamente en conflictos naturales y accidentes, como el que dejó muertos en una carretera del estado, las inundaciones, el accidente que costó la vida a varios funcionarios de su gobierno.
Dueño de una singular personalidad que le llega al grueso de la población, Moreira Valdez es de los pocos gobernantes a los que un divorcio no les costó caro en cuanto a popularidad y su nuevo enlace matrimonial le atrajo simpatías al por mayor.
Profesor afiliado al SNTE y aliado de Elba Esther Gordillo, Moreira Valdez puede empedrar el camino que Emilio Gambo patrón creyó asfaltado con anticipación para asumir en marzo del año próximo la presidencia nacional del PRI y desde ella convertirse en el coordinador de la campaña del candidato presidencial de ese partido.
Con el pronunciamiento de Moreira Valdez para competir por el cargo, un tercero en discordia, Fidel Herrera Beltrán, espera el momento oportuno para definir sus aspiraciones.
El gobernador de Veracruz resultó maltrecho de la contienda electoral del pasado cuatro de julio, luego de que fueran exhibidas públicamente una serie de grabaciones, en las que supuestamente actuaba fuera de las normas elementales que debe observar un gobernante.
Hasta entonces Fidel Herrera, se mostraba como uno de los políticos más sólidos del PRI y en su abanico de opciones figuraban una lejana candidatura presidencial y una más cercana y viable lucha por la sucesión de Beatriz Paredes Rangel.
Muchos ubicaban al veracruzano en la última posibilidad, desde la que podría convertirse en candidato al Senado de la República y posible coordinador de sus compañeros priístas.
Ahora, Fidel Herrera, es una de las tres opciones con las que cuenta el PRI para competir por el lugar que hoy ocupa la tlaxcalteca Paredes Rangel y cuyo ciclo termina en marzo del año próximo.
Otro de los aspirantes a esa posición era Ulises Ruiz Ortiz, aunque quedó sepultado por los votos ciudadanos que aniquilaron a su candidato al gobierno estatal de Oaxaca, Eviel Pérez Magaña y hoy, Ulises, deja fuera sus posibilidades de competir en igualdad de posibilidades con Gamboa Patrón, Moreira Valdez y Herrera Beltrán.
Conforme se vaya acercando la fecha del relevo y se conozcan los métodos para la elección del nuevo dirigente, se sabrá si hay más priístas interesados en competir por el cargo de Paredes Rangel.
*El fatídico plazo del Bicentenario se cumplió y con ello se confirmó que la fiesta de celebración fue animada y disfrutada por la gente que se maravilló de los juegos pirotécnicos de los desfiles y del esfuerzo realizado por el gobierno, aunque lejos estuvo de la majestuosidad que esperaban muchos.
El saldo fue blanco y quedaron frustrados los agoreros que anticipaban hechos violentos. La fiesta fue respaldada por el pueblo que gozó de ella y el gobierno podrá descansar tranquilo, aunque el costo económico haya sido demasiado elevado.