Grandes lecciones
Ramón Zurita Sahagún martes 7, Jun 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Nunca como ahora, la celebración de los procesos electorales en diversas entidades del país dejó tantas lecciones que unos y otros deberán aprovechar.
Las sorpresas en resultados abundaron y dejaron atónitos a unos y otros, los que no esperaban ganar y los que no esperaban perder.
Cada uno de los partidos mantenía sus prioridades y atendía a ellas, dejando cabos sueltos en otras, donde el interés no era tan grande.
Para el panismo resultaba prioritario retener Puebla, donde el actual gobernador. Rafael Moreno Valle Rosas, mantiene un coto privado del que saldría en pos de la candidatura presidencial de su partido. La victoria de José Antonio (Tony) Gali Fayad, lo pone en ruta, aunque habrá que ver si le alcanza para su propósito.
Y es que Moreno Valle fracasó fuera de Puebla en sus propósitos, ya que su respaldo al candidato de loa alianza PAN-PRD en Oaxaca, José Antonio Estefan Garfias, no arrojó el resultado esperado y en Veracruz apostó en favor de Héctor Yunes Landa y el ganador resultó ser el candidato de la alianza PAN-PRD Miguel Ángel Yunes Linares.
Con lo anterior, Moreno Valle sabe que le salió un posible nuevo competidor para la presidencial, que puede integrarse al paquete donde se ubican Ricardo Anaya, Margarita Zavala, Miguel Márquez y él mismo.
En el priísmo se mantenía como prioridad sostener bajo su control Veracruz y aguantar cuando menos el mismo número de gobiernos que actualmente ostenta, es decir nueve.
No logró ni lo uno, ni lo otro, pierde Veracruz y disminuye la cifra de gobiernos que tendrá, después de los resultados del 5 de junio.
La credibilidad de su presidente, Manlio Fabio Beltrones Rivera, queda por los suelos, ya que no fueron los nueve anhelados, pero peor todavía, ya que dijo en sus primeras declaraciones que solamente en Puebla no les favorecían los números.
Sin embargo, las cifras no ayudan al priísmo que pierde, por el momento, Veracruz, Tamaulipas, Durango y Quintana Roo, donde no ha gobernado nadie ajeno al tricolor y cuando menos en tres de ellos (Veracruz, Durango y Quintana Roo), ganaron ex priístas que ahora compitieron con otras siglas.
Las alianzas entre el PAN y el PRD (tan criticadas por el dirigente nacional priísta, Manlio Fabio Beltrones) dejaron muestra de que bien estructuradas es una buena opción de triunfo.
Hace seis años lo consiguieron en Oaxaca, Puebla y Sinaloa y ahora lo ratifican en Durango, Quintana Roo y Veracruz. En Puebla no hubo necesidad de ello, con todo y que se intentó y en Tlaxcala y Sinaloa era necesaria, ya que con esa alianza los triunfos se hubiesen consolidado.
Tamaulipas y Chihuahua no fueron necesarias para concretar la victoria del panismo que fue solo y, presuntamente, Aguascalientes será otro ejemplo de ello.
Lo cierto, es que el priísmo logró el rescate de dos de los estados perdidos hace seis años, Oaxaca y Sinaloa, pero a cambio de eso perdió Veracruz, Tamaulipas, Durango y Quintana Roo, donde nunca había existido alternancia de ningún tipo.
Alternancia es la palabra clave, ya que unos y otros lo consiguen. Aguascalientes (es el más competido), daría la alternancia de un partido que ya gobernó hasta hace seis años (PAN) a uno que gobierna (PRI) y que hace seis años lo había recuperado. En Chihuahua es una historia similar, los panistas gobernaron hace 24 años y ahora recuperan el territorio. Durango vivirá la alternancia por vez primera, con la alianza PAN-PRD gobernando.
Oaxaca recupera espacio para el PRI y vive una nueva alternancia, ya que hace seis años ocurrió la primera con el triunfo de la alianza PRD-PAN. Quintana Roo es otro que dará la oportunidad a un partido ajeno al que gobierna con el triunfo del abanderado de la alianza PRD-PAN.
Sinaloa regresa a la administración priísta, luego de que hace seis años perdió este partido ante un ex militante apoyado por la alianza PAN-PRD.
Tamaulipas vivirá su primera experiencia con un gobernante ajeno al PRI y a su militancia, con la victoria del panismo. Veracruz es una sensible pérdida para los priístas que mantuvieron ese enclave desde siempre.
Nuevamente la gran equivocación sobre los resultados provino de las casas encuestadoras, las serias y las “patito”, cuyas cifras fueron, simplemente, ridículas, en su gran mayoría. Lo que dejó este proceso electoral es algo que los partidos deberán considerar para el futuro, la guerra sucia no funciona o si lo hace es simplemente para victimizar al adversario.
Miguel Ángel Yunes fue objeto de una despiadada guerra de lodo, se le acusó de mentir en cuanto a su fortuna, se buscó y consiguió que se desplazaran hacia su entidad a personas que llegaron a denunciarlo como presunto pederasta, se le acusó de fracturar a su familia, asegurando que la familia ya había optado por su primo hermano, Héctor, candidato del PRI y nada de eso influyó en el ánimo de los electores.
En Tamaulipas se levantaron supuestas denuncias de que el candidato del PAN, Francisco García Cabeza de Vaca, estaba involucrado con el crimen organizado y ganó con amplitud al priísta Baltasar Manuel Hinojosa.
Quintana Roo registró una negra campaña en contra de Carlos Manuel Joaquín sobre supuesta relación con un presunto narco y el resultado arrojó una buena ventaja para el candidato del PAN-PRD.
En Durango se filtraron grabaciones de una presunta relación extramarital del candidato de la alianza PAN-PRD, José Rosas Aispuro y el ex priísta ganó.
Para Chihuahua se revivió la historia de la vinculación de dos hermanos de Javier Corral Jurado con el crimen organizado y el resultado favoreció al panista.
Las lecciones quedan ahí.