La CNTE, imperdonable
¬ Salvador Estrada jueves 2, Jun 2016Folclor urbano
Salvador Estrada
Los vándalos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación detienen a la fuerza a 14 maestros que no están de acuerdo con el paro de la CNTE, les quitan los zapatos, les colocan cartulinas en el pecho, con la frase “Somos Traidores a la Patria” después los obligan a caminar descalzos, los llevan al mercado de Comitán, Chiapas, y ¡los rapan!
Esos maestros detenidos fueron vejados, y en su rostro se veía el dolor de la impotencia, por no poder defenderse, y mientras los trasquilaban se burlaban y dos maestras, sexagenarias, entre los 14 detenidos, sentadas en el suelo, veían, aguantando el llanto, como caía su pelambre. Estos hechos son imperdonables.
Los fascistas del magisterio, hijos de Atila, y que no tienen madre, deben ser castigados, no sólo cesados, sino encarcelarlos por atacar a unas mujeres de 60 años, cuyos derechos humanos fueron violados y vivieron el escarnio.
La sociedad está irritada por las acciones de estos malos maestros de la CNTE, jijos de la jijurria, que son necios, que no quieren aceptar la reforma educativa, y que por su postura, paros y marchas, miles de niños se quedan sin clase.
Pero, ahora resulta que la CNTE dio a conocer que los maestros de esa organización sindical no fueron los autores de esa barbarie imperdonable, sino que fueron “infiltrados y grupos de choque los responsables de los hechos”.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, al difundirse esa “hijez” repudió el hecho y abrió “una queja de oficio para investigar las agresiones que sufrieron trabajadores del sector educativo por presuntos integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, en Comitán de Domínguez, Chiapas”.
Urge que las autoridades de la SEP y de la Procuraduría General de la República investiguen y detengan a los culpables y que a las maestras vejadas se les jubile de inmediato para que se vayan a sus hogares a descansar y para que olviden su dolor y su escarnio.
La marcha de los maestros de la CNTE en otras entidades del país, y en especial en la capital de la República, ya deben llegar a su fin al igual que la prepotencia de Rubén Núñez y de Aurelio Nuño para arreglar ese conflicto. Los dos se sienten dueños de la verdad y no dan su brazo a torcer. Ya deben dialogar y sentarse a las mesas de negociación porque ese es el camino para que la educación siga adelante, por el bien de México.
Basta de enfrentamientos y de retos. La CNTE sigue con sus marchas en la Ciudad de México y con sus plantones, que los quitan y al otro día vuelven. A qué le están jugando ¿al me quitas y me pongo, me pongo y me quitas?