Adiós Cecilia
¬ Augusto Corro viernes 17, Sep 2010Punto x Punto
Augusto Corro
Al fin, el gobierno federal panista logró sacudirse a Cecilia Romero, quien fue despedida de su cargo como comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM).
A las quejas que ya existían sobre el pésimo desempeño de la panista, la masacre de 72 migrantes de diferentes nacionalidades, fue la gota que derramó el vaso y adiós Cecilia.
Al escribir estas líneas no se sabía del sustituto de la funcionaria citada. Sin embargo, el nuevo comisionado deberá poseer cualidades extraordinarias para poner orden en el INM y acabar con las lacras que lo asfixian.
No será fácil porque la miseria se extendió a varios países latinoamericanos y son miles de pobres que abandonan sus tierras para ir en pos de la “tierra prometida” que es Estados Unidos.
Una vez que pisan suelo mexicano, los migrantes saben que tienen que enfrentar innumerables obstáculos, de los cuales no siempre salen con vida.
Eso ocurrió en el rancho ubicado en San Fernando, Tamaulipas. Los 72 migrantes fueron atados y asesinados por sicarios de los Zetas según informaron los sobrevivientes.
Los hechos impactaron a México y a la comunidad internacional. Surgieron críticas muy fuertes contra el gobierno mexicano y su pasividad en el cuidado y aplicación de los derechos humanos de los indocumentados.
Narcos, secuestradores, policías, agentes migratorios y polleros son la pesadilla de los migrantes.
Poco o nada pueden hacer los indefensos extranjeros ante tanto delincuente.
Las decenas de muertes de migrantes solamente servirán para reflexionar un poco sobre la tragedia que a los pocos días se olvidará y vendrá el tradicional borrón y cuenta nueva.
Aunque Cecilia Romero siempre recordará la palabra ineptitud.
PERDER EL TIEMPO
Una vez presentado el Cuarto Informe de Gobierno de Felipe Calderón, el Senado cita a los funcionarios de diversas dependencias a que respondan a cuestionamientos sobre el manejo de las oficinas que tienen a su cargo.
Así, por ejemplo, Alonso Lujambio tendrá que comparecer para rendir un informe de los gastos del Bicentenario de la Independencia. Algún encargado de controlar las inundaciones tendrá que ser interrogado por los senadores, a fin de que explique el porqué de su fracaso en ese renglón.
De los funcionarios de la Procuraduría General de la República y de la Secretaría de Seguridad Pública federal, mejor ni invitarlos a comparecer. Sería un tiempo perdido. ¿Qué podrían decir de la ola violencia en los estados norteños y el número de miles de muertos desde que empezó la guerra contra el crimen organizado?
Nada pasa si los funcionarios calderonistas son llamados a rendir cuentas. Hay una magia en el Senado que vuelve intocables a los secretarios de Estado. Los ejemplos sobran. Basta con hojear la historia del flamante secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Francisco Molinar Horcasitas.
Vilependiado y señalado por los más altos tribunales por su irresponsabilidad en el caso de la guardería ABC, de Hermosillo, Sonora, donde perdieron la vida 49 niños, el funcionario panista Molinar Horcasitas, ni suda ni se acongoja. Al contrario, actúa ya con rapidez en el reparto de la codiciada fibra óptica, pero inclinado para un solo lado.
Al titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Daniel Karam tampoco beneficia citarlo. ¿Para qué? Ya se sabe que el IMSS se encuentra en pésimas condiciones económicas.
Claro, el Senado no es oficina del Ministerio Público para mandar a la cárcel a los funcionarios que no cumplen a cabalidad el cargo que ostentan o representan. Ni siquiera se molestan en promover juicios políticos contra funcionarios venales.
Los legisladores cumplen con escaramuzas que no espantan a nadie. ¿O tienen pensado frenar las alzas en los combustibles? Ni soñarlo. Se trata pues, de un simple trámite el análisis del Cuarto Informe de Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. ¿Está claro?
SIN LÍDER MORAL
Desapareció aquella figura de líder moral que adornaba al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El partido enfrenta una crisis, entre otras cosas, por falta de liderazgo. Así se notó en su último Consejo Nacional. Jesús Ortega se salió con la suya y dejará la presidencia del PRD el próximo año. Pasó por encima de sus adversarios de Izquierda Unida (IU) lopezobradorista y vapuleó a los cardenistas que lo rechazan.
Las divisiones continuarán en el PRD y su situación se complica al acercarse el 2012, pues la izquierda tendrá que ir con un candidato a la sucesión presidencial. Aquí la cuestión estriba en buscar al candidato idóneo que no provoque envidias ni recelos.
Jesús Ortega ya sembró muchos vientos. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y su tibieza lo alejan y lo acercan al partido. Su calidad de líder moral quedó muy abollada luego de su actitud servicial ante Vicente Fox. El michoacano ya no es una persona importante para los perredistas.
Y Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tiene repartido su amor entre los perredistas y los petistas. No podría considerársele como guía de los perredistas. Su coqueteo permanente con el Partido del Trabajo (PT), lo coloca en otra dimensión.
Marcelo Ebrard, jefe del gobierno capitalino; y Carlos Navarrete, senador autopromovido políticamente, no tienen aún el rango de líderes morales. Ni Manuel Camacho Solís que realiza ahora el nada envidiable trabajo de celestina.
En lo particular y en lo general, la izquierda mexicana tiene una caballada que si deja a un lado el canibalismo político podría estar fuerte para la próxima justa electoral presidencial; sin embargo, lograrlo será más que imposible.
El propio Jesús Ortega es criticado acremente por sus adversarios de ser un colaboracionista del gobierno federal panista. Con esas credenciales no irá a ningún lado. El destino del PRD es incierto. ¿Ocurrirá lo mismo con la izquierda mexicana? De todas maneras, esa situación no debe preocupar tanto, Ortega tiene bajo la manga al ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, como su gallo para la contienda electoral del 2012. Se ignora qué le produce tantas alucinaciones al Chucho mayor.