Corrupción y crimen organizado
¬ Augusto Corro lunes 30, May 2016Punto por punto
Augusto Corro
Dos temas se encuentran presentes en la sociedad mexicana: corrupción y crimen organizado. Ambos alcanzaron índices elevadísimos.
Todos los días aparecen hechos relacionados con escándalos de enriquecimiento ilícito, de pésima aplicación de la justicia y de acciones criminales.
A lo anterior debe sumarse el ambiente enrarecido por las campañas políticas en las que aparecen catálogos de delitos practicados por los aspirantes a cargos de elección popular.
En el Congreso de la Unión se libra una lucha, eso quiero pensar, por la implantación de leyes anticorrupción efectivas, que permitan erradicar el enriquecimiento ilegal de nuestros políticos.
Algunos legisladores no quieren ir directamente al problema y le dan vueltas al asunto; no quieren, por ejemplo, mostrar sus fortunas al público, porque su origen es oscuro, misterioso.
Así pues, será de gran importancia que los legisladores se empeñen en aprobar leyes que combatan enérgicamente no solo el enriquecimiento ilícito de políticos, sino que se amplíe a otros delitos que tienen asfixiada a la sociedad mexicana.
Y una vez que se cuente con leyes nuevas anticorrupción, se debe velar por su aplicación. Dejar atrás privilegios como el fuero, que sirve para proteger a pillos, como se ve en ex gobernadores que viven en libertad, sin nadie que le exija cuentas.
En el caso del crimen organizado el número de personas muertas crece incontenible. Se necesita revisar la estrategia de la guerra contra la delincuencia, que algunas regiones se va y regresa, como en Tamaulipas y Michoacán. En Guerrero el crimen llegó para quedarse. Ningún gobierno evitó que el estado fuera utilizado como campo de batalla para las diferentes pandillas criminales.
Nunca será tarde para la creación de nuevas leyes para combatir la corrupción y la delincuencia organizada. ¿Quiénes son aquellos que buscan, sinceramente, un verdadero código anticorrupción?
Seguramente hay legisladores que piensan en un mejor futuro para sus hijos, nietos, etc., y pugnan por la vigencia de verdaderas leyes anticorrupción, que castiguen, principalmente, a los delincuentes que se escudan en la política, para ocultar sus negocios ilegales y sus ambiciones mezquinas, lejanas a cualquier ideología. Ojalá que esos senadores y diputados integren una mayoría.
TRUMP, DE PAYASO A CANDIDATO
Cuando Donald Trump inició su campaña política con discursos incendiarios nunca se pensó que podría convertirse en el candidato republicano a la presidencia de la República de Estados Unidos.
Hace más o menos un año, el magnate de la construcción saltó a la escena política y desde entonces su imagen de político controvertido está presente en la cascada de información política.
Después de tratarlo como simple payaso, inclusive repudiado por la cúpula del Partido Republicano, Trump logró superar toda barrera y se presenta ya como el candidato republicano para las elecciones presidenciales.
Los mensajes racistas y de odio contra todo el mundo, el aspirante a ocupar la Casa Blanca removieron las conciencias de estadounidenses plantados en los polos del extremismo.
Por ejemplo, el mayor grupo de apoyo a las armas de fuego de EU, la poderosa Nacional Rifle Asociación (NRA) llamó recientemente a votar por Trump.
A ese sector conservador del vecino país poco o nada le importan las masacres que de tiempo en tiempo se registran, porque cualquier persona puede portar las armas que desee sin ningún problema.
Con Trump, en caso de ganar la presidencia, seguirá el mismo terror y horror de las pérdidas de vidas humanas sin distinción de color y edad, producidos por enfermos mentales anclados en los fanatismos.
Así como la NRA se pronunció, por el magnate de la construcción, no es de dudarse que grupos como el KuKluxKlan resurja en una nación que no pudo superar problemas de racismo.
A pesar de la convivencia entre negros y blancos, permanece la discriminación racial velada, a pesar de que el presidente Barack Obama sea de color, como se dice diplomáticamente.
Trump a estas alturas de la competencia electoral ya tiene en el bolsillo la candidatura del Partido Republicano con todo lo negativo que tiene su alarmante proyecto de gobierno, que podría implicar la expulsión masiva de indocumentados, el odio religioso, y una impredecible lucha contra los mexicanos, por decir lo mínimo.
Por otra parte la adversaria política de Trump, Hillary Clinton, a últimas fechas empezó a perder terreno. En las últimas encuestas aparece con un virtual empate con su principal enemigo.
Las elecciones presidenciales se realizarán en noviembre próximo. Los estadounidenses aún están a tiempo de reflexionar profundamente para decidir por quién votar; entre otras cosas no deben olvidar que la historia de la humanidad está llena de errores. Un ejemplo cercano es el que protagonizó Hitler.