Pederastas y asesinos
Freddy Sánchez martes 24, May 2016Precios y desprecios
Freddy Sánchez
El alto calibre de las acusaciones entre políticos con motivo de las elecciones del próximo 5 de junio ha llevado de la sorpresa al horror. Pederastia y asesinato. De qué más se podrían acusar los que han ocupado y aspiran ocupar un cargo de representación popular.
Elucubraciones maliciosas o aseveraciones de hechos reales, sean lo que fueren los supuestos hechos ventilados ante la opinión pública ameritan una investigación, porque como dijera aquel individuo que hizo famosa la frase: “haiga sido como haiga sido”, las incriminaciones surgidas en el actual proceso electoral no pueden quedar en el olvido.
Ganen o pierdan los competidores electorales, las acusaciones que se les han hecho y las que ellos han formulado necesariamente ameritan ser objeto de puntuales y escrupulosas indagatorias judiciales para saber si se trató o no de imputaciones falsas con tintes electoreros con el único afán de enlodar reputaciones de adversarios políticos.
Para limpiar la imagen de la política y los políticos en general, llena de mugre antes de las elecciones en curso y más ahora por tanto que se han dicho los políticos en relación a supuestas conductas amorales y delictivas, es imperativo poner en marcha diversas acciones institucionales que le devuelvan credibilidad y confianza al quehacer político en México.
Y para ello es menester que en cuanto haya concluido el periodo legal del proceso electoral, (agotado el camino de las instancias de impugnación de resultados en los tribunales, lo que seguramente ocurrirá), cada acusación formulada se investigue hasta sus últimas consecuencias para que la gente sepa si lo imputado a uno u otro político es verdad o fue una calumnia. Ambas cuestiones no deben quedar impunes. Sobre todo en dos casos en particular.
Los asesinatos que se atribuyen al actual gobernador de Veracruz, Javier Duarte y la pederastia de la que se acusa a quien a estas horas podría ser considerado como su más probable sucesor, Miguel Ángel Yunes Linares.
Este último durante su campaña electoral afirmó que en cuanto llegara a tomar el poder en el gobierno estatal, procedería a investigar y actuar sin miramiento alguno contra su antecesor, formalizando las denuncias en su contra en las instancias judiciales correspondientes.
Habrá que esperar pues a ver si gana la elección y posteriormente cumple su palabra a efecto de que uno de los acusados de los más abominables actos de corrupción e incluso asesinato responda ante la justicia de sus delitos, si es que ciertamente los cometió y existen pruebas irrefutables para demostrarlo.
Respecto a lo anterior, naturalmente, cabe una reflexión. Si Miguel Ángel Yunes Linares es electo gobernador, acusado de pederasta, qué instancia institucional estará en condiciones de investigarlo y castigarlo judicialmente en caso de encontrarlo culpable.
No se trata ni es correcto proceder a una “cacería de brujas”, mediante un “linchamiento político” por meros apetitos vengativos y sólo a fin de desprestigiar a los partidos a los que pertenezcan aquellos que en el proceso electoral por culminar hayan recibido acusaciones de corrupción, asesinato o pederastia.
Pero, una cosa sí es de fundamental importancia: que cada acusación se investigue sea quien haya sido el acusado (asuma o abandone una encomienda electoral), ya que la nación no se merece a políticos indeseables en el gobierno y la política no debe seguir teniendo una imagen nefasta, debido al ejercicio criminal e impune de supuestos pederastas y asesinos.