AMLO, otra encrucijada
Roberto Vizcaíno jueves 16, Sep 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Por lo pronto, tiene previsto que para la gubernatura del Estado de México que se peleará en julio de 2011, vaya Alejandro Encinas, quien desde su posición de coordinador y con los recursos de la bancada de diputados federales del PRD ya comenzó a encargar encuestas las cuales, afirma, le indican que podría competir con Alfredo del Mazo Maza por el PRI
Andrés Manuel López Obrador ya decidió: irá de nuevo primero por la cabeza política de uno de sus peores enemigos, la de Jesús Ortega y luego intentará impulsar a Alejandro Encinas, ahora para la gubernatura del Estado de México.
Por eso, ya puso en pie de guerra a sus muy mermadas y flacas fuerzas dentro del PRD las que, otra vez con René Bejarano y Dolores Padierna como ariete y punta de lanza, intentarán hacer efectivo un dudoso acuerdo tomado a fines del año pasado para reestructurar a la dirigencia nacional del sol azteca y recomponer la política de alianzas de este partido.
Para lograr sus objetivos, AMLO la tiene color de hormiga: de entrada es minoría en el Consejo Político del PRD, apenas unos 150 miembros de los más de 350 que integran a este órgano de gobierno y, en segundo lugar están “los buenos” resultados obtenidos por Ortega en 3 de sus 5 alianzas electorales con César Nava y Felipe Calderón del PAN.
¿Cómo discutirle que no logró su objetivo si por poco gana las 5?
Como sea, las alianzas PRD-PAN triunfaron en Puebla, Oaxaca y Sinaloa y sigue la pelea en el Trife por Durango, mientras que en Hidalgo quedó por demás bien posicionada Xóchitl Gálvez, quien para la siguiente elección, que es la de diputados federales y senadores en el 2012, podría muy bien alcanzar un asiento en alguna de esas cámaras y volver a buscar la gubernatura dentro de 6 años con muy altas perspectivas.
Además hay otro factor en contra de la intentona de AMLO por correr del cargo al Chucho mayor, y es que Gabino Cué, ahora gobernador electo de Oaxaca, es un político muy cercano a López Obrador y sin duda convertirá a ese estado en un bastión lopezobradorista ante las elecciones presidenciales de 2012.
¿Cómo podría entonces cuestionar López Obrador la llegada de Gabino a la gubernatura a través de la alianza de Nava con Ortega que además le beneficia directamente a él?
En todos los casos anteriores, los gobernadores electos reconocen su agradecimiento tanto a uno como a otro partido, y dentro de sus estados han dicho serán una insignia para el PAN como para el PRD y eso tendrá su efecto en los comicios que vienen.
Entonces por ahí va a ser difícil que los bejaranos-padiernistas avancen una condena hacia Jesús Ortega y su política de alianzas con el PAN.
La otra cuestión es que Los Chuchos dominan toda la estructura del partido así como las bancadas legislativas del PRD en el Senado y la Cámara de Diputados, y desde esa posición no tienen por qué darle ninguna concesión a los lopezobradoristas.
Ellos van a buscar evidentemente dejar a otros Chuchos o miembros de Nueva Izquierda en los cargos que ahora ocupan, y ya están viendo que podría quedar como presidente del CEN perredista o Carlos Navarrete o Jesús Zambrano, quienes desde esa posición entrarán en la conducción del partido del sol azteca en la contienda presidencial del 2012.
Y este es justamente el eje de toda la batalla que darán en los próximos meses las 8 tribus que ahora se han alineado con los bejeranistas-padiernistas -al final en la línea lopezobradorista-, para atajar la política de alianzas con el PAN.
Este es el objetivo central y más importante de la nueva guerra interna que irá incluso hasta el rompimiento y la invalidación del PRD dirigido por Los Chuchos.
En este nuevo embate participan Izquierda Democrática Nacional creada por René Bejarano (“El señor de las ligas”), y ahora dirigido formalmente por su esposa Dolores Padierna; Democracia Social, encabezada por el senador Carlos Sotelo; Izquierda Social, de Martí Batres; Red de Izquierda Revolucionaria o Redir, que dirige Camilo Valenzuela; Red de Unidad Nacional de las Izquierdas o RUNI que comanda Saúl Escobar; Unidad y Renovación, o UNyR, de Gilberto Ensástiga; Grupo de Acción Política, o GAP, de Horacio Duarte y Horacio Martínez y el Frente Amplio Revolucionario Socialista o FARS.
El caso es que para AMLO y todos los anteriores dejar que Nueva Izquierda siga dominando al sol azteca sería cancelar la posibilidad de que López Obrador volviera a ser candidato fuerte en la presidencial del 2012.
De no poder atajarlos ahora, AMLO estaría condenado a ser sólo el candidato del PT y Convergencia, y esas estructuras electorales y financieras no le darían ni para quedar en tercer lugar.
Es por eso que además de intentar quitar a como dé lugar a Ortega e impedir que otro Chucho llegue a la presidencia perredista para el siguiente período de 2011 a 2014, buscarán hacer abortar el acuerdo que ya se negocia para lanzar un candidato único de PRD y PAN a la gubernatura del Estado de México.
Si AMLO no logra hacer frustrar esta alianza, entonces estaría en peligro su propia candidatura, ya que el PRD y el PAN podrían avanzar la negociación ya en curso para ir a una alianza a favor de por ejemplo Marcelo Ebrard o el ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente o de quizá Javier Lozano Alarcón, o algún otro de los alfiles del presidente Felipe Calderón, como Alonso Lujambio, o hasta Josefina Vázquez Mota.
Cualquiera de ellos, lo sabe López Obrador, sería un candidato más atractivo no sólo para un buen segmento de los casi 82 millones de mexicanos que estarían inscritos en el Padrón Electoral en 2012, sino para sus propios seguidores.
AMLO sabe que de lograrse esta alianza presidencial, el PRD entraría en una competencia electoral real que reposicionaría a Nueva Izquierda dentro de las fuerzas de avanzada en el país.
Automáticamente emparejarían la contienda que hoy cada uno -PAN, PRD y AMLO-, tienen perdida frente al PRI y Enrique Peña Nieto.
En su nuevo intento por reestructurar la directiva nacional del PRD, AMLO no sólo intentará asumir el control que una vez tuvo de este partido, lo cual además de darle predominio sobre su estructura electoral, le proporcionaría una fuente de recursos muy importante, quizá cercanos en 2012 a los 700 millones de pesos lo que, junto con las bolsas del PT y Convergencia, y las de sus aliados, lo afianzarían en una posición competitiva financieramente real.
Además le daría la oportunidad de inscribir su propia candidatura dejando automáticamente de lado a Ebrard, a Juan Ramón de la Fuente o cualquier otro candidato independiente que pudiera surgir en el camino y alinearía de nuevo a los tres partidos reconocidos como de izquierda en la pelea por Los Pinos.
De ahí que su orden sea la de que, si no se logra quitarles el poder a Los Chuchos y atajar estas alianzas, entonces habría que ir ahora sí a la demolición de lo que queda del PRD, a fin de intentar apoderarse de lo que quede de este partido durante los 12 meses de 2011, y llegar con una posición reestructurada de la izquierda a la contienda presidencial del 2012.
Por lo pronto, tiene previsto que para la gubernatura del Estado de México que se peleará en julio de 2011, vaya Alejandro Encinas, quien desde su posición de coordinador y con los recursos de la bancada de diputados federales del PRD ya comenzó a encargar encuestas las cuales, afirma, le indican que podría competir con Alfredo del Mazo Maza por el PRI.
Pero todo eso bajo la idea de que al final la pelea grande será la de López Obrador contra Peña Nieto en 2012.
Para eso ya tienen ganada la plataforma que les da Oaxaca con Gabino Cué, así como los 3 o 4 millones de afiliados que ha logrado levantar AMLO en sus propias giras, entre ellos mi buen amigo Pereyra.
Por eso, la revuelta iniciada ya contra Ortega aumentará de intensidad de aquí a los siguientes meses para llegar a diciembre o con el cambio de dirigente o con una crisis de proporciones fenomenales dentro del PRD, porque si algo tienen los lopezobradoristas, es capacidad de sabotear y armar lios hasta dentro de su propio partido.
PAQUETE ECONÓMICO COMPLICADO: El secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, fue el encargado de entregar el Paquete Económico a senadores y diputados.
El contenido comenzará a ser discutido en las bancadas de las 7 fracciones parlamentarias y luego en comisiones. Pero si algo ha quedado en claro es que los priístas, verdes y perredistas, y quizá algunos petistas, van a modificarlo todo y para comenzar bajarán el IVA de 16 a 15, a pesar de que el presidente Felipe Calderón ya dijo que no permitirá que eso ocurra, porque significaría abrir un boquete de 40 mil millones de pesos a las finanzas de su gobierno. Los tricolores dicen que no debe hacer “panchos” y en lugar de andar llorando por las esquinas mediáticas, recorte gastos, es decir, corra a algunos de sus más de mil 100 cargos con nivel de subsecretario.