Máscara contra cabellera
¬ Gustavo Mora jueves 16, Sep 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
Ahora que a las cadenas de televisión les ha dado por volver a transmitir la farsa de la lucha libre que en los fabulosos cincuentas causó sensación, pero con mejores actores, se pueden montar dos batallas campales que llamarían la atención del público:
Felipe Calderón Hinojosa y César Nava, contra Manuel Espino Barrientos y Luis Armando Reynoso Femat. Y en la otra: Juan Sandoval Íñiguez y Norberto Rivera Carrera, contra Marcelo Ebrard Casaubón y Guillermo Ortiz Mayagoitia.
Las parejas tendrán managers en sus esquinas: José Francisco Blake Mora y Onésimo Cepeda.
Claro que ninguno de los participantes en este espectáculo aparentemente rudo pero donde todo está ensayado y entrenado, nada tiene que hacer con los Gori Guerrero, Tarzán López, El Santo, Sugi Sito, Bobby Bonales o The Blue Demon que sabían hacer mejor la farsa que representaban en el ring.
Pero de todos modos, en el momento no hay duelos más interesantes que pueda montar el promotor.
En la primera lucha, lo que irá de por medio es que los perdedores se deberán dejar rapar en pleno ring. Y en la segunda, el perdedor será despojado de su máscara con la que siempre han ocultado su verdadera personalidad los contendientes.
¿Quién sabrá hacer mejor la quebradora? ¿O las espaldas de quiénes serán puestas en la colchoneta? ¿Sabrán los cuatro contendientes tirarse desde las cuerdas al escenario? ¿Habrá piquetes de ojos? ¿Y patadas voladoras? ¿Alguno será arrojado del ring hasta las butacas de las primeras filas?
Los espinistas Marco Antonio Adame, Emilio González y Juan Manuel Oliva se abstuvieron de ocupar sus butacas del ring numerado, pues temían que el martes mismo se tomara la decisión de expulsar (y rapar) al mero mero del Yunque.
Nava tuvo buen cuidado de que los asientos de gayola y los de la planta baja estuvieron ocupados por calderonistas para evitar el arrojo de monedas y objetos contundentes al ring del Consejo Nacional.
En el otro encuentro, Marcelo y Sandoval cruzaron miradas retadoras a la hora en que fueron presentados a los medios. Onésimo observaba, con risa burlona, la escena.
Vamos a ver cómo resulta este programa de la pantomima de la lucha libre que transmitirán las cadenas nacionales de televisión que son las que calientan los ánimos para que el boletaje y los patrocinios se agoten y sean pagados a precio de corona mundial.
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Ángel Heladio Aguirre Rivero entró de gobernador interino de Guerrero, a la salida de Rubén Figueroa Alcocer por el conflicto de Aguas Blancas. No movió una uña para llevar adelante las investigaciones sobre los hechos que fueron filmados y filtrados al comentarista Ricardo Rocha. Protegió a Figueroa y le juró lealtad eterna. Pero ahora que el PRD le ofrece quitarle la camiseta del PRI que nunca ha sudado, para presentarlo como candidato a regresar a la Casa Guerrero de Chilpancingo, echa paletadas de lodo sobre Figueroa y les recuerda: “¿se acuerdan de la matanza de campesinos indefensos en Aguas Blancas?”… Tiene razón Carlos Navarrete cuando dice que al Presidente de la República, a los gobernadores, presidentes municipales, jefes delegacionales, diputados y senadores, se les exige que presenten informes sobre su gestión. Pero nadie se ocupa de preguntar: “¿de dónde se hizo de mulas Pedro?”, con los acarreos para llenar plazas, desplazamientos para visitar todo el país con acompañantes, caravanas para seguir al presidente Calderón y gritarle improperios, ceremonias para autodestaparse como candidato presidencial para el 2012, viajes al Estado de México para darles cuerda a sus candidatos Yeidckol Polevnsky y Alejandro Encinas. Y todo esto cuesta millones que van a parar a la presidencia legítima de kermés… Tuvo mucho más taquilla Manlio Fabio Beltrones que Francisco Rojas Gutiérrez, en la sesión de la Comisión Permanente del Congreso celebrada en el recinto senatorial. Manlio llegó casi solo y al localizarlo, las cámaras y micrófonos se abalanzaron para recoger sus palabras. Rojas llegó con su corte de siempre y no tuvo ninguna dificultad para llegar al mismo sitio donde estaba Manlio.