No le alcanzaron sus “influencias” a Cecilia Romero
¬ José Antonio López Sosa miércoles 15, Sep 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Después de 45 meses de una desafortunada administración renuncia la comisionada del Instituto Nacional de Migración.
Desafortunada porque durante este tiempo no hubo mejora alguna en materia migratoria, entraron y salieron indocumentados al por mayor con todo y sus “polleros”, siguen los restaurantes y bares dedicados al “table dance” plagados de extranjeras trabajando voluntariamente u obligadas sin que el INM pueda detectar lo que en el fondo sucede y además, por más que se exhibió la corrupción en la internación de indocumentados con responsabilidad de gente de dicho instituto, no hubo cambios sustanciales.
Aún recuerdo cuando la hoy ex comisionada, dijo a los medios que cómo un secretario la iba a quitar del cargo si la había nombrado el presidente (Felipe Calderón), obviamente ante tal seguridad laboral Cecilia Romero se sintió durante estos años más que protegida, por más desastroso que fuese su paso por Migración.
Tuvo que pasar una tragedia de envergadura internacional como fue el lamentable asesinato 72 migrantes para que esta mujer dejara el cargo, ¿renunciando o renunciada?, eso no lo sabremos pero se induce que la tolerancia del presidente llegó al límite con su recomendada.
Durante estos 45 meses a pesar de las múltiples solicitudes de información ante el IFAI y de entrevistas con personal de Comunicación Social de la dependencia, el hermetismo privó, olvidó la ex comisionada la obligación que tiene con medios de comunicación y ciudadanos para dar explicaciones sobre su gestión.
Como me dijo un día el legendario periodista Luis Morales Rocha, ellos son funcionarios, están de paso, uno es periodista y lo será toda la vida. Así sucedió una vez más, Cecilia Romero Castillo es parte del pasado en el Instituto Nacional de Migración pero deja una enorme cantidad de problemas sin resolver, no nos queda más que permanecer atentos al relevo y seguir insistiendo y cuestionando el trabajo que el Instituto Nacional de Migración lleva al cabo, investigando y dando a conocer la gran cantidad de atrocidades que ocurren por omisión y/o por complicidad de algunos agentes de dicha institución.
Nada dura para siempre, las influencias no alcanzaron y resulta una verdadera lástima que a quien le fue encargado el delicado asunto de la migración en nuestro país salga por la puerta de atrás. ¿Quién viene?, es la pregunta, esperemos que alguien de carrera, no otro cuate del presidente Calderón, algún funcionario que verdaderamente cumpla con el perfil y responda a la necesidad de solucionar todos los problemas que se gestaron, crecieron o simplemente no se resolvieron durante los 45 meses en que Cecilia Romero fungió como comisionada del Instituto Nacional de Migración.
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