PRD: 27 años
Ramón Zurita Sahagún viernes 6, May 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Veintisiete años después de su fundación, el Partido de la Revolución Democrática requiere de reinventarse en la encrucijada más grande de su historia, de poco más de un cuarto de siglo.
La conjunción de las fuerzas de izquierda en un partido político era algo anhelado por los dispersos simpatizantes de diversas organizaciones, las más de ellas sumamente minoritarias.
Formado por personajes que antes del nacimiento del PRD militaron en el PRI, PSUM, PRT, PPS, PST, PMT, MAP y diversas organizaciones pequeñas, su fundación provocó esperanzas de que la izquierda unida podría llegar al poder por la vía del sufragio.
Bajo el liderazgo de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el PRD mostró que desde el inicio sería un partido de liderazgos caciquiles, donde los grupos y facciones acapararían los mejores cargos para ellos y los suyos.
De esa forma, solamente tuvieron dos candidatos presidenciales en cuatro elecciones federales en que han participado: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador, ambos con dos postulaciones.
En el caso de Cuauhtémoc las dos veces se ubicó en el tercer lugar de las preferencias electorales, mientras que Andrés Manuel quedó en segundo lugar en cada una de ellas.
Al margen de los dos grandes caciques, otras figuras como Porfirio Muñoz Ledo, Rodolfo González Guevara, Ifigenia Martínez, Pablo Gómez, etc., se vieron relegados por otros de reciente incorporación.
Más ex priístas coparon el partido y otorgaron las primeras victorias de importancia.
Cuauhtémoc fue el primero al ganar el Distrito Federal, le siguieron Ricardo Monreal, Zacatecas; Alfonso Sánchez Anaya, Tlaxcala; Leonel Cota Montaño, Baja California Sur; Antonio Echevarría Domínguez, Nayarit; Pablo Salazar, Chiapas, todos ex militantes del partido tricolor.
Fue Lázaro Cárdenas Batel, hijo de Cuauhtémoc, el primero de los gobernantes surgidos de la militancia perredista y le siguió Amalia García Medina, ex militante comunista, ya que otros como Gabino Cué, Oaxaca; Leonel Godoy, Michoacán; Ángel Aguirre Rivero; Marcelo Ebrard, Distrito Federal y hasta Arturo Núñez Jiménez, Tabasco, también procedían del PRI. Graco Luis Ramírez Garrido, Morelos, es otro de los extraños casos de un siempre militante de la izquierda que ganó una elección de gobernador.
Las bancadas del PRD en las cámaras de Diputados y Senadores también crecieron, especialmente al término de la competida elección del 2006.
A la par de los liderazgos de los dos grandes gurús (Cárdenas y López Obrador) se formaron otros grupos, sobresaliendo el de “Los Chuchos”, que hoy mantiene el control del partido, mientras que otras como Foro Nuevo Sol, Alternativa Democrática Nacional, Izquierda Democrática Nacional, Patria Digna, subsisten, Movimiento Progresista, Izquierda Nacional, Movimiento Cívico etc.
Con la llegada de “Los Chuchos” y la presidencia del partido en manos de tres de ellos, Guadalupe Acosta Naranjo (hoy con su propia corriente interna), Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano Grijalva, el PRD se resquebrajó y más todavía con la ruptura provocada por el éxodo de López Obrador y sus seguidores que fundaron el Movimiento de Regeneración Nacional, mientras otros personajes se alejaron del partido y hasta renunciaron al mismo como Cuauhtémoc Cárdenas, Alejandro Encinas, etc.
La pasada elección federal situó al PRD en su nueva realidad, cuando sus números fueron casi al parejo del naciente partido de López Obrador, aunque alcanzó a ganar un gobierno estatal, el de Michoacán, pero perdió otro, el de Guerrero.
En el DF sufrió su peor debacle, ya que delegaciones como la emblemática Cuauhtémoc, Tlalpan, Azcapotzalco, Xochimilco, entre otras fueron ganadas por Morena, mientras que Magdalena Contreras y Cuajimalpa por el PRI y Benito Juárez y Miguel Hidalgo, por el PAN.
Su bancada en la Cámara de Diputados se redujo sensiblemente y en la ALDF perdió la mayoría ante Morena.
El escenario con que el PRD celebró su 27 aniversario no es nada halagüeño y menos lo será si se cumple el pronóstico de que perderá el gobierno que actualmente ostenta, el de Oaxaca, aunque mantiene la esperanza de ganar Tlaxcala.
Fue por eso que el PRD prefirió aliarse con el PAN en otros estados en los que primordialmente el partido blanquiazul puso al candidato como Veracruz y Durango. En otros más como Quintana Roo y Zacatecas, los perredistas aportaron al candidato, aunque no hay nada seguro sobre un eventual triunfo.
Es tanta la pérdida del apoyo ciudadano que los perredistas exploran la posibilidad de una alianza con Acción Nacional para los comicios presidenciales del 2018, explorando la eventualidad de ir ambos con un candidato ciudadano.
Su figura más representativa es el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, que no es militante y mantienen, hasta ahora, los gobiernos de Tabasco, Oaxaca, Morelos y Michoacán.
El presidente del partido es un ex priísta, Agustín Basave, como antes lo fueron el mismo Cuauhtémoc, López Obrador, Porfirio Muñoz Ledo, Roberto Robles Garnica, Leonel Godoy y Leonel Cota, aunque a últimas fechas han prevalecido los militantes de la izquierda en la dirigencia nacional.
Los perredistas saben que llegó la hora de imprimirle un ritmo distinto al partido para hacerlo competitivo o pasar a formar parte de la chiquillada.