Guerrero: Tierra de valientes
¬ Mario San Martí miércoles 27, Abr 2016Consensos y disensos
Mario San Martí
- Héctor Astudillo no da el ancho como gobernador
Guerrero tiene la fama de tener hombres valientes, reza una canción muy popular en esa región, pero los sucesos violentos que a últimas fechas se han desatado en esa entidad de ninguna manera hablan de hombres y menos de valentía.
Lo que los guerrerenses están viendo son actos de delincuencia y crimen organizado que lo mismo afecta a mujeres que a hombres.
El más reciente suceso de alto contenido de violencia sucedió apenas la noche del domingo en la tan conocida y tradicional “zona dorada”, ahí donde el turismo nacional y extranjero gusta hacer de las noches toda una fiesta, de ahí hoy la prensa informa sobre un enfrentamiento registrado entre bandas de delincuentes y de ahí hoy los lugareños hablan de la “balacera”.
Por si fuera poco, por si alguien dudara de lo inseguro que está el ambiente guerrerense, al día siguiente nos enteramos que en Taxco, en la puerta de su casa, fue asesinado el periodista Francisco Pacheco Beltrán, quien era corresponsal de El Sol de Acapulco y colaborador de la radiodifusora Capital Máxima de Chilpancingo, y cuyo último trabajo periodístico fue precisamente postear un video del enfrentamiento de la anoche referida en Acapulco.
Ahora entendemos por qué, según datos del Instituto para la Economía y la Paz, en sus estudios sobre el Índice de Paz, Guerrero es el estado menos pacífico del país.
Pero lo que no entendemos es la postura que al respecto ha tomado el gobernador Héctor Astudillo Flores, quien (en medio del clima festivo que se vive en Jalisco, donde se celebra el “Tianguis Turístico”), señaló que el enfrentamiento acaecido en la entidad, donde él es cabeza de gobierno, tuvo un trato exagerado en las redes sociales, pues claro, cómo no va a tener esas posturas si mientras él turisteaba sus gobernados palidecían ante los gritos de miedo que surgían en la oscuridad de la noche y donde los ruidos propiciados por disparos, así como el olor a pólvora, es lo único que recuerdan y no quieren volver a saber de este tipo de penosos asuntos.
Ahora entendemos por qué las autoridades estadounidenses han emitido alertas para que sus paisanos eviten viajar a Acapulco, visión que por supuesto no compartimos pero después de escuchar al gobernador Astudillo no nos queda más que pensar que la silla que este personaje ocupa desde octubre del año pasado le quedó demasiado grande, ya que él habla de que Acapulco es un lugar paradisiaco, turístico por antonomasia, pero el actuar del gobernador nos hace pensar que éste no hace nada por conservar esas cualidades en la región y en contraparte vemos cómo poco a poco Guerrero va cediendo ante la delincuencia.
Astudillo Flores dice que lo sucedido en Acapulco fue un suceso que se exageró, incluso habla de que hubo mensajes y fotografías falsas, y hasta habla de que alguien quiere generar “caos” donde no lo hay.
Tal vez sí, pero sus dichos pierden seriedad cuando él habla desde la comodidad de un escenario para la promoción turística, en lugar de estar junto a sus gobernados haciendo frente a tan alarmantes hechos que lo único que generan son pánico e inhibición del turismo.
Cuando Héctor Astudillo tomó protesta como gobernador constitucional del estado de Guerrero, sus habitantes vieron una oportunidad para que (desde el gobierno estatal) se atendieran problemas tan añejos como la marginación, desigualdad e inseguridad, sobre todo cuando todas las estadísticas habidas y por haber en materia de mediciones de pobreza, alimentación y vivienda, Guerrero aparece como una de la entidades que mayores indicadores tiene en carencia de estos rubros, no fue así, los guerrerenses siguen tan olvidados como antes, y lo que más calienta a la población no es precisamente su clima sino el hecho que su gobernador ande de supuesto promotor turístico en horas difíciles para la mayoría.
De seguir así las cosas, dicen los conocedores del ramo turístico que una causal para que el año venidero suspendiera la realización del “Tianguis Turístico” en Acapulco si es que las condiciones de inseguridad en la región se agravarán, cosa que ni promotores turísticos, ni agencias de viajes y menos la población quieren para este lugar, por ese motivo desde ahora piden una mayor intervención del gobierno federal y no únicamente para atender el compromiso del año entrante sino para que de una vez por todas se le devuelva la paz y tranquilidad a la zona, que sea permanente y que ello permita a turistas nacionales y extranjeros seguir disfrutando de las maravillas naturales y gastronómicas del lugar.
Eso es lo que quieren y piden a gritos los guerrerenses.
Es cierto, la popular canción habla de hombres valientes, y si mal no recuerdo hace referencia a los nombres de Genaro Vázquez y Lucio Cabañas. Eran otros tiempos políticos, hoy en Guerrero sus habitantes quieren revoluciones, pero que éstas sean en el campo productivo, la cultura, la educación, el desarrollo social, el turismo, esas son las revoluciones que los guerrerenses todos anhelan, porque (dicen, y les doy la razón) hay muchas mujeres y hombres valientes, ahí sí, para encabezar esas causas. Ojalá que eso lo entienda Héctor Astudillo, ahí está la oportunidad y para eso no sólo hay que parecer gobernador, hay que serlo.