Acapulco: noche de terror
¬ Augusto Corro martes 26, Abr 2016Punto por punto
Augusto Corro
Los habitantes de Acapulco vivieron noches de pánico y terror por las balaceras contra policías federales: un delincuente murió durante la refriega.
La delincuencia atacó el hotel donde se hospedan los uniformados y las oficinas de la Policía Federal en el puerto. Los representes de la ley repelieron la agresión.
En la avenida Costera Miguel Alemán decenas de personas quedaron atrapadas en centros comerciales, tiendas y restaurantes.
Los hechos violentos en la ciudad ocurrieron luego de la captura, días antes, de Freddy del Valle Berdel “El Burro, presunto jefe del cártel de los Beltrán Leyva en Acapulco.
Hace ya varios años, Guerrero se volvió un estado donde se asentó la delincuencia organizada, con su respectivo índice de crecimiento en extorsiones, secuestros y asesinatos.
YA NO SERÁ LO QUE FUE
Acapulco, después de ser uno de los centros vacacionales más importantes del mundo, se convirtió en la playa de recreo en Semana Santa, en la temporada navideña, o en día de puente. Nada más. El puerto ya no volvió a recuperarse, en ningún renglón.
En general, el estado, de por sí calificado como violento, reconfirmó su fama negativa con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala. A lo anterior se sumó el número indeterminado de muertes, fosas clandestinas, etc.
En aquella entidad también la ruptura de la seguridad llevó al fracaso a los gobiernos de los diferentes partidos políticos.
Por ejemplo, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no logró superar el daño a su imagen originado por la intervención directa del presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, de extracción perredista, ahora preso, acusado de ordenar el secuestro y desaparición de los estudiantes.
A raíz de ese secuestro múltiple y de la ingobernabilidad en Guerrero, Ángel Aguirre, el entonces gobernador, fue obligado a renunciar. La tragedia de Iguala evidenció el contubernio entre las policías municipales y las bandas de criminales. Las autoridades federales optaron por investigar la relación entre alcaldes y delincuencia en varios municipios de Guerrero.
No se supo en qué terminaron las investigaciones.
ASTUDILLO, INEPTO
Con el fracaso de los gobiernos perredistas, cambió el poder de manos.
Los priístas lograron el triunfo con Héctor Astudillo, que como gobernador, ya dio muestras de su ineptitud en el manejo de la espiral de violencia que sacude a Guerrero.
Para empezar, el “flamante” mandatario estatal optó por la “política del avestruz”: esconder la cabeza para ignorar lo que ocurre a su alrededor.
Convocó a los medios a un pacto de silencio para no difundir la violencia en la entidad. Además, dijo que nunca dará “noticias malas”, “sólo las buenas”.
El gobernador no sólo es inepto, sino también iluso.
Con la situación deplorable, todos los sentidos, entre otros el de la marginación que viven los guerrerenses, ¿cuándo habrá una noticia digna de mencionar por parte de Astudillo? ¿Una “noticia buena”?
Simplemente, no se ve la posibilidad de sacar de la pobreza a la población, que además de enfrentar a la delincuencia, tiene que sortear los embates de la naturaleza generosa en ciclones y temblores de tierra.
ALERTA DE ESTADOS UNIDOS
En el exterior, Acapulco hace mucho tiempo dejó de encontrarse entre los destinos de recreo más importantes de México.
Las autoridades estadunidenses siempre que lo consideran oportuno lanzan alertas para que sus connacionales no visiten Acapulco, debido a las condiciones de inseguridad que privan en ese puerto.
Claro, en esas advertencias exponen una relación de obstáculos para los turistas, como bloqueos en las carreteras, por grupos de autodefensas, retenes de civiles y fuerza pública, etc. Todos armados.
Claro, los peligros para los visitantes se multiplicaron por los altos índices de violencia derivados de las actividades del crimen organizado.
Por otra parte, la empresa de mensajería y paquetería, FedEx Express suspendió, por inseguridad, su servicio a zonas de Guerrero, Michoacán y Jalisco.
MORENO VALLE, CON LA CUCHARA GRANDE
En Puebla también habrá nuevo gobernador. La entidad se encuentra en plena campaña electoral.
El mandatario estatal, Rafael Moreno Valle, de extracción blanquiazul, dueño del poder en aquel estado, decidió apoyar a los candidatos de Acción Nacional.
Para tal fin echó a andar el aparato del estado para sumar votos a su partido, declaró Blanca Estela Alcalá Ruiz, candidata a la gubernatura por la coalición del PRI-Partido Verde, Encuentro Social (ES), etc.
Entre otras obligaciones, las autoridades comprometieron a los burócratas poblanos a conseguir, cada uno, los votos de 80personas a favor de los candidatos panistas.
Por supuesto también, el gobierno panista también presiona en otros sectores para conseguir votos.
El gobernador Moreno Valle tiene entre sus sueños participar como abanderado panista en las elecciones presidenciales del 2018.
Los resultados de los comicios poblanos le ayudarán en sus propósitos o de plano lo frenarán. De ahí su interés en echar toda la carne al asador para ganar. Los medios para lograrlo, es lo que menos le importa.