Prisiones
¬ Augusto Corro lunes 13, Sep 2010Punto x Punto
Augusto Corro
Cómo se ve, la política carcelaria en México hace agua. Los escándalos que ocurren día a día reflejan que las prisiones son tierra sin ley o botín de corruptos.
El contubernio de autoridades con delincuentes provoca fugas masivas como la reciente ocurrida en Reynosa, Tamaulipas. En dicha entidad ya no ven lo duro, sino lo tupido, pues una larga temporada se convirtió en nota roja permanente.
Todavía no se olvida la masacre de los 72 indocumentados y ya apareció la fuga de 85 prisioneros, entre ellos 76 de estos purgaban delitos relacionados con el fuero federal (narcos y secuestradores). Claro, el desorden y descontrol en las cárceles se extiende a todo el territorio mexicano.
Es el caso de los reos de una cárcel de Durango que por las noches salían a ejecutar a sus enemigos en el estado vecino de Coahuila. Las balas y las armas que utilizaban para asesinar eran armas de cargo de los vigilantes del reclusorio. El escándalo fue mayúsculo y todo quedó en borrón y cuenta nueva. Se ignora si las autoridades fueron investigadas y enviadas a prisión por sus nexos con los delincuentes.
De otras masacres en los penales, se dice que son provocadas por las luchas que libran los miembros de diferentes cárteles para alcanzar el poder. Por otra parte, a las organizaciones no gubernamentales, que se encargan de realizar denuncias por lo que ocurre en las cárceles, nadie las escucha. Son voces en el desierto.
Tamaulipas vuelve a ser punto de atracción por la fuga de reos. La sociedad tamaulipeca se encuentra preocupada por tantos delincuentes que andan libres. A los cientos de narcos activos (del cártel del Golfo o Zetas) se sumarán los fugados que purgaban condenas por delitos federales.
En algunas partes del país, el sistema carcelario fue rebasado y es imposible que cumpla su función. Se creía hace algunos años que las prisiones podrían servir como lugares de rehabilitación para a aquellos ciudadanos que delinquían. Nunca se pudo y por lo que se ve no se podrá regenerar a quienes producen daños a la sociedad, por lo menos no en el corto plazo.
Los penales, en algunas entidades, son lugares de privilegio, verdaderos paraísos, para la delincuencia, pues hacen lo que les viene en gana. Entre otras cosas, sirven como hoteles para que los sicarios entren y salgan conforme les dé la gana. Desde su interior también operan las bandas que con el teléfono celular en mano se dedican a extorsionar a incautos o a promover la prostitución: son oficinas delincuenciales con la protección adecuada que les brindan las mismas autoridades.
A lo anterior debe sumarse una de las injusticias mayores: la estancia en las cárceles de gente inocente, principalmente de gente de escasos recursos económicos que no tienen quien los defienda.
De tal manera que para algunos los centros penitenciarios son el infierno y para otros el paraíso.
TAPAR EL POZO
La semana pasada se aprobó en el Senado una nueva ley sobre migración que en lo medular consiste en que los indocumentados podrán presentar denuncias sobre violaciones a sus derechos humanos y recibir atención médica.
Anteriormente, la ley señalaba que los extranjeros sólo serían atendidos en sus quejas siempre y cuando comprobaran su permanencia legal en el país.
Esa modificación a la ley migratoria es mínima y de dudosa aplicación. Qué bueno que se piensa proteger a los migrantes indefensos de la delincuencia organizada que los acecha en su recorrido de sur a norte del país.
Ahora cabe preguntar quienes serán los encargados del cumplimiento de esa ley protectora si los propios agentes de migración y las policías de todos los niveles se encuentran coludidos para afectar los intereses de los indocumentados.
Existen cientos de testimonios que comprueban la violencia, extorsión y muerte de que son víctimas de extranjeros sin papeles que entran a México.
Después de la masacre de 72 de migrantes, que provocó condenas y estupefacción en el mundo, los legisladores se decidieron, al fin, a tratar ese problema complejísimo que carga México como un al lastre atado a la espalda.
Se trata pues, de reformas legales tardías y sin el soporte humano para iniciar su cumplimiento. La corrupción y la impunidad que existen en las policías y en los agentes de migración dificultarán la aplicación de la ley. Debió iniciarse una limpia en el Instituto Nacional de Migración (INM) con el despido de su titular, Cecilia Romero.
LOS ESCÁNDALOS DE SIEMPRE
El Consejo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se convirtió en cena de negros, en la que el líder Jesús Ortega se salió con la suya, pues dejará el cargo hasta marzo del próximo año.
Los perredistas seguidores de Andrés Manuel López Obrador que forman el Grupo de los Ocho (G8), entre ellos Izquierda Democrática Nacional (IDN), que encabeza Dolores Padierna, pretendían que el “Chucho” mayor renunciara el próximo mes de diciembre, de acuerdo a los compromisos del último congreso.
Como es tradición, los militantes del PRD se enfrascaron en sus discusiones y los operadores de AMLO perdieron. Ortega seguirá en el cargo hasta el próximo año y continuará su política aliancista con el Partido Acción Nacional (PAN).
Los militantes de Nueva Izquierda (el ala del chuchismo) se dan por satisfechos de los resultados de las alianzas en Oaxaca, Puebla y Sinaloa. En esas entidades el PRD y el PAN iban con el mismo candidato. Pero en el caso de Oaxaca la diferencia fue marcada por AMLO, quien durante varios meses realizó una campaña política que benefició a Gabino Cué pues ganó la gubernatura.
Los pleitos de las tribus perredistas tienen al partido en vías de mayores conflictos. Luego de las elecciones estatales, vendrá la designación del candidato de la izquierda a la presidencia de la República.
Por ahora, AMLO y Marcelo Ebrard, jefe del gobierno capitalino, encabezan la lista de aspirantes presidenciales. Otro enfrentamiento anunciado: El PRD, según algunos perredistas disidentes, ya se encuentra en vías de extinción pues el divisionismo se agudiza constantemente.
Y, finalmente, AMLO no quiere saber nada de alianzas entre perredistas y panistas. Nunca aceptará luchar al lado de los yunquistas (extrema derecha panista). Sigue vigente la lucha interminable por el poder en una izquierda desdibujada por la ambición del poder y por el colaboracionismo de los chuchos.