Mouriño, vuelta de hoja
Francisco Rodríguez lunes 1, Feb 2010Índice político
Francisco Rodríguez
LA FALLIDA ADMINISTRACIÓN del señor Felipe Calderón cierra hoy un oscuro capítulo de la reciente historia mexicana. Acepta la renuncia de Agustín Arellano a la titularidad de los Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM), cuya corrupción varias veces acusada por los controladores aéreos, pudo haber sido la causa del “avionazo” en que perdiera la vida Juan Camilo Mouriño, entonces secretario de Gobernación.
Renuncia que, como en otros casos -la de Luis Téllez, por ejemplo- parece ser el salvoconducto a la impunidad.
Téllez, en efecto, se fue de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por estupideces: chismes y grabaciones telefónicas que lo exhibieron como desleal y caliente… Si hubiera salido por lo que en realidad hizo, estaría en la cárcel.
El caso de Arellano no es distinto, pues documentados hay motivos más que suficientes para conseguirle unas largas vacaciones en algún penal de alta seguridad.
Se va Arellano, pues, quien siempre ladino hizo creer a las anteriores administraciones de la SCT, que sólo él podía con el paquete de dirigir la seguridad del espacio aéreo nacional. Taimado consumado, mostraba informes y estadísticas hechas a modo por sumisos y complacientes secuaces que, no obstante su inmoralidad, acabaron traicionados unos, abandonados otros y ahora perdidos deambulan lamentando la ingratitud de su jefe.
Sí, es bueno, claro que es bueno que se vaya y hay que reconocerles mérito de ello a los propios controladores aéreos quienes, a pesar de un sistemático acoso laboral y hasta penal, no han dejado de denunciar a los cuatro vientos las fallas de sistemas y equipos adquiridos de manera legaloide por los hermanos Agustín y Claudio Arellano Rodríguez, a través, no de una transparente licitación, sino de la tramposa figura de la invitación instituida por el ex presidente Fox, que casualmente siempre se hace a los mismos tres proveedores.
Lo malo de esta buena nueva es que, en los radares del control aéreo, aparece Ever Molina Carrillo, uno de los incondicionales de Arellano, a quien éste pretendería imponer como su sucesor. ¿Sus méritos? Ser un dócil e incondicional subalterno y firmar grandes y jugosos contratos de compra junto con el director de Administración, Luis Rey Peña Rojas, y el de Finanzas, Héctor Arias Cornejo. Y en el sonar se escucha que los hermanos Arellano le dijeron, igual que a Juanito: “…ni te la vayas a creer que tú eres el bueno, ¡eh! Ya que se calmen las aguas del cambio, el mero mero director general será Claudio! Para que SENEAM siga siendo asunto de familia, Ok?”.
Se va Arellano, justo cuando parece que ya nadie quiere estar cerca de quien representa tal grado de corrupción, porque este viernes 29 de enero, a pesar de que Arellano los anunció y esperó un buen rato, ni el subsecretario del Transporte, Humberto Treviño Landois, ni el director general de Aviación Civil, Héctor González Weeks, se presentaron al apresurado y deslucido evento de unción del encargado del despacho, Ever Molina.
Por supuesto, no se trata del pago de un favor, ni mucho menos es un premio por sus méritos profesionales o por servicios extraordinarios o heroicos prestados al país; es un nombramiento necesario para tratar de cubrir una retaguardia que, la verdad, invita al tiro al blanco con la promesa de acertar todos los intentos, aun con mala puntería.
Y cierra un capítulo más de oscuridades en el caso del “avionazo” en el que -entre otros- Juan Camilo Mouriño perdiera la vida.
Índice Flamígero: Ahora Felipe Calderón también “roba” eventos. Hace unos días, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, denunció que aún y cuando en base al arreglo a la Decisión 543 del Consejo en 2007 y según el acuerdo tomado por los Estados Miembros de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, se designó al puerto de Veracruz como sede de la Conferencia de Plenipotenciarios -que se celebra cada 4 años, a la que se estima, asistirían varios jefes de Estado, durante tres semanas entre el lunes 4 de octubre de 2010 y el viernes 22 de octubre de 2010. Y que el 6 de enero autoridades de la administración federal solicitaron a ese organismo que “por razones prácticas” se cambie la sede del evento a Guadalajara, Jalisco. Y aunque Marcelo Ebrard aún no ha dicho ni pío, también la fallida administración de Calderón ya cambió la sede de la Cumbre Climática, secuela de la recién celebrada en Copenhague, del Distrito Federal a Cancún. ¿De qué se trata? ¿De quitar reflectores a Herrera y a Ebrard?