Carlos Sada, un embajador para la guerra
Roberto Vizcaíno jueves 21, Abr 2016Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El nuevo embajador de México en Washington va por una organización de combate
- El peso económico, cultural, poblacional de los mexicanos, es determinante, dice
No recuerdo otro embajador de México que haya mostrado tanta claridad en sus objetivos, como lo hizo ayer Carlos Manuel Sada, nuevo representante de México ante Estados Unidos.
Sin andarse con rodeos, como suele ocurrir con todos los embajadores, Sada dijo que la instrucción del presidente Enrique Peña Nieto es la de ir a organizar a los 35 millones de mexicanos en EU -6 de indocumentados, 6 de residentes y 23 de nacidos allá pero descendientes de mexicanos-, para que, como ocurre con otras nacionalidades (un ejemplo a seguir es la Comunidad Judía), pueda haber, cuando se requiera, una respuesta inmediata de todos ellos en favor de los intereses de México.
Esta urgencia surge hoy, indica Sada, por el muy posible ascenso de Donald Trump a la Presidencia de EU.
Es importante que frente a esta amenaza, dijo, entendamos la dimensión de la presencia de México en EU, y que se tome consciencia de lo importante que puede ser que se capitalice esta presencia en todas y cada una de las circunscripciones.
En esta tarea será esencial la coordinación que alcancen los 58 consulados de México en EU.
Todos ellos deberán participar en una campaña especial de información y relaciones públicas que generen una imagen más balanceada de México, y para responder a ataques infundados y distorsiones de la realidad durante las diferentes etapas de la campaña electoral de EU.
“Ayer mismo, los que pudieron ver el discurso del señor Trump por su victoria en Nueva York, el país que toca es otra vez México… de manera que esto nos ha hecho vulnerables, seguramente porque no hemos tenido una estrategia sistemática, que es parte de esta nueva estrategia que se está ahora lanzando.
“Se buscará hacer de los consulados modelos de promoción, de difusión, de comunicación, sin descuidar la protección y la documentación que son la piedra angular de nuestras representaciones”, sintetizó.
En síntesis, su plan es acotar el discurso exacerbado de Trump contra México y los mexicanos, organizando para ello una respuesta de los mexicanos en EU
Esta tarea de organicidad y coherencia a la acción de los 35 millones de mexicanos en EU, tiene varios puntos a favor y un elemento en contra, dijo.
El punto en contra surge del carácter pasivo de los mexicanos, quienes sistemáticamente se niegan a participar y a reaccionar como sí lo hacen otras nacionalidades.
Los mexicanos en EU, explica Sada, son los últimos en intentar arreglar su calidad migratoria y residencial frente a, por ejemplo, los asiáticos o los europeos que apenas llegan a territorio estadounidense y ya están buscando arreglar sus papeles de residencia.
Por eso se buscará que además de tramitar sus documentos mexicanos, busquen los norteamericanos. Obtener la doble nacionalidad les daría un poder por sobre otras nacionalidades, dice Sada.
No se trata de que dejen de ser mexicanos, sino que mantengan su nacionalidad y además adquieran la estadounidense.
“Se buscará que obtengan la doble nacionalidad, simple y sencillamente porque de esa manera son ciudadanos de pleno derecho; simple y sencillamente porque no serían deportables, porque una persona que ya es ciudadana americana no puede ser deportada; simple y sencillamente porque tendrían acceso a mejores condiciones de vida, a mejores puestos de trabajo”, enumeró el embajador.
Todo ello lo dijo ayer en la presentación de su programa de trabajo ante las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado.
Ahí dijo que ya basta de que nos den una bofetada y pongamos la otra mejilla.
“Me parece que eso no puede ser, y es porque no hemos tenido esta estrategia para poder armar una estructura que reaccione automáticamente, que tengamos los mecanismos de reacción adecuados, desde, por ejemplo, si hay un acto de violencia por crimen de odio, que no sea nada más el Consulado el que tenga que reaccionar; sino me he propuesto aplicar toda una estrategia con todo tipo de autoridades, sociedad civil, allá y acá, pero allá; para que tenga una consecuencia. No esperar a que nos insulten o a que tengamos una situación coyuntural”, subrayó.
Recordó que el intercambio económico y comercial bilateral ascienden hoy a más de 531 mil millones de dólares anuales. Con la consecuente generación de millones de empleos en ambos lados de la frontera.
“Si ya el 80 por ciento de los productos que México produce se van a los Estados Unidos, si ya tenemos una comunidad tan grande, me parece que tenemos que diseñar esos mecanismos para que efectivamente podamos tener una mayor presencia”, insistió.
Dijo luego que un factor muy importante es que varios estados tienen cada uno millones de migrantes mexicanos en EU. Los guanajuatenses suman quizá un millón y medio, los poblanos sólo en Nueva York más de un millón, y así otros.
Entonces en su estrategia está el de convocar a los gobernadores a formar parte de esta estrategia de organización de los intereses mexicanos en Estados Unidos.
Indicó que hoy por la conflictividad creada por Trump, se olvida que junto con la elección presidencial en EU también habrá renovación de 435 miembros del congreso de los Estados Unidos y 34 senadores que pueden cambiar la composición del Congreso en general.
Y todos ellos se deberán elegir en cada uno de los 50 estados de EU.
Es ahí donde los mexicanos asentados en EU pueden hacer sentir su peso, formando grupos de interlocución con los candidatos a esos cargos.
Otro punto es el de la diplomacia cultural y educativa, como estrategia de fortalecimiento de imagen.
“En alguna época se crearon varios institutos culturales de México, en particular el Instituto Cultural Mexicano de San Antonio, el de Nueva York, los Ángeles y en la capital de los Estados Unidos, en Washington. Habrá que revisarlos, porque no están cumpliendo su propósito”, precisó.
Otro punto más es de la existencia de unos mil 400 clubes de oriundos, organizaciones, federaciones, que no están organizados, aglutinados bajo una estrategia, una cohesión que nos haga tener un peso político mayor y de ahí vienen todas estas diatribas, dijo.
En fin, una tarea gigantesca pero necesaria frente a la amenaza de Trump y la globalización.
“Yo creo que esto que nos está pasando sí es motivo de una reflexión profunda, porque no puede ser que a lo largo de nuestra historia con toda la interacción que hay entre los dos países no tengamos esa presencia.
Y, como dicen muchos congresistas de ahí, no tengamos el peso político que corresponde a nuestro país.
“Lo de las armas, por ejemplo, es un tema brutalmente delicado en el ámbito de los Estados Unidos. Ustedes saben que la organización que los financia es la lobista más poderosa que existe en los Estados Unidos.
“Nuestro punto de vista ha sido, porque ellos defienden mucho la segunda enmienda, la constitución de los Estados Unidos, mediante la cual les permite a los americanos tener no una, sino 10, 50, 100 armas… la segunda enmienda es algo interno, doméstico en donde no nos metemos…
“Pero creo que sí tenemos que dialogar para que dentro de ese contexto no se permita la exportación de armas a un tercer país, sobre todo al nuestro que tiene tal vulnerabilidad porque no tenemos, las instituciones tan sólidas para controlar este flujo de armas y porque las armas pasan por la frontera, por esa misma frontera por donde de regreso, posiblemente, o para allá pasan drogas.
“Entonces, es una responsabilidad compartida, lo llevo como un tema de estrategia para poder empezar a posicionar ese diálogo.
“¿Por qué hay 14 mil o 12 mil armerías de la frontera de México en Estados Unidos y en el resto del país es un número limitado?
Digo, no se necesita ser sabio para saber que esas armas están siendo vendidas a personas que luego las contrabandean en México”, concluyó.
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