Ponte tus botas vaqueras, tu sombrero de copa alta y ala ancha y tus jeans o falda de mezclilla y vámonos a Dallas
Turismo viernes 15, Abr 2016De cinco estrellas
Victoria González Prado
- En Texas, todo es grande. Muy grande. Especialmente cuando de comer se trata, las porciones son enormes
Dallas, Texas.- Aquí en el estado texano no debes olvidar que todo es grande. Muy grande. Lo bueno es que casi toda la gente te lo recuerda, especialmente cuando vas a comer. Las porciones de comida, son grandes y también lo son las bebidas y los centros comerciales, las calles y el entretenimiento… Todo, a lo grande.
Para estar en Dallas y disfrutar a gusto la ciudad hay que ‘meterse’ en la piel de los auténticos vaqueros.
Así que, ponte tus botas vaqueras. Con punteras estrechas, la clásica es puntiaguda pero ligeramente redondeada en el extremo. Con tacón angulado y por supuesto de piel.
Puede ser de becerro, vaca o pieles exóticas.
Elige el sombrero y por favor, que sea de copa alta y ala ancha. En el color que prefieras. Los hay en todos los tonos. Ponte tus jeans o falda de mezclilla y vámonos a conocer esta gran ciudad.
Viajamos a la ciudad invitados por Interjet, en el vuelo inaugural a principios de marzo. Además de los directivos de la aerolínea nos acompañó Carla Ponce de León, gerente de Texas en México quien nos invitó a conocer y reconocer esta ciudad ubicada en el corazón de Texas.
Es la ciudad más poblada de la Unión Americana. Siempre la relacionaba con el petróleo, los vaqueros, el equipo de fútbol americano, las vaqueritas y el desierto.
Pero Dallas, es mucho más. Es verde, muy verde. Cerquita está el rancho donde se grabó la famosa serie Dallas. Posee interesantes museos, excelente gastronomía y una gran variedad de atractivos.
El turismo es uno de los principales sectores económicos de la ciudad. Aquí, en sus múltiples hoteles, se han hospedado un gran número de personajes de la vida social, los espectáculos e incluso la política.
A Dallas, también se le relaciona por ser el lugar donde fue asesinado John Fitzgerald Kennedy. Hoy, hay un museo donde se realizaron los disparos y una estatua, del que fuera presidente de la Unión Americana, en el lugar donde perdió la vida.
Nos hospedamos en el hotel Magnolia donde Pegaso, el caballo volador, es el emblema. Está ubicado en un rascacielos construido en 1922 para la compañía Magnolia Petroleum.
El edificio de 29 pisos fue el primero de Estados Unidos en tener aire acondicionado y fue construido con numerosos lujos que han sido restaurados para crear un hotel boutique lleno de detalles memorables.
Las categorías del Hotel Magnolia van desde el Guest Room y Double Room, hasta las Suites y las habitaciones Extended Stay, perfectas para viajeros de trabajo o placer, con áreas de trabajo, sala y amenidades para que te sientas como en casa.
Después nos fuimos a comer a The Rustic y ahí empezamos a experimentar “los tamaños”. No hay duda, todo es grande. Muy grande.
El restaurante se inspira en los sabores de Texas, con un menú de comida informal. Con productos de temporada y locales. Salpicado de platillos: codorniz, hamburguesas, albóndigas de jabalí, Rib-eyes, queso de cabra, papas crujientes, costillitas de cerdo BBQ y de verdad, todos los ingredientes son locales.
Amenizan The Rustic la música country, a veces en vivo, otras grabada. Hay numerosos y deliciosos cocteles y cervezas artesanales. Y así como su nombre “El Rústico”, dice tener los mejores Bloody Marys en América. Y de los postres, ummmm, qué les puedo decir. Además de grandes. Muy grandes. Son deliciosos. En otro momento les hablaremos más de nuestra visita a Dallas, que sin duda, nos dejó gratas experiencias.
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