Lourdes, Francia, entre la historia y la religión
¬ José Antonio López Sosa martes 12, Abr 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Lourdes, Francia.- Como casi toda la región de los Pirineos, tanto del lado español como francés, este poblado nace con una leyenda medieval. Aquí vivieron diferentes culturas hasta la llegada de los romanos, cuando en su paso para conquistar la península ibérica tomaron toda esta región, incorporándola a su gran imperio.
En la parte más alta de la zona se construyó un castillo donde cuenta la leyenda que el noble musulmán Mirat, mantenía el control hasta la llegada del emperador romano Carlomagno, quien le sitió y luego que un águila dejara caer una trucha sobre el castillo y, Mirat le mostrara a Carlomagno que hambre no pasarían, llegaron a un acuerdo, este fue que Mirat se convirtiera al cristianismo, luego entonces cambió su nombre a Lorda, de ahí viene la palabra Lourdes.
Fueron siglos después de evangelización, ricos y pobres, lo tradicional en la Edad Media. Ante la caída en el número de feligreses en la zona, misteriosamente se le aparece una deidad mariana a una pueblerina de nombre Bernadette Soubirous, quien con 14 años la halló en una gruta abandonada en la parte rural del pueblo. Años más tarde y tras una serie de supuestas apariciones, se erige un gran santuario y se instala una imagen en la gruta. Hoy día es un lugar de peregrinación a nivel internacional para el catolicismo, sobre todo para las personas enfermas y deshauciadas.
Ahora bien, más allá de la figura religiosa de Lourdes, la historia que se deja ver en sus calles, en el castillo y en las plazas que datan de siglos atrás, es muy interesante, porque muestra por un lado, la conexión con los Pirineos españoles y por otra, los usos y costumbres de esta Francia de las montañas al sur, bastante diferente que en la zona de los Alpes, en la otra frontera.
Todas las noches hay una procesión de antorchas, miles de peregrinos salen con velas encendidas desde la gruta hasta el centro del santuario. Independientemente de la fe que se profese o de la dudosa veracidad de las apariciones, la vibra que emanan miles de personas pidiendo por su salud o la de los suyos, representa una experiencia única, donde quizás no es la sanación corporal lo que se busca, sino la sanación de la mente o el espíritu a través de la fe colectiva, algo que va mucho más allá de un dogma de fe basado en la aparición de una deidad mariana o de las propias escrituras bíblicas, desde mi perspectiva.
Así, en Lourdes la historia y la religión convergen, se pueden ver y vivir desde ambos lados, este lugar tiene la posibilidad de dejar ver la parte religiosa, la parte espiritual y la parte histórica no sólo de Francia y de los Pirineos, sino de parte de la humanidad que noche a noche se reúne sin importar credos ni idiomas. Algo majestuoso sea uno religioso o no.
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