Derecha ultraconservadora
Francisco Rodríguez martes 12, Abr 2016Índice político
Francisco Rodríguez
¿De dónde viene el pensamiento de la derecha ultraconservadora que está imponiéndose entre los capullos republicanos y demócratas en Estados Unidos y entre los reaccionarios aprendices que chabacanamente intentan imitar todas sus posturas?
¿Dónde se ha empollado este huevo de serpiente que tiende a demoler cualquier vestigio democrático, cualquier afán de progreso, toda idea de igualdad, de distribución equitativa de recursos, de tolerancia y convivencia pacífica, de trato digno a las franjas vulnerables, de respeto a las mujeres y a la población?
¿Cuál es la fuente más cercana donde se nutre el odio hacia los migrantes, hacia los indígenas, los menesterosos, los que optan por sexualidades diferentes, los que tratan de sobrevivir en un mundo de mandarines contrarios a la justicia social, a la integridad y a la dignidad del ser humano?
El pensamiento neonazi avanza, sin que alguien pueda oponerse a la avalancha de los conservadores que no entienden que todos vamos en el mismo barco y no puede haber sobrevivencia en países que se rigen por la molicie de las castas dirigentes.
Exaltan la masacre y la barbarie
Pensamiento que tiende a proteger a un pequeño grupo de privilegiados, a través de corrupción, represión, rapiña e impunidad que ha construido en los últimos 70 años una clase social encumbrada solícita a cualquier capricho de los poderosos y aplasta y manipula a la inmensa mayoría de los desheredados de la Tierra.
Que quiere acabar con cualquier rastro de esperanza, de posibilidad de organización, protesta o mínima exigencia de derechos. Que hace imposible la expresión de los desprotegidos. Que está enfrentando a la sociedad civil con el poder descarnado del dinero y la arrincona en un vacío de impotencia.
El filofascismo imperante está exaltando hasta límites intolerables no sólo la masacre y la barbarie, sino la extralimitación de poderes facticos, los que sólo buscan eliminar a los desvalidos y diseñar un mundo a su medida.
Sentido de crisis y ¿necesidad de cambio?
Un libro revelador, escrito por Allan Bloom, filósofo de la Universidad de Chicago, El cierre de la mente estadunidense, descubrió el conducto que llevaba hacia el pensamiento de Leo Strauss, su antiguo profesor, el judío-alemán cuyas ideas sustentan hasta la fecha el rancio catálogo de idioteces de los conservadores gabachos, en los dos partidos.
Conocer el pensamiento del nazi Leo Strauss es tan complicado como seguir las tramas más tenebrosas de la peor literatura. Sus textos son discursos de fe, poder y soluciones que esconden un bosque de razones oscuras y mártires negros.
Sus raíces ideológicas se alimentan de una nueva ciencia política que parece iluminada por un maquiavelismo adaptado especialmente al american way of life, que los conservadores convirtieron en credo y permeó a los representantes derechistas republicanos y demócratas.
Leo Strauss imprimió a la derecha norteamericana el sentido de crisis y la necesidad de cambio que debía producirse desde arriba y que hace que ésta, más que moderada o conservadora, sea verdaderamente radical, extremista en el peor sentido de la palabra.
La religión como fuente de poder
La genealogía y el impacto de las ideas de Leo Strauss, demuestra que los extremos se tocan y que, definitivamente, no se puede desconocer el poder de las ideas. En los libros de este provocador, El derecho natural y la historia y La ciudad y el hombre, redactados en la fortaleza militar de Annapolis, Maryland, centro estratégico de estudios y planes militares, se incubaron las bases ideológicas de lo que ahora vemos.
Allí se redactaron por el filósofo de la Universidad de Chicago las ideas elitistas y contrarias al espíritu liberal que, según la recomendación de Leo Strauss, “sólo pueden ser expuestas en círculos cerrados, pues de lo contrario, serían ridiculizadas”.
Leo Strauss fue expulsado de la Alemania nazi no por ser descendiente de hebreos, según relata Allan Bloom, sino, porque, a pesar de serlo, coincidía plenamente con las enseñanzas de Fredrich Nietzsche, el escritor que había nutrido las ideas de Adolf Hitler acerca del predominio total del hombre alemán.
Esto les daba el derecho a los germanos de exterminar a los seres inferiores, a través de las leyes de Nuremberg y, obviamente, no se podía conceder esa paternidad filosófica a un descendiente de hebreos, como Leo Strauss, ya ciudadano alemán.
La derecha recalcitrante de los white anglo saxon protestants se forja en sociedades secretas, rodeadas de fe ciega en las “verdades reveladas”, como el desprecio a la ilustración, la religión como fuente de poder, el énfasis en el terrorismo bélico, la hostilidad hacia las mujeres y la nostalgia del pasado imperial.
Desprecio enorme a la sociedad
Once días después de que George W. Bush ejecutara el autoatentado a las Torres Gemelas, dijo: “Los estadunidenses se preguntan ¿por qué nos odian? Nos odian por nuestras libertades”.
En 1943, Goebbels decía también: “la guerra es el imperativo de la hora. Quienes hoy no entienden esta lucha, mañana nos agradecerán de rodillas que la hayamos emprendido”.
“Causa un placer secreto muy especial ver cómo quienes nos rodean, ignoran lo que les está pasando realmente”, expresó Adolf Hitler, después de revisar las instalaciones de gas en los hornos crematorios de Auschwitz.
El filofascismo y el neonazismo de los ultraconservadores gabachos es entendible, no justificable, porque forma parte de creencias de supremacía inyectadas bajo su piel, desde los tiempos de la ideología calvinista de los “padres peregrinos”, de los colonos británicos a bordo del Mayflower.
¿Por qué adoptan esas ideas y actitudes quienes descienden de grupos rupestres casi analfabetas que en su vida han leído un manual de política, quienes imitan inconscientemente modelos ajenos a su pensamiento rural?
¿Cómo pueden alegar a su favor que están influenciados por pensamientos que no conocen? ¿Por qué, a todo costo, quieren parecerse a quienes los desprecian y minusvaloran? ¿De qué pasta están hechos? ¿Éste fue el huevo que empollamos?
Porque nadie puede dudar que su línea es la misma: nula tolerancia a la justicia… enaltecer, sobre todas las cosas, el poder omnímodo del dinero que reciben fraudulentamente… y una proclividad neurótica hacia la desigualdad y la intolerancia.
Índice Flamígero: Otro justo deslinde de don Alfredo Álvarez Barrón: “Es importante hacer una aclaración: no soy monrealista; de hecho, jamás he militado activamente en ningún partido político, pero debo admitir que la cancelación del registro de David Monreal Ávila como candidato a la gubernatura del estado de Zacatecas me causó profunda sorpresa e indignación. ¿Por quién se supone que vamos a votar los miles de zacatecanos que no comulgamos con ninguno de los actuales candidatos? ¿Con qué derecho el INE, presidido por el intelectual Lorenzo Córdova, nos niega el derecho a elegir, libre e informadamente, a nuestros propios gobernantes? ¿Por qué se castiga una simple falta administrativa con una medida extrema mientras se dejan pasar las graves y reiteradas violaciones a las leyes electorales que ha cometido el Partido Verde? Hoy Zacatecas se encuentra en la encrucijada: por primera vez en la historia de nuestra peculiar democracia un candidato no registrado puede ganar, con la fuerza del voto de castigo, las elecciones para gobernador del estado, aunque por obvias razones el triunfo no le sea reconocido; por otra parte, si ésta elección se iba a decidir entre los tres candidatos mejor posicionados, al eliminar a uno de ellos se corre el riesgo de que el desairado ganador obtenga, oficialmente, menos del 30% del total de posibles votantes del padrón electoral; ¿cómo se puede gobernar con tan escaso margen de legitimidad? Si con ésta controvertida decisión el INE pretendía dar un golpe de autoridad, presiento que una vez más, le salió el tiro por la culata”. El Poeta del Nopal, por su parte, dice en su epigrama: “Misión fallida otra vez, / consejero presidente, / el competidor ausente / es el mejor de los tres; / pues en la sesión exprés, / con premura que delata, / volvió a meter la alpargata / en este absurdo compló / y sin querer le salió / ¡el tiro por la culata!”.
www.indicepolitico.com
pacorodriguez@journalist.com
@pacorodriguez