De Madrid a Lourdes
¬ José Antonio López Sosa lunes 11, Abr 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Lourdes, Francia.- Hay poco más de 650 kilómetros entre la capital española y esta pequeña ciudad en los Pirineos franceses, es uno de los destinos que suelen visitar mexicanos y latinoamericanos, no solamente por cuestiones de fe, sino por interés histórico y arquitectónico, además de los paisajes majestuosos de los Pirineos del lado francés.
La forma más cómoda de llegar la hallamos en tren, muy temprano a las 8 de la mañana desde la estación Madrid-Chamartín salió el ALVIA —operado por RENFE—04087, que en 6 horas nos llevó hasta Hendaya, Francia, justo al otro lado de la frontera con Irún, España, en la región del País Vasco. Tras breves paradas en Segovia, Valladolid, Burgos, Miranda de Ebro, Vitoria, Zumárraga y San Sebastián, así como enormes planicies, montañas, pueblos y sembradíos ya estábamos en Francia. De Hendaya a Lourdes, el tren interurbano 12248 —operado por SNCF— nos trajo hasta aquí en 2 horas y 40 minutos, ladeando montañas y pequeños pueblos franceses. La conveniencia fue adquirir ambos tramos de tren con un solo operador, el viaje se hizo con dos empresas distintas, la española RENFE y la francesa SNCF, sin embargo, se gestionó todo con Rail Europe, para tenerlo todo en un solo boleto, de esta forma se hace más sencillo el poder tomar trenes en distintos países europeos.
Es envidiable el sistema ferroviario europeo, la forma en que está interconectado entre países y lo sencillo que resulta moverse de un lugar a otro en tren, como ocurría hace muchos años en México. Tanto en España como Francia —y otros países de Europa— el transporte ferroviario ha sido prioridad, incluso al punto de estar por mucho, más avanzado que en los Estados Unidos en cuanto a velocidad, conectividad y tipos de tren. Aquí un boleto de tren le compite directamente al avión y no al autobús, en México la mendacidad de nuestra clase empresarial hizo que los dueños de las grandes empresas de autotransportes de pasajeros, como ADO y Estrella Blanca (donde se han aquilatado casi todas las empresas mexicanas) vieran como amenaza al tren de pasajeros y literalmente, coadyuvaran en su desaparición.
En México, los únicos dejos de esperanza que se asoman son los trenes México-Toluca y México-Querétaro, mientras aquí en Europa no se concibe la vida para los viajeros sin el tren, aún cuando hay aeropuertos en cientos de ciudades y carreteras de primer mundo.
Así pues, con esta reflexión, comodidad y rapidez llegamos con Rail Europe usando RENFE y SNCF de Madrid a Lourdes.
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