Como dijimos, el pleito está planteado
Roberto Vizcaíno viernes 10, Sep 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Peña Nieto dijo estar seguro que, durante el periodo legislativo que comienza, los priístas impulsarán y aprobarán reformas para agregar eficacia a la democracia, “para que en democracia construyamos el Estado eficaz que merecemos todos los mexicanos”
El sentimiento de confrontación estaba a flor de piel. Unos y otros sabían que la guerra estaba planteada, sólo faltaba apenas un empujón para iniciarla. Y eso ocurrió, cuando de nuevo César Nava, ya de salida de la dirigencia nacional del PAN, reiteró el apoyo del presidente Felipe Calderón para que la fracción del PRD en la Cámara de Diputados asalte la presidencia de esa Mesa Directiva.
Pendenciero, gandalla, reflejo fiel de su jefe y siguiendo sus instrucciones, Nava le dio así otro descontón callejero a los priístas.
“Nosotros (Calderón y yo, debió haber aclarado) sostenemos que el acuerdo que se tomó el año pasado y que prevé que el PRD presida este año la Mesa Directiva es vigente y válido, y debe respetarse”, señaló.
Después diría que el PRI debe entender que la presidencia “no es un botín” y que el periodo de sesiones que apenas se inició no debe servir para “revanchas y vendettas por los resultados de las elecciones de julio de 2009” .
Dentro de su estilo de acusar sin demostrar, de afirmar sin comprobar, el también diputado Nava inducía que los malos son de nuevo los priístas.
Engallados por el apoyo de sus hasta hace muy poco odiados enemigos, los perredistas encabezados por el lopezobradorista Alejandro Encinas anunciaron que acudirían a todo para impedir que el PRI controlara la Mesa Directiva.
Si los tricolores insisten en no reconocer su pacto verbal para que la presidencia recayera en un perredista, ocasionarán “una crisis institucional”, indicaron a través de un comunicado.
Acorralados por panistas y perredistas -y por los medios de comunicación-, los priístas mostraron la versión de la junta de coordinación política donde se aprobó la primera presidencia de esta legislatura que, conforme a la Ley Orgánica del Congreso, recayó en el panista Francisco Ramírez Acuña.
En esa versión estenográfica del 29 de agosto del año pasado, y luego de elegir a Ramírez Acuña, a la pregunta específica del diputado Pedro Vázquez González respecto de que si “¿el acuerdo es solamente por el inicio de la legislatura para este año o ya hay algún acuerdo entre ustedes (para los siguientes años)?”, los coordinadores Francisco Rojas y Josefina Vázquez Mota respondieron que no.
Rojas dijo: “No, no, no. Es sólo para este año (no hay) ningún acuerdo, sólo para este año como marca la ley ”.
A su vez, la panista Vázquez Mota subrayó: “sólo por este año, tal y como marca la ley. Así es”.
La versión indica que entonces el coordinador de los perredistas, Alejandro Encinas, comenzó a hablar de otros temas. Es decir, el asunto de la presumible asignación anticipada de la presidencia de los diputados estaba aclarada para los perredistas que ahora dicen hubo acuerdo verbal sobre eso.
Para reforzar la posición de su bancada, el priísta José Ramón Martell mostró el Artículo 17, numeral 7 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, que dice:
“La elección de los integrantes de la Mesa Directiva para el segundo y tercer año de ejercicio de la legislatura, se llevará a cabo durante la sesión preparatoria del año del ejercicio que corresponda, garantizando que la presidencia de la Mesa Directiva para tales ejercicios, recaiga en orden decreciente, en un integrante de los dos grupos parlamentarios con mayor número de diputados que no la hayan ejercido”. (negritas y subrayados míos).
Como los dos grupos que tienen mayor número de diputados son el PAN (con 143) que ya ocupó la presidencia en el período anterior, y el PRI (con 237) que no la ha ocupado, entonces es por demás evidente que le corresponde en esta ocasión presidir la mesa al tricolor.
Como no hubo acuerdo previo para que el PRD ocupara la mesa y como la ley es clara quien debe ocuparla ahora, entonces es evidente que Nava, enviado por Calderón, y los perredistas crearon un conflicto inexistente para asaltar la presidencia de los diputados y poner mal a los priístas frente a la opinión pública que no entiende ni sabe nada de estos procedimientos.
En el fondo, el conflicto plantea un hecho evidente: que Calderón ha lanzado al PAN para que, con la suma del PRD, ataquen a los priístas, que por su parte pretenden acotarlo a través de toda una serie de reformas legislativas que van desde hacerlo sujeto de juicio político -es decir, de su posible remoción como jefe del Ejecutivo federal-, hasta quitarle el control de Sedesol -es decir, del enorme gasto a programas sociales que Calderón ha usado para apoyar a los candidatos del PAN en las elecciones-, y obligarlo a presentarse de nuevo ante el Congreso para que rinda sus últimos dos informes de gobierno.
De entrada, Francisco Rojas, coordinador de los diputados priístas, señaló que los tricolores no dejarán que Calderón siga acusándolos impunemente de ser los culpables del grave deterioro social que vive México a causa de la ineficiencia del gobierno federal.
Mientras todo eso ocurría en San Lázaro, en Xicoténcatl los senadores aprobaron la llegada a la presidencia de esta cámara del priísta Manlio Fabio Beltrones. Ahí no había pretexto para impedirlo porque el año que concluye fue presidido por el perredista Carlos Navarrete y el anterior por el panista Gustavo Madero.
Un previo de lo que será su presidencia en el Senado lo dio Beltrones cuando acusó a Calderón del grave desorden y el deterioro que vive México.
Ante esta situación, dijo, “el país demanda el planteamiento de una nueva ruta que permita recuperar la seguridad pública, el crecimiento y la generación de empleo…”, precisó.
Recordó que faltan más de dos años para que termine Calderón y “los mexicanos no podemos seguir esperando soluciones. Exigimos que mañana rinda cuentas claras y plantee una rectificación en las políticas públicas y su estilo de gobierno”.
En los hechos Manlio le reclamó a Calderón dar un “golpe de timón definitivo, que derive en un nuevo rumbo para México, pues la espiral de violencia en que estamos junto a desempleo masivo, exigen con urgencia un punto de inflexión en la gestión presidencial”.
Se requiere, insistió, un golpe de timón que “conduzca a reordenar el estado de la nación… Se requieren respuestas puntuales a: ¿qué hará para superar la inseguridad pública que mantiene en la angustia a la población?, ¿qué hará para que el enorme gasto público derive en crecimiento económico y en empleos dignos y estables?, ¿qué hará para garantizar seguridad jurídica a las inversiones, que representan empleos para los jóvenes?, ¿y qué hará en lo político para recuperar la gobernabilidad en México?”.
Señaló que los priístas están dispuestos a apoyarlo si decide dar ese golpe de timón… pero “la rectificación debe alcanzar también al estilo personal de gobernar que lo caracteriza… No queremos más pretextos e inculpaciones, sino una explicación pública sobre su conducta electoral y por lo cual el IFE y el TRIFE lo encontraron culpable… pues el suyo no ha sido el mejor ejemplo para la ciudadanía de una conducta cívica y republicana”.
En estas aclaraciones también participó el gobernador del Estado de México y puntero en la carrera presidencial, Enrique Peña Nieto, quien le recordó a Calderón que si bien el PRI es una fuerza política institucional, y hoy una oposición responsable, también puede exigirle cuentas.
Le dijo que él mismo es testigo directo de todo esto, porque los priístas “no dudamos en garantizar su toma de protesta”.
Consideró que Calderón tiene la gran oportunidad de redefinir el rumbo, las características y la estrategia de un nuevo modelo de desarrollo para México.
Dijo que por su parte los priístas se saben poseedores de la mayor experiencia, talento y profesionalismo con los cuales impulsarán las transformaciones que tanto requiere el país. Los priístas no permitirán, dijo, que la alternancia transite al caos.
El PRI, indicó, superó a los agoreros que presagiaron su desaparición luego del 2000, “y hoy trabaja para construir los cimientos de un Estado eficaz que garantice en la práctica, no sólo en el papel, los derechos individuales y sociales de todos los mexicanos; que permita que el país crezca a su verdadero potencial; un Estado eficaz que nos permita recuperar el crecimiento económico, generar empleos y recobrar la seguridad”.
Por todo eso, comentó estar seguro de que, durante el periodo legislativo que comienza, los priístas impulsarán y aprobarán reformas para agregar eficacia a la democracia, “para que en democracia construyamos el Estado eficaz que merecemos todos los mexicanos”.