Roma y el catolicismo actual
¬ José Antonio López Sosa miércoles 6, Abr 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Montserrat, España.- El recorrer la región pirinéica y románica de Cataluña, nos deja una idea clara de cómo el mundo cristiano, particularmente el católico, llegó sustituyendo el control que ejercía el viejo imperio romano sobre los nacientes reinos de la Europa medieval. A través de las iglesias y deidades en esta región de España, se dejan ver historias, mitos y leyendas que forjaron la base del catolicismo actual, para bien y para mal, frente al extinto Al-Andalus que dominó la península ibérica por 8 siglos.
En primer lugar, la mayoría de las iglesias y catedrales en esta región de Cataluña fueron construidas sobre antiguos vestigios romanos o íberos, donde los locales adoraban a sus deidades y ejercían el culto religioso muchos años antes de la instauración del cristianismo. En segundo lugar, la construcción de estos grandes templos, tenían por objeto no sólo ser un centro de oración, sino mostrar al imperio mulsulmán del resto de España, la fuerza y el potencial económico que los nuevos cristianos tenían, antes incluso que la reconquista unificara los reinos de España y expulsara a los musulmanes de forma definitiva. En tercer lugar, el hecho que decenas de tradiciones paganas romanas fueron mutadas para combinarse en una suerte de sincretismo, con las escrituras bíblicas, logrando así el culto público sin cambiar de fondo las tradiciones que existían desde siglos atrás.
El catolicismo, como una rama del cristianismo se presenta desde entonces como una religión politeísta con una etiqueta monoteísta. Las deidades romanas, íberas, celtas, visigodas y de otros orígenes -en España por ejemplo- fueron sustituidas por las figuras de santos, que si bien no están al nivel de Dios o la Santísima Trinidad, son intercesores y tienen un culto permanente que en la práctica equivale al culto al todopoderoso, haciendo una especie de politeísmo tolerado bajo un esquema monoteísta. Años más tarde estos santos migraron también a tomar las formas de las deidades indígenas en América y hasta de los espíritus africanos en las Antillas, generando así el sincretismo en Mesoamérica y a los Santeros en el Caribe. No cabe duda que Roma y su doctrina llegaron a los distintos confines del mundo.
Los simbolismos han sido muy importantes a lo largo de la historia. En esta región catalana la arquitectura románica nos deja ver como la orientación de las iglesias hacia el este, daba una señal de búsqueda de la luz del amanecer como fuente divina, el sol como astro y deidad y la oscuridad como los infiernos, como la noche de la que todo ser humano busca salir con vida. Cada iglesia y catedral tenía las denominadas “reliquias”, pedazos presuntamente de algún santo, de la cruz de Cristo o de alguna parte de los evangelios bíblicos -reconocidos y no reconocidos-, se guardaban bajo el altar, eran distribuidos desde Roma por la Iglesia y daban un carácter de divinidad a cada templo.
No cabe duda que la Roma antigua, sus doctrinas e idearios forman parte del catolicismo actual. En esta región de Cataluña se puede ver de cerca esta historia, se puede vivir en pleno Siglo XXI la transición milenaria que nos llevó hasta el punto donde la religión Católica y otras ramificaciones está el día de hoy. Los denominados Cristianos actuales y otras ramas como los Testigos de Jehová, pretenden ser los puritanos de la escritura, cuando quizás sin los simbolismos, también absorbieron estas costumbres paganas que, por estar supuestamente escritas en sus libros sagrados, son de acuerdo su visión, la verdad. Cuestión de fe, la historia no miente, no hay verdad absoluta, no hay buenos ni malos, no hay blancos ni negros. Siempre ha habido voluntad del poderoso por controlar al oprimido, en ello se resume todo.
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