Política a la “antigüita”
¬ Augusto Corro martes 5, Abr 2016Punto por punto
Augusto Corro
Una torta, un refresco o algo de dinero son recursos miserables para pagarle a los acarreados su presencia en marchas y mítines políticos.
Esa práctica añeja de hacer política estuvo presente en la Marcha de la Unidad para apoyar al gobernador Graco Ramírez, que se efectuó el domingo, en la mañana en Cuernavaca, Morelos.
Con esa manifestación, el mandatario estatal intentó contrarrestar la ola de inconformidad de los morelenses, que le exigen, por lo menos, el cumplimiento de sus promesas de campaña.
O de otra manera, que se someta a consulta popular su permanencia en el cargo, como lo planteó antes llegar al poder.
Para nadie es un secreto que la ola de violencia tiene aterrorizada a la población morelense. Son ya muchos años de extorsiones, secuestros y asesinatos.
A las inconformidades de los ciudadanos, Graco Ramírez desde el inicio de su mandato decidió pelearse con todos, incluidos sus propios compañeros de partido. El pleito con el senador Fidel Demédicis es un ejemplo.
Ante los problemas que enfrenta, alguien de la familia tenía que salir en apoyo del mandatario estatal. Y la responsabilidad cayó en Rodrigo Gayosso Cepeda, el líder del Partido de la Revolución Democrática en Morelos.
Ese dirigente amarillo es hijastro de Graco, quien, por cierto, tiene a varios familiares como funcionarios en el gobierno morelense, entre otros los siguientes: Elena Cepeda, su esposa, la presidenta del DIF estatal, su nuera, Mónica Reyes Fuchs, es secretaria de Turismo y su ex esposa Olga Durón Viveros, es coordinadora general del Instituto Morelense de Radio y Televisión.
Volvemos al tema de los acarreados:
Sin rubor alguno, Gayosso Cepeda organizó la marcha para su padrastro. El método que utilizó fue el del acarreo de morelenses que además de tortas, refrescos y dinero, recibieron gorras y sombrillas.
A uno de los asistentes se le preguntó a que obedecía su presencia en el acto, a lo que contestó que no sabía de que se trataba la convocatoria a la marcha, mientras comía la torta que le regalaron los perredistas, untada de frijoles, sin jamón y su refresco al tiempo. Eso sí, lucía su gorra de colores amarillo y negro para el sol.
La clase política local sí estaba enterada de las razones de la marcha y lo hicieron con mucho gusto, porque les resultó fácil asistir a un acto en el que no perdían nada con quemarle incienso al gobernador, como se dice coloquialmente.
Ya en otra ocasión, el obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, dijo que Graco Ramírez “se ha ocupado más bien de sí mismo que del pueblo”, esa actitud hizo que la inseguridad llegue a límites insoportables en Morelos.
LOS PERREDISTAS DE A PIE
La clase política hay diferentes niveles. Unos son los que disfrutan las mieles del poder, los dirigentes que aspiran a cargos mayores, más importantes, y las infanterías que se encuentran en la base de la pirámide.
Mientras que aquellos que están en el poder ya miran hacia abajo, los dirigentes dirimen sus problemas en los restaurantes de lujo, los perredistas de a pie libran luchas encarnizadas con sus enemigos políticos.
Esos enfrentamientos, quizá promovidos por el apasionamiento al partido o por la cerrazón de la lucha, decenas de perredistas perdieron la vida desde la fundación del PRD a la fecha.
En la base de los partidos es donde se encuentran los verdaderos militantes, que aún luchan por principios, por reafirmar convicciones e ideología. Aquellos que no les importa perder la vida por sus ideales, algo que no les pasa a los dirigentes que solución sus conflictos en cómodas mesas de elegantes cafeterías.
Desde esos lugares condenan las agresiones, las emboscadas, los asesinatos de los amarillos, como ocurrió la noche del 30 de marzo, cuando tres militantes perredistas fueron emboscados por policías municipales: José María Caña Antonio murió y sus hermanos Jorge y Anselmo resultaron heridos.
El dirigente perredista, Agustín Basave, en el cumplimiento estricto de su papel, condenó ese acto violento que el tiempo se encargará de mandar al archivo.
De pasada, el líder amarillo repitió el estribillo de que la violencia no es la vía para la solución de las diferencias, y mucho menos atentar contra la vida de los ciudadanos…