Charlatanería electoral
Freddy Sánchez martes 22, Mar 2016Precios y desprecios
Freddy Sánchez
El líder priísta. Manlio Fabio Beltrones “pintó” de charlatán a Manuel López Obrador.
La razón: andar diciendo lo que dice como parte de su anticipada campaña electoral para la presidencia, con cargo al erario público, aprovechando los fondos que recibió su partido político.
El priísmo en general no parece estar nada contento al ver que el tabasqueño aparezca continuamente en medios de radio y televisión, disparando fulminantes críticas contra el gobierno federal (según se tiene la impresión), sólo para hacerse propaganda electoral.
Después de haberse autonombrado dirigente nacional de Morena ( lo que no pocos piensan que hizo “El Peje”), desde esa posición este político amado y odiado por muchos, simple y llanamente ha echado mano de los recursos económicos que tiene a su disposición para poner en juego una estrategia publicitaria, que efectivamente se asemeja más a un proyecto de difusión personal que partidista.
Habrá los que digan que se trata de un acto de oportunismo político descarado y abusivo que se paga con los impuestos de los mexicanos. Pero lo cierto es que eso que hace “El Peje” está lejos de ser una ilegalidad grave como lo demostró una reciente resolución del Tribunal Federal Electoral, al recomendar que dejara de difundirse un spot del tabasqueño y nada más.
Quizás por eso, más temprano que tarde el líder de Morena grabó un nuevo mensaje en el mismo tenor crítico para el gobierno, recurriendo a quitarle lo que pudiera tener algún tinte personal.
Le bastó al dos veces candidato presidencial puntualizar que sus dichos son a nombre de su partido y no de él.
O sea, que en adelante “El Peje” continuará su crítica diciendo lo que diga “mi dedito”.
Que no se quejen entonces los que dejaron resquicios en las normas electorales que pueden ser objeto de manipulaciones legaloides.
Y si de plano la legislación electoral debe ser modificada para evitar lo que al priísmo no le gusta que esté haciendo López Obrador, conveniente será promover una reforma que cierre toda posibilidad de oportunismos electorales, pero no sólo para el tabasqueño.
Las disposiciones legales en materia electoral requieren “candados” inviolables que impidan mucho más que campañas políticas anticipadas con fondos del erario público, que puedan hacerse los aspirantes a la presidencia o cualquier otro empleo legislativo o institucional.
Hay que cerrar pues la llave de los abusos, las desviaciones y manipulaciones proselitistas para todos y cada uno de los que aspiren a ocupar un cargo de elección popular, ya sea mediante el apoyo partidista o una candidatura independiente.
En ese aspecto, no cabe duda que los partidos políticos en general se han quedado cortos en sus propuestas legislativas y sobre todo en la aprobación de leyes para limpiar el escenario político de un sin fin de tretas y truculencias electorales.
Así que en todo caso no sólo a Manuel López Obrador, sino a la mayoría de los políticos mexicanos le queda el saco de ser grandes protagonistas de la más cínica charlatanería electoral.