2017 y 2018: guerra a pedradas
Francisco Rodríguez lunes 14, Mar 2016Índice político
Francisco Rodríguez
Las corredurías, los mercados y las aseguradoras internacionales de precios de materias primas —commodities— han fijado su posición irreductible con relación a los precios a futuro del barril de petróleo crudo y, en consecuencia, a los precios de cobertura de las aseguradoras energéticas.
Continúa en vigor el acuerdo entre los grupos que enjaquiman a Barack Obama y sus trusts petroleros con los Emiratos Árabes, para que durante mucho tiempo el precio del barril no exceda los 15 dólares a precio constante.
Los “estrategas” nunca vieron ni el humo de esa bola rápida. Ordenaban a sus subordinados en la SHCP y en la Cámara de Diputados calcularan el presupuesto durante los últimos tres años sobre la base de precios de crudo que sólo existían en su cabeza.
Por consecuencia, a los pocos días que aprobaban los presupuestos sobre esos cálculos de precios internacionales, del que se autonombraba el “mejor financiero del planeta”, diputados y paniaguados se daban de topes contra la primera pared que encontraran.
Se habían dado cuenta que defraudaban a la nación, la arrastraban al déficit financiero.
Los préstamos internacionales contraídos, que hoy se agregan a la deuda equivalente a la mitad del producto nacional bruto, nunca se destinaron a un solo proyecto productivo. Todo se dedicó a sus juegos de ajustes y recortes a los adversarios.
Mientras colmaba de prebendas a los funcionarios que él había designado en posiciones estratégicas del aparato público. Obviamente, pura morralla. Gente absolutamente prescindible que nunca han servido, como dicen los gitanos: “pa ná’, pa ná’ y pa ná’”.
La deuda externa contratada a espaldas del llamado Poder Legislativo, siempre fue un entrambulique financiero que sólo sirvió para engrosar burocracias doradas e inservibles, con sueldos, prestaciones y canonjías de sultanatos, ofensivos a todas luces contra la situación de hambre y miseria de los mexicanos. Una verdadera traición.
Hasta la gasolina importada escasea
Hoy que casi todos los funcionarios favorecidos han quebrado los aparatos puestos bajo su mando, el gobierno está profundamente dividido en sus líneas ofensivas y de retaguardia y ha provocado un hartazgo popular sin precedente. Hasta la escasez de gasolina importada, se debe a su insaciable voracidad.
La cauda de mequetrefes no alcanzan a pagar ni la vergüenza propia ni la ajena. Los han “agarrado de pargos” en todos los rotativos y televisoras del planeta.
Lo peor es que todo era muy fácil de entender: los precios de las materias primas, las que no tienen un solo valor agregado en su elaboración, como es el caso del barril de petróleo, están, desde tiempos inmemoriales, sujetos al capricho y al mercado de los compradores.
Incluso, en el mercado financiero de las llamadas commodities (productos, en su mayoría en estado puro, con intrínsecas fluctuaciones, pues no se puede comparar el precio del diamante en bruto o del oro con el barril de crudo), las transacciones y la comercialización son para gloria de nuestros buitres carroñeros, electrónicas.
Por ello, el desmedido interé$ de los zedillistas y cordobistas de incluir obligatoriamente en la Bolsa de Valores local —que ellos controlan—, las cotizaciones y variables de todas las negociaciones presentes y futuras que tenían que ver con los contratos derivados de la subasta petrolera de las famosas rondas de la infamia, manipuladas por ellos mismos.
Nuestro petróleo siempre ha sido alfil de los gabachos
Como las materias primas están indisolublemente ligadas al valor de mercado que les confiera el dólar estadunidense, era fácilmente comprensible —vamos, hasta para un estudiante de secundaria, no digamos para un financiero de las polendas que inyectan el ego —que para la jugada del fracking y los acuerdos con los árabes para que inundaran de petróleo al mundo, el crudo mexicano era un cero a la izquierda.
Nunca entró el precio mexicano en alguna consideración financiera internacional de peso. Nuestro crudo siempre ha sido un alfil que se utiliza por los gabachos al modo y manera en que las reservas de los Estados Unidos y sus bodegas, estén rebosantes, o necesiten comprarnos más, chuparnos los vientres para colmarlas.
Empero, jamás han entendido, ni esperamos que entiendan -por Dios, sería pedirle peras al olmo- que México nunca ha sido un jugador de grandes ligas en los escenarios petroleros. Hemos sido subcontratistas -nunca productores- de relleno, de “a ver si es cola y pega”.
Pemex, la que era nuestra principal industria nacional -antes del arribo de Emilio Lozoya, que siempre estuvieron de acuerdo en los fraudes petroleros, hasta que sus ambiciones de niños protervos los dividieron, pues los dos querían lo mismo: la Presidencia de la República- siempre jugó un papel secundario.
Los “éxitos” de Calderón, armados en Estados Unidos
Un ejemplo ampliamente revelador fue lo que pasó con Pemex en el período de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa: la crisis de las hipotecas, basura provocada por la desmedida ambición de los banqueros de Wall Street, forzó a la Reserva Federal de los Estados Unidos a inyectar a las importaciones de commodities gruesos flujos de liquidez, para suplir las deficiencias de su mercado, no del nuestro.
Esa decisión, tomada en Nueva York, no en Washington, ni en la Casa Blanca, ni en el Capitolio, revaloró por sí misma el precio del barril de crudo y lo llevó a unos niveles insospechados.
Por eso y sólo por eso, el moreliano pudo acabar su período con un crecimiento mayor al 4% los últimos dos años. No era el mago Merlín. Era un dipsómano, de crudas interminables y pavorosas, a quién favoreció esa contingencia.
Margarita Zavala tampoco tuvo nada que ver. La dama del rebozo andaba demasiado ocupada en pasar la charola entre todos los oficiales mayores de todas las dependencias de ese régimen, en cuyo nombramiento fue decisiva e irreductible esta hipócrita habilona de sacristía tramposa. Así, como suena.
Ese final de sexenio, en el que ningún panista tuvo que ver, menos influir, es la bandera que se enarbola para empujar la inflada “popularidad” de Margarita Zavala, hinchada de resultados favorables, obtenidos, Dios sabe cómo y dónde por los comerciantes de las casas encuestadoras que todavía padecemos.
Coberturas: ni 17 USD por barril
Pero a todo santo le llega su fiestecita: sólidos estudios y corridas financieras de quienes inflan o revientan los seguros petroleros de que tanto se ufanas, han decidido que si el barril de crudo mexicano se aseguró en más de 40 dólares en 2016, para los años 2017 y 2018 no podrán alcanzar seguros ni de 17 dólares por tambo.
Y exactamente allí, es donde la puerca va a torcer el rabo. Allí se volteará el chirrión por el palito. Allí ya se acabó el danzón!
Sí hemos vivido el peor año de este sexenio, los que siguen son cuentos de Drácula. ¡Vamos a sentir lo que sintió el conde transilvano cuando le clavaron la estaca!
Todas las fantasías y mentiras van a quedar al descubierto y entre todos se van a pelear hasta con pedradas, en medio de un charco de lodo pestilente a rapiña, a voracidad y a traiciones. ¡Dios los agarre confesados!
¿Y a todo esto, nosotros qué culpa tenemos? ¿Sólo deberemos aguantar la vara? Recuerde, estimado lector, que el hilo se rompe siempre por lo más delgado. Y que esa irreductible Ley de Hilados y Tejidos siempre la aplican sobre nosotros.
Índice Flamígero: Don Alfredo Álvarez Barrón escribe: “Se acabó la gallina de los huevos de oro, Ing. Francisco Wong; décadas de saqueo, despilfarro y malos manejos han convertido a Pemex, literalmente, en solo un montón de fierros viejos, pero eso sí, con miles de trabajadores y jubilados de lujo a los cuales millones de ciudadanos de a pie, sin deberla ni temerla, tenemos que seguir subsidiando.¡Qué ironías de la vida, primo hermano!” Y El Poeta del Nopal remata literariamente: “Un amigo tabasqueño, / técnico calificado, / de Pemex fue recortado / en medio de este mal sueño; / toca en la casa de empeño, / casi al borde del embargo, / y emerge de su letargo / con un silencioso grito: / si la reforma era un mito / ¡la crisis va para largo!”.
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