Vecinos incómodos
¬ Augusto Corro viernes 11, Mar 2016Punto por punto
Augusto Corro
La delincuencia llegó para quedarse en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El auditorio “Justo Sierra”, rebautizado por los porros como el auditorio “Che” Guevara, se encuentra ocupado desde hace 16 años, por toda clase de malhechores que no tienen relación alguna con esa institución educativa.
Los delincuentes viven a sus anchas y desempeñan actividades relacionadas con el comercio informal y la venta de drogas.
Con la detención de Jorge Emilio Esquivel Muñoz “El Yorch”, un sujeto dedicado al narcomenudeo, bien pudo empezar el plan para imponer el orden en Ciudad Universitaria (CU).
“El Yorch” tenía su centro principal de actividades en el auditorio. En los momentos de su captura, en las inmediaciones de CU, llevaba 50 sobres de cocaína en piedra; 26 pastillas psicotrópicas “Rivotril” y 300 gramos de mariguana.
Las autoridades federales dictaron auto de formal prisión al mencionado sujeto y lo enviaron a un penal de Sonora como responsable de delitos graves.
Sin embargo, una juez capitalina reclasificó los cargos y los consideró “no graves”, nueva situación que le permite a “El Yorch” alcanzar la libertad con una fianza de 8 mil pesos. A estas horas, el narcomenudista ya podría estar de regreso a sus actividades delincuenciales.
Esa actitud de las autoridades indignó al rector de la UNAM, Enrique Graue, quien hasta la fecha sólo demostró su tibieza para actuar contra los vecinos incómodos de CU. Convencer por las buenas a los pandilleros para que se vayan del auditorio “Justo Sierra” sólo conduce a una pérdida de tiempo.
Siempre fue un misterio la actitud pasiva de las autoridades universitarias para enfrentar a las pandillas que se sienten dueñas de las instalaciones universitarias.
TRUMP, CHIVO EN CRISTALERÍA
El controvertido Donald Trump sigue como chivo en cristalería. Sabedor de que su oratoria disparatada le lleva más votos, no lo pensó mucho para declarar la guerra a México.
Si México se niega a pagar los 8 mil millones de dólares de la barda fronteriza con Estados Unidos (EU), el aspirante republicano a la presidencia dijo:
“Créeme, cuando rejuvenezca a nuestros militares, México no querrá “jugar” a la guerra con nosotros, qué te puedo decir, no querrá jugar a la guerra con nosotros”.
Al buen entendedor, lo que declaró Trump reconfirma su actitud belicosa propia de los poderosos que se apoyan en la ley de la fuerza o del garrote.
Lo mismo ocurrió con Hitler y su guerra devastadora que no sólo dañóal mundo, sino que también dejó en las ruinas a Alemania. Esa lección de la Historia, con mayúscula, no la conoce Trump.
Sus amenazas de imperialismo trasnochado servirán para evitar que el magnate de la construcción gane la carrera presidencial.
El aspirante republicano tendrá que revisar sus libros de historia para conocer el repudio hacia su país en diferentes partes del mundo.
Desde el inicio de su campaña política, la brújula de Trump le orientó mal. No es con la violencia, ni con guerras como se debe fincar el progreso de un país. El magnate no lo entiende y seguro que un costo tendrá que pagar por sus ocurrencias o dislates propias de un energúmeno.
LA SUERTE DE “EL CHAPO”
En un lapso de 20 días, más o menos, se conocerá la suerte definitiva de Joaquín “El Chapo” Guzmán: lo extraditan a Estados Unidos o sigue en una prisión mexicana.
Una juez federal definirá la situación jurídica del capo sinaloense en el tiempo mencionado. Aunque uno de los abogados del narcodelincuente dijo que el proceso podría durar hasta un año.
El hecho es que la extradición del delincuente más famoso del Altiplano, seguirá en las páginas de los diarios, adornado con las declaraciones de las mujeres del sinaloense, que enrarecieron su ambiente familiar con sus dimes y diretes.
Por otra parte, “El Chapo” ya reconoció que duerme más horas que era lo que buscaba gracias a la ampliación del horario para el pase de lista.
Vuelve la tranquilidad a la vida de “El Chapo” quien tendrá que ir muy bien preparado anímicamente para enfrentar a las reglas severas de las prisiones estadounidenses, en caso de ser extraditado.
Con convenios o sin ellos, el capo tendrá que estar tras las rejas en un sistema carcelario, donde los derechos humanos no son tan laxos como en México.
Feliz fin de semana.