Triquis y la CNDH
¬ Augusto Corro miércoles 8, Sep 2010Punto x Punto
Augusto Corro
UNO
Conseguir el alimento diario es cuestión de vida o muerte en el municipio autónomo de San Juan Copala.
Decenas de familias triquis siguen amenazadas por la violencia de los paramilitares que vigilan las entradas y salidas del pueblo.
Desde sus puestos de vigilancia disparan contra los habitantes de San Juan Copala, principalmente mujeres, quienes salen en busca de comida.
Y así en medio del terror viven los triquis que padecen las agresiones de grupos represivos, como el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT) y de Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort).
Estos son los grupos que se ostentan como señores de horca y cuchillo y que reciben el apoyo de las autoridades estatales, encabezadas por el cacique Ulises Ruiz Ortiz.
Platicamos con Casimiro Martínez Aguilar, de 33 años, portavoz del municipio.
Nos repite la historia de injusticia y violencia que padecen los triquis desde 2007. Son ya 25 los indígenas que murieron por las acciones represivas de los paramilitares.
Nadie se libra de las agresiones, ya se trate de mujeres, niños y hasta miembros de alguna organización no gubernamental. Bety Cariño y un filandés, Jyri Antero Jaakkola, murieron en una emboscada cuando se acercaban a San Juan Copala. Llevaban alimentos e intentaron romper el cerco tendido por paramilitares.
Ahora, San Juan Copala se convierte poco a poco en un pueblo fantasma. Los enemigos de los triquis se encargaron de cortarles el suministro de energía eléctrica, los dejaron sin servicios médicos y sin escuelas.
Los indígenas que emigraron se encuentran repartidos en diferentes sitios del Distrito Federal y del interior del país y sobreviven con la venta de su artesanía o con la ayuda del público.
En el plantón ubicado a un costado de la Catedral Metropolitana, varias familias triquis se guarecen del mal tiempo en una casa de campaña.
Martínez Aguilar reconoce que las agrupaciones de derechos humanos los tienen olvidados. ¿Y las organizaciones no gubernamentales? Tampoco nos ayudan.
Y el plantón seguirá hasta que les hagan justicia.
Un grupo de indígenas escucha las denuncias de Martínez Aguilar. Saben que su situación es difícil, porque no es fácil conseguir alimentos, pero les tranquiliza encontrarse en un lugar donde no serán alcanzados por las balas de los militantes del MULT o de la Ubisort.
Mientras, a un lado del campamento triqui el alumbrado público anuncia los festejos del Bicentenario de la Independencia. Hace 200 años empezó a gestarse la libertad en México, que aún no llega al pueblo indígena de la región mixteca.
¿Por qué esa encarnizada lucha con los triquis? ¿Qué quieren de ellos? ¿Sus votos? ¿Las riquezas naturales del lugar? ¿El sometimiento de sus conciencias? ¿Se trata de una guerra de exterminio contra los indígenas?
Martínez Aguilar dice que quitarán el plantón hasta que les hagan justicia.
DOS
Eso de la comunicación social no se les dio a los gobiernos panistas. El tristemente célebre Vicente Fox tuvo que auxiliarse de un vocero para que le tradujera lo que quería decir. La frivolidad del guanajuatense para tratar los temas importantes fue parte de su estilo de gobernar.
Lo mismo ocurre con Felipe Calderón Hinojosa. Por ejemplo, respecto a la masacre de indocumentados en San Fernando, a FCH le basta comunicarle por teléfono a una periodista que tres asesinos fueron abatidos y que esos delincuentes eran “zetas”.
Sin ninguna información clara, según lo reconoció el propio funcionario, se atrevió a soltar datos de que “entonces han fallecido seis (presuntos asesinos) y está aprehendido uno”.
Es criticable la frivolidad con la que FCH trata el tema de los migrantes asesinados.
Después, Alejandro Poiré, vocero del gobierno federal en la guerra contra la delincuencia organizada y secretario general del Consejo Nacional de Seguridad Pública, corroboró lo manifestado por su jefe.
TRES
Siguen las presiones para que Cecilia Romero deje la titularidad del Instituto Nacional de Migración (INM).
La Comisión de Gobernación del Senado pedirá a Felipe Calderón Hinojosa la renuncia de la comisionada, por su fracaso en el manejo del tema migratorio y los magros resultados que bajo su administración se han generado en la protección y respeto de los derechos humanos de los migrantes.
En el proyecto de dictamen en el que se analizan varios puntos de acuerdo presentados por senadores del PAN, PRI y PRD se subraya la necesidad de que el INM sea “limpiado y reconcebido” en sus facultades y objetivos.
“Eso incluye sin dudarlo que la comisionada considere y acepte el fracaso de su administración, dando cabida a que otra persona ocupe el cargo para generar buenos resultados, sobre todo en la protección de los migrantes, su seguridad y respeto a sus derechos fundamentales. No es una exageración solicitar la remoción de Cecilia Romero. Es del dominio público la cantidad de desaciertos e ineptitud con la que se conduce la funcionaria federal”, se afirma en el documento.
A Felipe Calderón Hinojosa se le complica la situación, porque doña Cecilia Romero es una panista distinguida (yunquista) y la remoción de su cargo no será fácil.
CUATRO
Los panistas buscan con lupa a sus precandidatos presidencibales.
La caballada se encuentra al borde de la inanición. Claro, hasta el más modesto político anhela la silla presidencial, pero ahora, como nunca, la caballada luce tan flaca.
Nada más de escuchar los nombres de los posibles aspirantes se nota su pobreza política. Tal es el caso de quienes dijeron que “sí quieren”. Ellos son Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel. Sin dudarlo, el segundo tiene una carrera política más o menos interesante.
De los demás “suspirantes” del gabinetazo ni hablar. Ernesto Cordero, Javier Lozano y Alonso Lujambio están muy verdes. Con tantos errores en sus dependencias, su futuro es incierto.
De los gobernadores qué se puede decir. Sumidos en la ineptitud, lo mejor sería que se escondieran. Imagínese al gobernador de Guanajuato, con sus acciones primitivas, como presidente de México. Ni soñarlo.
Y para Manuel Espino no hay esperanzas. Es posible que aspire a la presidencia, pero su destino ya está marcado. Mucho logrará si no es expulsado de su partido.