Dos horas más para dormir
¬ Augusto Corro miércoles 9, Mar 2016Punto por punto
Augusto Corro
Si usted se asomó a las noticias en estos días, seguramente se dio cuenta de la polémica que se intensificó por el supuesto maltrato en el penal al capo Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El narcotraficante movió cielo, tierra y mar para que le concedieran los privilegios que mantenía antes de su segunda fuga inverosímil del Altiplano. Vivía a sus anchas en el reclusorio, pues las propias autoridades del lugar lo apoyaban y se mantenían pendientes de las necesidades del delincuente.
En su reciente reclusión, al capo le cambiaron la jugada y le aplicaron medidas de seguridad necesarias para evitar una nueva fuga. Y claro el reglamento penitenciario se volvió más estricto.
Por ejemplo, el llamado pase de lista se estableció con una diferencia de cuatro horas: nueve de la noche y una de la madrugada. Esta medida no le gustó al narco.
Como tampoco le agradaron las restricciones de visitas de familiares y abogados; menos la vigilancia con perros. Los abogados de “El Chapo” solicitaron un amparo para la suspensión provisional del protocolo del pase de lista. No lo consiguieron.
Sin embargo, al reo se le concedió dormir dos horas más de corrido y podrá entregarse a los brazos de Morfeo de las nueve de la noche a las tres de la madrugada, de acuerdo con lo publicado en varios diarios. Tiempo suficiente para soñar con sus mujeres, el mar y las montañas de Sinaloa, incluida las exquisitas mariscadas y el chilorio.
Todos esos placeres quedaron atrás. Quizás al principio de su carrera delictiva el capo no alcanzó a contemplar todos los placeres de la vida que perdería por la ambición desmedida de acumular dinero.
El narcotraficante, uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista “Forbes”, lucha porque las autoridades del penal le permitan más horas de sueño. Vaya, vaya. En el presente, “El Chapo” espera su extradición a Estados Unidos, donde será recluido en cárceles siniestras. Así lo decidió “El Chapo”, quien ahora cosecha todo lo que sembró.
LOS DESAPARECIDOS EN TIERRA BLANCA
Las autoridades veracruzanas sabían meses antes que en Tierra Blanca y pueblos circunvecinos tenía su campo de acción el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Ese grupo de narcotraficantes tenía asolada a la sociedad veracruzana, pues la sometía a extorsiones y secuestros; además de dedicarse a la extracción ilegal de combustible en los ductos de Pemex.
Un testigo denunció esos delitos ante la Fiscalía de Veracruz, que no mostraron empeño en la investigación.
Tuvo que ocurrir la desaparición forzada de cinco jóvenes, para que las autoridades persiguieran a los narcos.
Como se informó en este espacio, aquel 11 de enero fueron detenidos por los uniformados, los siguientes muchachos: José Ramírez de la O, Mario Arturo Orozco Sánchez, Alfredo González Díaz, Bernardo Benítez Arroniz y Susana Tapia Garibo. Una vez levantados, la policía los entregó a la banda de narcotraficantes.
El último policía detenido, relacionado con el caso, Edgar Reyes Heredia, confesó que los jóvenes fueron asesinados y triturados en un molino de caña de azúcar, en el rancho conocido como El Limón, en Tlalixcoyan.
El ocho de febrero, las autoridades dijeron que encontraron los restos de dos de los cinco jóvenes desaparecidos.
Las investigaciones continúan y los familiares de las victimas esperan saber quiénes ordenaron la tortura y muerte de los muchachos. En la cárcel se encuentra Francisco Navarrete, presunto capo del CJNG por sus presuntos vínculos con la desaparición de los cinco jóvenes.
ZAPATERO A TUS ZAPATOS
El ex jugador de futbol soccer y alcalde de Cuernavaca, Morelos, Cuauhtémoc Blanco “El Cuau” aún se encuentra a tiempo de dejar el cargo.
En sus primeros cien días de gobierno sólo se nota la frivolidad con la que se desempeña como político.
Al principio llegó como la esperanza para resolver los innumerables problemas que padecen los habitantes de Cuernavaca, entre otras el de la inseguridad.
De entrada se enfrentó con el impresentable gobernador de Morelos, Graco Ramírez, por negarse a aceptar el Mando Único policial en su municipio.
Ese pleito se superó y “El Cuau” y el “góber” fumaron la pipa de la paz, se tomaron la foto correspondiente y parece que ya comen en el mismo plato. Se trató un pleito verbal en el que se gastó mucha saliva.
Como al futbolista se le ocurrió despedirse de su fanaticada, el sábado pasado jugó su último partido con las águilas del América contra la oncena “monarca” de Morelia.
Con el fin de dejar el cargo por horas, “El Cuau” dejó la responsabilidad del gobierno cuernavaquense a un cuate, con la buena suerte de que no se requieran los servicios del inventor de la “cuauhtemiña”.
Ya de regreso a la “Ciudad de la Eterna Balacera”, el alcalde se encontró con la manifestación de la Asociación Cívica Morelense, integrada en su mayoría por personas de la tercera edad.
El descontento de la citada agrupación surgió porque el alcalde los dejó plantados.
Quienes protestaron, arrojaron huevos y jitomates a la fachada del edificio municipal, demandan que “se eche abajo un aumento del 300 por ciento en las tarifas del impuesto predial y de los servicios públicos municipales”.
El futbolista no los atendió. Prefirió venir a la Ciudad de México a hacer el ridículo en el juego de despedida, en el que los jugadores “monarcas” evidenciaron su falta de profesionalismo y perdieron por goleada 4-1.