Abusos del poder
¬ Salvador Estrada martes 1, Mar 2016Folclor urbano
Salvador Estrada
Los gastos que hacen los políticos en México al realizar sus actividades, son de escándalo, porque “como el dinero no es de ellos” se dan vida de reyes, sin tocarse el corazón por su abuso del poder.
Aunque en nuestro país se presume que vivimos en la democracia y que todos somos iguales, la realidad es que sí hay clases y ciudadanos de primera, segunda y tercera categorías.
La clase política siempre es de primera, clase media, segunda y tercera…los más jodidos.
Es el caso de los políticos que viajan al extranjero, sobre todo a Europa, que deberían viajar modestamente en clase turista, pero no, de ninguna manera, viajan en “business class”, cuyos boletos oscilan de cien a 200 mil pesos.
Además, se hospedan en hoteles de cinco estrellas, cuya noche cuesta más de 6 mil pesos y gastan en alimentos y bebidas otro dineral y muchos de esos gastos no los comprueban y no hay ningún reclamo, queja o demanda.
Los diputados tienen la obligación de responder a sus electores, pero no, las promesas de campaña de pugnar porque tengan vivienda digna, mejores salarios y otras promesas, resultan puro cuento, porque para ellos los pobres no existen, cuando están en el poder, aunque en el país existan más de cincuenta millones de pobres.
Y como los legisladores se sienten dueños y señores de los dineros del país, ellos otorgan el presupuesto, “se dan sus premios por su labor digital”, presionan un botón para dar su voto, ya no levantan la mano para aprobar, como antes, y al final de su legislatura se reparten “su aguinaldo y sus ahorritos” que son millones de pesos, dinero del pueblo que paga sus impuestos.
Y todos quieren presidir una comisión porque representa un pago extra por esa labor.
El abuso del poder debe terminar. Seguramente, “en el pantano político” habrá por ahí algunos políticos honestos que no se manchen y que puedan frenar a los abusivos.
Se deben poner topes a los gastos y comprobarlos y si no lo hacen que ellos lo paguen de su “dinero que cobran por legislar”. Los pobres lo demandan y deben ser escuchados. Con lo que cuesta un boleto de avión a París se podría reconstruir una vivienda con piso de tierra y techo de lámina.
Si los diputados ya están trabajando en la Ley del Sistema Anticorrupción deben incluir en la ley la creación de un “supervisor de viajes” para evitar más abusos en la clase política porque los viaje seguirán, vía invitaciones foros políticos, o giras de trabajo. Lo que no debe seguir es la transa entre las agencias de viajes y las dependencias, a través de sus oficiales mayores, porque es excesivo el costo de un boleto en muchas ocasiones.
Muchos políticos olvidan que vienen de “la cultura del esfuerzo” y que se deben al pueblo, a sus electores, y que no nacieron ricos, pero ahora que están en un puesto quieren chupar todo lo que puedan a la ubre del poder.