Millonario gasto en helicópteros
¬ Augusto Corro viernes 26, Feb 2016Punto por punto
Augusto Corro
El gobierno de Michoacán, encabezado por Silvano Aureoles Conejo, gasta 17 de millones de pesos al mes en renta de helicópteros.
Ya en este espacio hablamos de la pasión de los perredistas por el uso de aeronaves, sin límite alguno.
El uso del helicóptero es indiscriminado, pues sirve para trasladar a funcionarios públicos, amigos e inclusive a artistas. Así ocurrió con Belinda, a quien llevaron a Morelia para que le cantara al Papa Francisco.
Ese hecho fue criticado por propios y extraños, porque la artista llegó a la reunión a bordo de una aeronave oficial, dedicada a la lucha contra la delincuencia organizada.
Recién llegado al gobierno de Michoacán, el mandatario se quejó de la crisis financiera que le dejó su antecesor; sin embargo, esta situación no lo limitó a gastar una millonada de pesos en el alquiler de aeronaves.
Las autoridades michoacanas suscribieron, a principios de año, tres helicópteros ejecutivos con dos empresas por 820 mil dólares mensuales, más IVA, es decir 17 millones 568 mil 66 pesos.
Cabe mencionar que el gobierno mencionado es propietario de cinco helicópteros, de los cuales sólo dos son útiles y el resto se encuentra en reparación.
Se reconfirma, pues, la pasión de los perredistas por las aeronaves, que las usan por cualquier pretexto, pues ya se olvidaron de las líneas de autobuses en las que viajaban, cuando aún no probaban las mieles del poder.
En fin, el gobierno michoacano vive en la pobreza, pero con suficiente dinero para la renta millonaria de helicópteros. ¿Alguien lo entiende?
AMENAZAS Y PROMESAS
Meses antes de las elecciones, en el ambiente político se revive temporalmente la guerra de lodo.
Los partidos políticos y sus dirigentes revisan su catálogo de ataques e inmediatamente se lanzan a la lucha.
Así, los precandidatos o candidatos empiezan a recibir tal cantidad de lodo que en nuestro país parece que en lugar de perjudicarlos los ayuda.
Y precisamente, una de esas oportunidades de atacar a los adversarios con todo lo que se disponga, es como empieza en esta temporada electoral para cambiar gobernadores en doce estados. En esta lucha política, que en algunas entidades es intensa, ya empezó en Veracruz, cuyo impresentable gobernante, Javier Duarte, no encuentra el sitio ideal para esconderse.
Pero como se trata de pura palabrería, hasta el propio Duarte se muere de la risa de las acusaciones que lo señalan como delincuente.
¿MORENO VALLE, TAMBIÉN INTOCABLE?
¿Y quién le va a exigir cuentas a Rafael Moreno Valle, el gobernador de Puebla?
Son contados aquellos que por alguna razón son llevados ante la justicia. Y Moreno Valle no será la excepción.
Aunque ya hubo casos de supuestos castigados, todo quedó en promesas incumplidas o con castigos a medias.
Uno de esos casos lo representa el ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier, quien se encuentra hospitalizado desde hace varios meses, en la Ciudad de México, mientras en su entidad lo esperan para juzgarlo, también por el delito de peculado.
En los discursos de precampaña o campaña se plantea, como promesa, la encarcelación de los gobernadores corruptos; pero no ocurre de esa manera. Son frases llenas de demagogia que se lleva el viento, pero que funcionan muy bien en el lodazal.
El mal uso de los recursos públicos se plantea para acusar a los gobernadores y a los políticos en las precampañas y campañas electores, pero esta práctica de desprestigiar al adversario no cumple con su cometido total.
Por ejemplo, en Nuevo León, el entonces candidato, Jaime Rodríguez “El Bronco”, quien prometió encarcelar a su antecesor, el priísta Rodrigo Medina, enriquecido escandalosamente durante su gobierno.
Ya son varios meses de “El Bronco” en el poder y no se ve ninguna posibilidad de que Medina sea juzgado. ¿Pisará la cárcel el priísta Medina? En Sonora ocurrió algo parecido: Guillermo Padrés, el ex gobernador goza de total libertad, a pesar del saqueo al erario durante su administración.
De los ex gobernadores del pasado, ya nadie se acuerda. Por ejemplo, a José Murat, ex mandatario de Oaxaca, con innumerables propiedades en Estados Unidos, nadie lo molestó a pesar de los reportajes que “The New York Times” publicó.
Sucedió lo mismo con Mario Marín (“Mi góber precioso”), ex mandatario poblano y sus empresas de renta de helicópteros.
En fin, vamos a esperar, pacientemente, que alguno de los que hacen o hicieron las veces de gobernador pague sus raterías, que no se trate de simple cosas del folclor, como lo calificó, el impresentable Javier Duarte.
Feliz fin de semana.