Javier Duarte, acorralado
¬ Augusto Corro jueves 25, Feb 2016Punto por punto
Augusto Corro
Al gobernador priísta de Veracruz, Javier Duarte, le llegó el turno de rendir cuentas de su administración.
Y la posibilidad primera es que renuncie al cargo y la otra que le den una chamba en el gobierno federal, para taparle el ojo al macho, como se dice coloquialmente.
Sin embargo, al Partido Revolucionario Institucional, que lo llevó al poder, urge que Duarte se esfume de Veracruz.
¿Cuál es la razón? La siguiente: Veracruz es la tercera entidad política en reserva de votos, luego de la Ciudad de México y el Estado de México.
Dejar en manos de la oposición el gobierno veracruzano traería incurables dolores de cabeza al PRI y a sus pretensiones de continuar en Los Pinos en el 2018.
En ese ambiente de disputa política, el Revolucionario Institucional es atacado en su flanco más débil: el gobernador Duarte.
¿Qué hacer para evitar la catástrofe política priísta?
Primero, ganar los comicios estatales del próximo mes de junio, en los que se votará por un nuevo gobernador.
Para lograrlo, Duarte tendría que renunciar ya a la gubernatura o como señalamos arriba, conseguirle la titularidad de una dependencia federal o enviarlo de embajador como a su padre político, el ex gobernador Fidel Herrera, que fue a hacer el ridículo a Italia.
Porque llevar a juicio político al mandatario veracruzano, como lo piden los senadores, implicaría destapar una cloaca que sus adversarios aprovecharían en esta pretemporada de elecciones para la tradicional guerra de lodo.
De la interpretación de los mensajes directos e indirectos en torno a Duarte hacen pensar que el “desgobernador” no tiene escapatoria. Como dijo un colega: “sembró vientos y ahora recoge tempestades”.
El propio líder priísta, Manlio Fabio Beltrones, declaró lo siguiente: “Javier Duarte deberá estar presentando, obviamente cuentas concretas y verdaderas a los veracruzanos. Al PRI nos ocupa mucho cualquier señalamiento que se pueda hacer de bueno o mal gobierno y actuamos en consecuencia. En lo bueno insistimos, y en lo malo, lo sancionamos”.
Con todo en contra, sólo es cuestión de esperar un poco de tiempo para conocer el destino de Duarte, pues el desgaste político priísta debe detenerse para el borrón y cuenta nueva previo a las elecciones de junio.
Lo que sí está claro es que el PRI echará toda la carne al asador para ganar las elecciones veracruzanas, como una etapa importante para la contienda electoral del 2018.
MÁS DE VERACRUZ
El 11 de enero cinco jóvenes fueron detenidos por la Policía Estatal y entregados a la delincuencia organizada.
Desde esa fecha, no se volvió a saber nada de los muchachos.
El hecho se registró en el poblado de Tierra Blanca, Veracruz. Existen testimonios grabados de esa acción.
Los nombres de los levantados son: José Benítez de la O, de 24 años; Mario Arturo Orozco Sánchez, de 27; Alfredo González Díaz y Bernardo Benítez Arróniz, ambos de 25, y Susana Tapia Garrido, de 16 años.
Los jóvenes regresaban a su tierra Playa Vicente, tras una fiesta en Veracruz el fin de semana.
Apoyadas con las imágenes de los videos, las autoridades veracruzanas lograron identificar a los policías estatales y los detuvieron. Ellos son: Luis Rey Lendeche Colorado, Omar Cruz Santos, René Pelayo Vidal y Omar Ruiz Tecalco.
Después, la Fiscalía de Veracruz informó que detuvo al delegado de la Secretaría de Seguridad Pública estatal en Tierra Blanca, Marcos Conde Hernández, y al policía estatal Otoniel Cruz Linares. También se conoció la detención del policía Edgar Ramón Reyes.
El 24 de enero las autoridades detuvieron a tres personas, entre ellas, Francisco Navarrete Sema, presunto líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, supuestamente ligado a la desaparición de los muchachos.
Los investigadores encontraron los restos de Bernardo Martínez Arroniz y Alfredo González Díaz que son analizados científicamente para confirmar que se trata de los muchachos desaparecidos.
Ante la ineficacia de las autoridades veracruzanas, a los padres de las víctimas no les queda otro camino que exigir la aparición con vida de sus hijos.
Así, familiares, habitantes y organizaciones gremiales de Playa Vicente realizan manifestaciones en demanda de justicia.
LA PERIODISTA ASESINADA
El 8 del presente, en la madrugada fue “levantada” la periodista Anabel Flores, de 32 años, cuando se encontraba en su casa de Orizaba, en Veracruz.
El cuerpo sin vida de la comunicadora fue localizado al día siguiente en la cuneta de la carretera Puebla-Tehuacán. Fue asfixiada con una bolsa de plástico, pero antes torturada. Las autoridades veracruzanos inmediatamente acusaron a Josele Márquez “El Chichi” como responsable intelectual de la muerte de la reportera.
Aunque nada se dijo de los autores materiales. Ya se va a terminar el mes y nada se sabe de los asesinos.
Todo hace suponer también en este caso, que la impunidad, ese cáncer social, vuelve a proteger a los criminales.
En síntesis, tenemos que aceptar que la muerte de Anabel será un caso más sin solución, a causa de la ineptitud de las autoridades encabezadas por el gobernador Duarte.