Pobre educación
¬ Augusto Corro lunes 6, Sep 2010Punto x Punto
Augusto Corro
UNO
En México, el gobierno federal panista se desentendió de la educación pública y ésta se encuentra a la deriva.
Todo mundo sabe que maestros y alumnos reprueban. La calidad de la educación ya no interesa. El sindicato magisterial politizado se convirtió en puntal importante en las elecciones. Cuentan con su propio partido político (Panal). No le va mal.
Además es dirigido por la eterna dirigente sindical Elba Esther Gordillo, enquistada de por vida en esa agrupación.
En la primaria el número de niños reprobados es cuantioso. Los menos ni siquiera aprenden a leer bien. De los maestros ni se diga: no alcanzan a aprobar pruebas de capacitación de conocimientos mínimos.
A nivel superior, no existen programas para estimular a los jóvenes egresados en México; la mayoría emigra a otros países en busca de oportunidades.
Los programas de educación, debido a la mezquindad de los presupuestos a las universidades, el ingreso de estudiantes cada vez es más reducido. Definitivamente no hay cupo para miles de jóvenes que desean continuar sus estudios.
Desde el tiempo del gobierno priísta encabezado por Luis Echeverría, la titularidad de la Secretaría de Educación Público se dejó en manos de ineptos. Y los resultados saltan a la vista. Nadie recuerda a un funcionario de educación pública por su labor positiva al frente de la SEP.
El locuaz Vicente Fox le encomendó la educación pública a Reyes Tamez Guerra que radicaba en Monterrey y que venía a despachar en la capital allá de vez en cuando, en un conocido y lujoso hotel de Polanco. Su carrera política sigue en el Panal. La maestra es muy agradecida.
La dirigente se convirtió en importante balanza política para los elecciones presidenciales del 2006. Logró triunfos definitivos y sus servicios prestados a México fueron recompensados ampliamente.
Así, durante el presente sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, el poder de la maestra Gordillo es total y como dice la canción su palabra es la ley. Con la soberbia propia de los dictares y el poder omnipotente, echó de la SEP a la indefensa Josefina Vázquez Mota.
Y ahora, la presidenta del SNTE endereza sus baterías contra el secretario de Educación, Alonso Lujambio, un hombre de bien que le falta experiencia política. Por cierto, dicho funcionario es el encargado de darle brillo a los festejos patrios, sin lograrlo.
En declaraciones recientes, la dirigente se lanzó contra los dos secretarios de educación pública del presente sexenio: Josefina Vázquez Mota y Alonso Lujambio de quienes dijo que están más preocupados por ser candidatos presidenciales para el 2012, “cuando urge revisar por qué el sistema educativo carece de calidad”.
Lamentó que “grupos equis” ataquen al SNTE y lo ataquen de obstruir la calidad educativa, “cuando el verdadero problema es que quienes deben aplicar las políticas públicas no lo hacen”.
La repentina actitud crítica de la maestra Gordillo llamó mucho la atención en los medios políticos, aunque no pocos saben que esa actitud obedece a la defensa de su yerno, Fernando González, quien funge como subsecretario de Educación Básica.
Resulta que a este inepto funcionario le jaló las orejas su jefe Alonso Lujambio y le pidió una explicación sobre las razones por las cuales no se mejora “sistemáticamente” en los resultados de la prueba ENLACE a nivel secundaria. Grave osadía de Alonso Lujambio.
La maestra Gordillo no quiere a Alonso Lujambio como secretario de Educación, menos como aspirante presidencial para el 2012. Y la verdad sea dicha, el funcionario se encuentra entre la caballada flaca, escuálida. De la diputada Vázquez Mota se espera su encausamiento como precandidata panista o aliancista a la gubernatura del Estado de México. No da para más.
Obvio que este raund lo ganó la Gordillo.
DOS
La corrupción continúa imparable. Durante las declaraciones de Edgar Valdez Villarre “La Barbie” salió a flote de la podredumbre de las autoridades del estado de Morelos, entidad panista gobernada por el controvertido Marco Antonio Adame Castillo.
“La Barbie” cantó que destinaba 2.5 millones de dólares mensuales de sus ganancias ilícitas para corromper a las autoridades morelenses. Se pone de evidencia, nuevamente, el contubernio entre los representantes de la ley y el narco.
Desde hace varios meses, el gobierno estatal, encabezado por Adame Castillo está en entredicho, por el incremento de la delincuencia en ese estado otrora tranquilo y progresista.
Beneficiado por el gobierno federal panista, que se hace de la vista gorda de lo que ocurre en dicha entidad, Adame Castillo gobierna como si nada ocurriera en su feudo. Sin embargo, lo que confesó “La Barbie” debe ser investigado a fondo y castigado con todo el rigor de la ley si es que se quiere empezar a poner orden.
En Michoacán, las denuncias, la mayoría infundadas, contra el gobierno del inepto Leonel Godoy, fue suficiente para hacer una limpia de supuestos funcionarios corruptos. El gobierno federal quedó en ridículo. No ocurre lo mismo en Morelos, convertido en refugio de la narcodelincuencia. Las denuncias de la alianza entre la narcodelincuencia y los funcionarios son graves. Ahí está el caso de de Arturo Beltrán Leyva “El Barbas” capo poderoso que se movía en Morelos como Pedro por su casa hasta que fue abatido por los marinos.
Y “La Barbie” confirma, con su dicho, que la corrupción juega papel importantísimo en el trasiego de la droga. Las autoridades federales se encuentran obligadas a informar a la opinión pública sobre los funcionarios corruptos que cooperaban con la delincuencia. El gobernador Adame Castillo debe ser el primero en explicar que es lo que ocurre en la entidad que mal gobierna.
No hay duda alguna que el crimen organizado crece y se reproduce en aquellos estados donde es bien recibido por la corrupción de policías, agentes del Ministerio Público, jueces y gobernadores.
Y TRES
El caso de los 72 migrantes asesinados en un rancho de San Fernando, Tamaulipas, va para el borrón y cuenta nueva.
No obstante que el múltiple homicidio se convirtió en tema internacional, las autoridades mexicanas siguen en su laberinto de ineptitud.
Al paso que vamos, el olvido será el mejor aliado de los encargados de investigar esa tragedia. Por lo pronto, quien ni suda ni se acongoja es la directora del Instituto Nacional de Migración (INM), la yunquista, doña Cecilia Romero Castillo que le apuesta a sus influencias políticas de muy alto nivel.