Jesús nunca invitaría a ser sicarios: Papa
Nacional miércoles 17, Feb 2016- Encuentro con jóvenes
El Papa Francisco afirmó a miles de jóvenes de diversas partes de México que Jesús “nunca invitaría a ser sicarios”, porque él quiere discípulos, jamás mandaría a sus hijos a la muerte.
“Es mentira que la única forma de vivir, de poder ser joven, es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte”, aseguró desde el escenario central del Estadio José María Morelos y Pavón, en Morelia.
Calificó como una mentira que la única forma que tienen de vivir los jóvenes en Morelia es en la pobreza y en la marginación: la marginación de oportunidades, de espacios, de la capacitación y educación, de la esperanza.
“Es Jesucristo el que desmiente todos los intentos de hacerlos inútiles o meros mercenarios de ambiciones ajenas”, recalcó ante más de 50 mil personas.
Aseguró que la comunidad y la familia son los principales antídotos contra todo lo que amenaza, porque hace sentir parte de la “gran familia de Dios”, pero no para refugiarse, para encerrarse sino al contrario, para salir a decir a otros que ser joven en México “es la mayor riqueza y por lo tanto, no puede ser sacrificada”.
Riqueza, esperanza y dignidad, son las tres palabras que Francisco recalcó durante su discurso.
Ponderó que la juventud es la principal riqueza de México, no la esperanza, sino la riqueza. Y aclaró que la esperanza nace cuando se puede experimentar en uno mismo que no todo está perdido. “Todos podemos vivir, pero no podemos vivir sin esperanza”, indicó.
Más adelante estableció que las principales amenazas a la esperanza son los discursos que desvalorizan, que hacen sentir “de segunda, si no de cuarta”, cuando se siente no importante para nadie o dejado de lado, cuando se siente que es lo mismo estar o no.
“Eso mata, eso nos aniquila y esa es la puerta de ingreso para tanto dolor. Pero también hay otra principal amenaza a la esperanza”, y “es hacerte creer que empezás a ser valioso cuando te disfrazás de ropas, marcas, del último grito de la moda, o cuando te volvés prestigio importante por tener dinero, pero en el fondo, tu corazón no cree que seas digno de cariño, digno de amor”.